Capitulo 23

2.4K 142 1
                                    

Rebeca:

Necesito ir a ver a un doctor.

El estrés que he pasado las últimas semanas por los diversos artículos me han afectado.

Me siento cansada, me duele la cabeza, no tengo apetito, tengo náuseas, y gracias al sol que cada día está más fuerte siento como si me fuera a desmayar.

Frank fue por Ada a la escuela hoy, por lo tanto voy al médico en la hora de almuerzo, me hago exámenes de sangre.

Mañana estarán los resultados.

Izan no sabe nada, no quiero preocuparlo.

A la hora de la salida subo a su piso, se que Katia no está, me dijo que tenia que salir a comprar algo para su departamento, no recuerdo que era, pero no me esperaba que Izan tampoco estuviera.

Y mucho menos encontrarme con Riley en su oficina.

—Así que has vuelto —dice mientras sonríe sentada en la silla de Izan.

—Yo ya estaba aquí mucho antes que tú, así que tú eres quien ha vuelto, solo falta el motivo.

—¿No lo sabes? —se levanta de la silla y camina hacia mí—, creí que Izan te contaba todo —esboza una sonrisa que me altera— que pena, ya veo que no es así.

Mis puños se cierran y trato de calmarme, está mujer siempre ha tenido el don de fastidiarme el día.

Pero yo no le voy a dar ese poder.

—Riley, ¿sigues dolida porque Izan me eligió a mí, una secretaria en vez de a ti, una actriz?, tienes que superarlo.

Mis palabras tienen el efecto deseado, ella deja a un lado su sonrisa burlona y lo que se muestra en su cara es enojo.

—¡Estupida, eso eres! —grita tan fuerte que estoy segura todo el piso la ha escuchado—, ¿sabes por qué estoy aquí?, adivina quién me llamó.

Ruedo los ojos, aquí vamos otra vez.

—¡Tu querido Izan!, está cansado de ti, de tu hija —esboza una sonrisa que parece sacada de una película de terror.

—En primer lugar, ¿te importaría bajar la voz?, tus chillidos me dejaran sorda y a todo el piso y en segundo lugar, Izan nunca se cansaría de nuestra hija, tus mentiras no me afectan, solo eres una mujer que buscaba alcanzar más fama con Izan, y que al fracasar se sintió humillada, y ahora solo quiere buscar una forma de "venganza"

—¡Si no hubiera sido por ti yo estaría casada con Izan!

—Te equivocas, él nunca se casaría contigo —decido que ya es suficiente, me doy la vuelta, es mejor dejar esto como está.

Estoy a punto de salir por la puerta cuando vuelvo a escucharla.

—Supé que tú hija estudia en una muy buena escuela, a unos pocos minutos de aquí, seria una pena que alguien se enterara y mandara a algunos periodistas ahí.

Y eso es lo que me hace volver hacia ella.

—Escuchame bien, Riley —me acerco amenazante y ella retrocede borrando su  sonrisa—, puedes insultarme todo lo que quieras, decir todas la estupideces que quieras, todo para dañarme a mí, pero, si te atreves a amenazar de alguna forma a mi hija, te juro por todo lo sagrado que te buscaré y acabaré contigo, ¿escuchaste?, acabaré contigo.

Y ahí es cuando me fijo en qué me duele la cabeza, y en qué me estoy mareando.

Todo se vuelve negro y lo último que escucho es la puerta siendo abierta.

Seremos felices ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora