Capítulo 24

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Narrador Omnisciente

Wies logró ver a Jennifer sentada en su cama de una forma tranquila y relajada con los ojos cerrados, como si durmiera plácidamente lo cual le hizo hervir la sangre hasta el punto de que el líquido negro que es su “sangre” empezó a chorrear de él mismo.

Le resbaló por las mejillas como si fueran lágrimas, bajando por su ropa y dejando las huellas de sus zapatos en cada pequeño paso que daba para retroceder mientras sentía como un
frío extremo y extraño empezó a apoderarse de toda la habitación pero a él no parecía importarle.

Al contrario de ella, abrió los ojos y vio directo a la dirección de Wies el cual estaba parado en una esquina de la habitación a oscuras mientras sus ojos seguían dejando caer ese líquido negro, el cual no le asustó ya que le solía pasar cuando estuvo en el Bardo.

Lo que él no sabía es que ella lo veía como una sombra oscura y alta que permanecía en el rincón más oscuro de la habitación y el líquido solo permitía distinguir sus brillantes ojos verdes en la oscuridad como si fueran las luciérnagas de un Oni, misma forma en la que le brillan cuando se enoja.

Ellos solo se veían entre sí sin decir nada hasta que algo en él sintió el impulso de querer matarla, no podía con verla tan tranquila después de todo lo que ella le causó tanto a él como a los demás que él amaba como su familia. Derek, Deucalion, su padre, Lydia.

A todos los que amó alguna vez, habían sido heridos por ella a un nivel muy grande, pero su odio por ella lo era aún más y no la dejaría ahí tan tranquila como ella se veía, menos al estar en su casa, sobre su cama, de una forma tan burlesca que hacía que el líquido empezará a cesar con forme empezó a caminar hacia ella dejando en el suelo, las marcas de sus huellas.

Él noto como ella abrió la boca lista para gritar pero extendió su mano, - como los Oni lo hicieron alguna vez con Lydia -, y aunque ella intentó gritar, no le salía nada, por lo que se quedó quieta hasta que él se acercó lo suficiente a ella dejando de terminar caer las últimas gotas de su sangre mostrando su rostro limpio, lo cual hizo que Jennifer abriera los ojos por completo.

Pero Wies estaba dispuesto a enfrentarse a ella de nuevo. Desde que había peleado con ella sin fin de veces en el Bardo, era la primera vez que la veía de forma tranquila, de forma tan...indefensa...pero eso le hacía querer acabar con ella de una forma tan tortuosa, que sólo se dejaba ir por lo que sentía y no le importaba nada más....

Tú y los demás tienen que irse de aquí y no voltear a ver hacia atrás, si no quieren arrepentirse de lo que ustedes mismo han creado...ustedes me hicieron esto...ustedes me hicieron caminar lado a lado con ustedes y ahora los haré suplicar detrás de mi.... —la señala con el dedo índice —. ¡Van a arrepentirse de haber hecho esto!, ¡esto es su culpa! —baja el dedo y sonríe —. Por su culpa lo perdí todo...¡ahora yo les quitaré todo a ustedes y van a sufrir!

Él hizo un movimiento con su mano, como si empuñara algo y se lo hubiera clavado pero él no tenía nada y aún así, eso hizo que una lagrima cayó por la mejilla de Lydia al oír eso, mientras él se acercó más a ella la cual cerró los ojos con fuerza del miedo que sentía sintiendo como pegó su rostro contra el de ella y sintió una cálida respiración cerca suyo hasta que soltó un último suspiro en un susurro.

La muerte llegará a ustedes....y yo soy la muerte....todos van a pagar....

En ese momento él iba a decir algo más cuando escuchó la voz de Lydia detrás suyo lo cual lo hizo alejarse de golpe de Jennifer. Wies vio a Lydia de pie en la puerta viéndolo con una expresión confusa pero como si supiera algo, pero para cuando vio a Jennifer de nuevo, ella ya no estaba.

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