Rebeca:
Lo primero que escucho al despertar es el timbre de la puerta principal.
Me remuevo un poco para alcanzar el teléfono de Izan que está en la mesa de noche.
Son más de la una de la tarde, y las únicas personas que pueden estar aquí a esta hora son Zuri y Ada.
—Izan —le sacudo levemente el hombro— Izan.
—Dime —queda de lado y me toma la cintura para acercarme a él y luego darme un beso en la mejilla.
—Creo que tu madre ya llegó —se queja un poco sobre que ella dijo que llegaría a las dos de la tarde, aún así se levanta y se pone su camisa.
—¿Vienes?
Me doy un repaso, solo llevo mi ropa interior y su sudadera.
—¿Así?, no, tu madre tendrá la certeza de que algo pasó.
—Pero, es que sí pasó —dice burlón, hago el ademán de lanzarle una almohada—, de todas formas ya te vio con mi sudadera.
—Ya lo sé, no me lo recuerdes —me levanto para ir al baño, me miro en el espejo, mi cabello está totalmente despeinado—, iré pronto.
—Está bien —me peino y luego me vuelvo a poner mi short, también aprovecho a ir a la habitación en la que estuve antes y me pongo mi top.
Bajo las escaleras y en la sala están Ada, Zuri y Oliver.
Ellos me sonríen al verme y Ada se acerca para darme un abrazo, me siento en uno de los sillones y ella se acomoda en mis piernas para envolverme con sus brazos.
—Te extrañe mucho —esbozo una sonrisa.
—Yo también, enana —le digo, usando el apodo que Izan suele usar con ella algunas veces, ella se sienta a mi lado.
—Ladrona de apodos —Izan llega y le entrega a Zuri y Oliver vasos de jugo.
—Bueno, es que aún no he encontrado uno mejor—le digo mientras él se sienta al lado de Ada, quien también lo abraza igual que a mí.
—¡Trajimos comida! —exclama Ada—, pollo y papas.
—La idea era comer en el centro, pero Ada los extrañaba así que adelantamos la llegada —explica Oliver.
—Bueno, supongo ustedes aún no han comido, así que vamos a la cocina —Ada y Oliver van tras Zuri.
Izan se levanta pero se queda frente a mí, extendiendo su mano, la tomo y me pongo de pie.
—Sabes que tenemos que hablar, ¿verdad? —pregunta en voz baja.
Sonrio.
—Lo sé, y lo haremos hoy, pero hay que esperar —asiente, y nos dirigimos a la cocina.
—¿Qué tal estuvo la celebración anoche? —Oliver pregunta cuando ya todos estamos sentados.
—Estuvo bien, en especial porque Frank estaba a punto de querer irse gracias a Izan —Zuri y Oliver rien.
—Yo no hice nada, así que el temor está injustificado, el que sí aprovecho para burlarse un poco fue Lucas, estaba asustando a Fred —oh, sí, ese otro asunto se me habia olvidado.
—¿Por qué Lucas asustaba a su otro hermano? —pregunta Zuri.
—Eso que lo responda Rebeca.
—Parece que Ana y Fred están saliendo, desde hace menos de una semana.
—Ana, estaba saliendo con alguien hace unos días, ¿no?
—Estaba hasta el lunes —luego de esa conversación nos dedicamos a comer y cuando terminamos Zuri y Oliver se despidieron y se fueron.
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Seremos felices ✔
RomansaRebeca Walsh, es diseñadora de joyas y vuelve a su país natal después de pasar casi cinco años en Brasil. Izan Roberts, es dueño de una empresa de joyas, y un hombre que dijo que no quería una familia y menos hijos. Izan y Rebeca se vuelven a encont...