Capítulo 10

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Escuela de Beacon Hills
Volviendo 1 hora antes
Narra Eli

Yo había salido brincando de los vestidores lo más rápido que podía por el aula del entrenador mientras veía hacia atrás para asegurarme que quien sea que nos tiró esa flecha no me siguiera viendo por última vez a papá peleando contra quien fuera era persona.

Era obvio que era un cazador, papá me había hablado de ellos y sabía que no era buena señal, teníamos un plan si algo así sucedía así que yo seguí viendo hacia atrás cuando choqué con alguien y al ver al frente me dí cuenta que había un hombre vestido todo de negro como un samurai con una máscara a la mitad de su rostro dejando ver solo sus muy brillantes ojos verdes.

Retrocedí un poco asustado ya que era obvio que la ropa de ese hombre no era normal y el hecho de que tuviera una Katana en su mano tampoco lo era, aunque por lógica no era el de las flechas ya que no tenía ni arco ni flechas, pero igual no me daba seguridad la Katana en su mano.

Y aún así, no podía dejar de ver los ojos de ese hombre, - qué de echo se veía joven -, al tener un brillo tan bonito y una mirada suave, quizá algo segura y honestamente eran muy lindos. Los míos y de papá son verdes también pero los suyos eran diferentes.

Él pasó su vista por mi y luego me vio directo a los ojos como si estuviera inspeccionando mi alma o algo así. Yo volví en sí algo asustado, pero él parecía no querer lastimarme ya que no se movía de donde estaba hasta que notó el número del Jersey que tenía puesto en este momento.

Simplemente levantó una ceja y aunque tenía la boca cubierta, para mí era notorio el hecho de que estaba sonriendo de lado o algo así, lo cual md hizo fruncir el ceño ante ese acto tan extraño pero luego él se quitó la máscara mostrandome su rostro confirmándome qué era joven, quizá un par de años mayor que yo.

—¿Quién...eres?

El hombre no respondió a mí pregunta, - cosa que era obvia y estúpida de preguntar -, ya que no respondería esto, pero si me habló de otro tema.

—¿Un juego duro?

—¿Eh?

Cambié mi rostro de preocupación o miedo al oír la pregunta tan extraña de él y la forma tan relajada en la que me hablaba apesar de que su voz, se oía un poco ronca, como cuando alguien grita mucho y su garganta queda adolorida, algo así. 

—Fue un juego duro al parecer, aún tienes el uniforme de LaCrosse y aún mejor, eso —me señala el tobillo

—Ah esto...eh sí...algo así, no soy bueno con eso del LaCrosse la verdad.

—Yo tampoco, nunca lo entendí muy bien a decir verdad, pero tampoco tuve la necesidad de hacerlo, no me hizo falta, nunca.

—¿Tú...vas a lastimarme o algo así? —cambié de tema

—¿Por qué lo haría?, tú no eres a quién estoy buscando.

—¿Buscas al de las flechas?

—¿El de las flechas?

—Mi papá y yo estamos en...alto...¡Mi papá esta ahí adentro!, tengo que ayudarlo.

Intenté ir pero él puso su mano en mi pecho deteniendome y haciendo que levantara la vista para verlo pero él solo veía al frente como si inspeccionara el lugar para asegurarse de algo por alguna razón, como si buscará algo pero sin verlo.

—No creo que deberías ir, estás herido y así no podrás ayudar, debe de ser un cazador, ¿tú padre también es lobo? —me ve de nuevo

—¿Cómo sabes eso? —lo veo desconfiado

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