Extra 2

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Rebeca:

—Owen —lo llamo, él se remueve y murmura algo aún dormido—, Owen.

—Mamá, hoy no hay escuela, déjame dormir —niego con la cabeza.

—¿Recuerdes de quién es el cumpleaños hoy?

Eso lo hace sentarse de un solo y abrir los ojos.

Esboza una gran sonrisa, que me hace sonreír a mí, amo ver a mis hijos con ese tipo de sonrisas.

Incluso si es por el cumpleaños de su mejor amiga.

Luna, es compañera de Owen, y fue su primera amiga, Owen a diferencia de Ada es muy timido con alguien que no conoce, por lo tanto cuando empezó a ir a la escuela no hablaba con nadie, hasta unos días después que Luna le habló.

—¿Vamos a ir a comprar su regalo de cumpleaños? —pregunta con sus ojos brillando de emoción.

—Sí, pero primero hay que desayunar, así que a cambiarse —lo ayudo a vestirse y luego bajamos las escaleras.

—Buenos dias —saluda a Izan y Ada.

Ada responde con la voz adormilada, alguien se quedó hasta tarde con la tablet.

—Creo que tendremos que quitarte la tablet los fines de semana —le digo, sentándome al lado de Izan, quien me da un beso en la mejilla.

—¡No! —exclama Ada—, te juro que no sucederá otra vez, es que estaba leyendo un cómic de Webtoon y me faltaba poco para terminarlo.

—¿Cuál? ¿El de Quiero el divorcio?

Izan levanta una ceja en mi dirección.

¿Qué puedo decir? me deje influenciar por mi hija.

—¡Sí, ya lo terminaron! ¡Está increíble!

Me lo tengo que volver a leer.

—Bueno, por hoy estás perdonada, pero que sea sábado no es justificación para quedarte hasta tarde con un dispositivo.

—Lo sé, mamá.

Terminamos de comer y Owen sube las escaleras para lavarse los dientes.

Ada también hace lo mismo.

—¿Cuánto tardaran comprando un regalo para Luna? —pregunta Izan, levantando los platos y llevándolos a la cocina para lavarlos.

Le ayudo con los demás y lo sigo.

—No lo sé, pero antes de la hora de almuerzo ya estaremos aquí.

—Sabes que yo podría cocinar, ¿cierto? —levanto una ceja hacia él.

—Lo sé, pero te recuerdo cómo acabó la última vez que cocinaste, Ada te pidió dejarla ayudarte sabiendo que eso acabaría en un desastre y la dejaste.

Aprieta los labios para no reir, seguro recuerda mi reacción al llegar a la casa y ver toda la cocina un desastre.

—Esta bien, Be. —rodea mi cintura por detrás, y me besa la mejilla, para luego susurrar—, lo bueno es que aún con todo y los desastres me amas.

—Mmm, estoy empezando a dudarlo —bromeo, Izan se ríe y me rodea para quedar de frente, y  con su mano en mi barbilla levanta mi cara para besarme.

Cuando nos separamos él tiene una sonrisa en su rostro.

—¿Y ahora lo sigues dudando?

—Sí —pone los ojos en blanco pero aún con la sonrisa en sus labios— Me voy a lavar los dientes para ir con Owen —le doy un último beso y voy a nuestra habitación.

Seremos felices ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora