XV

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Capitulo 15: Conociendo a una parte.

El chirrido de aquella puerta no se hizo esperar. Hubo unos balbuceos irreconocibles para el. Balbuceos que no hizo más que hacerle sudar frío. Él no reconocía ni una palabra de ellos. Sus manos hacían todo tipo de marañas y sus pulgares ya empezaban a doler de lo mucho que los apretaba.

Hubo otros balbuceos, no los volteo a mirar, pero hubo un sonido de chapoteo. Recordó el lugar en donde vómito. Al menos hubiera sido un buen distractor si hubiera sido más inteligente.

Supo de inmediato que no tendría oportunidad, incluso si fuese el caso que vinieran a por él en específico. Eran demasiado altos, muy corpulentos.

Un grito más alto hizo que se sobresaltara y finalmente mirara a los desconocidos en la entrada. Ambos también lo notaron y solo mostraron sorpresa por su presencia ahí.

— Yo… yo-, este lugar es gratis para estar…— fue lo mejor que salió de su boca.

No eran de aquí. En definitiva, no eran de aquí. ¿Eran amigos de Usa? Solo paso un día y un poco más. Aunque, en serio, paso un día? ¿Cuanto era un día? ¿Cuanto tiempo estuvo tan lejos de lo que normalmente hacía? Aun con lo raro que a veces era, pero, de verdad, cuánto tiempo fue realmente para él?

No podría decirlo. Ni siquiera termino de procesar la extrañeza de esas situaciones, y en la que está actualmente.

— Un niño? — ambos no hicieron ademán de acercarse más a él. Tal vez porque lo veían como alguien demasiado pequeño y flaco. Noto que uno de ellos era mucho más intimidante, mucho. El otro lo era igual, pero no tanto como para evitar hablarle. Vio como se miraban y hablaban entre ellos un momento.

—¿Tú hablas español? — hubo otros balbuceos. Intercambiaron más palabras. Con lo poco que convivió con Usa no creía que hablaran lo mismo. No eran del mismo tono. Y no se veían tan abiertos como él.

El menos intimidante de ellos tenía un acento un poco gracioso, pero eso no ayudo a que dejase de estar paralizado y atento a cualquier intento de agresión de su parte.

— Sí.— respondió. El más grande parecía haber sido el que piso el vómito. Algunas pequeñas manchas se encontraban esparcidas en la tela de los pantalones y zapatos, hubiera sido gracioso en otra situación. Se hubiera reído**.**

— ¿Porque este tiene más objetos?— hablo de nuevo con ese tono gracioso que le daba a esa situación un aire muy raro. Uno del tipo que le hacía agotarlo psicológicamente. Y aunque lo pudiese entender, realmente no entendía del todo la pregunta. No quería prolongar esa conversación y tampoco quería saber más de ellos. Su apariencia de por si le gritaba que no eran personas comunes, fuera de su gran altura y color.

Tenían un porte demasiado recto que solo lo ponía demasiado nervioso.

— Y-yo los puse ahí…— con intención de no querer continuar en esa habitación, se irguió, para finalizar la oración de forma contundente junto con la conversación. — Todos ponen algo para todos aquí.

— ¿Quienes todos? — la voz del más grande no solo retumbó en la habitación, sino en el pecho de México, quien se detuvo en su andar a la salida.

— Yo y … muchos. — miro por encima del hombre de ambos hombres en señal de que le diesen el espacio libre a la salida. Responderle sin tartamudear frente a esos hombres le formaba algo muy agridulce dentro de el. — Muchos de la… ciudad.

—¿Ciudad? Esto es solo un pueblo. — expreso el hombre con un bufido casi burlón.

México quería refutar eso, de verdad lo quería, pero ahora, ahora de verdad quería irse. Jamás se había sentido tan débil solo con un simple tono de voz de aquel sujeto, ni siquiera con Usa.

Ellos pueden creer lo que quieran, el los dejara que lo crean. Pero para el, siempre será una verdad única para el lugar en el que vive. Una ciudad, una gran ciudad como le decían aquellos programas. O como le gustaba a su patrón llamarle.

Asintió con la cabeza, tratando de darle la razón al hombre sin querer soltar una palabra más y dio unos pasos más. Ambos al principio parecían renuentes a dejarlo salir, sin embargo, el más bajo decidió solamente avanzar para ver con detalle el retrato.

— ¿Fue este un personaje importante acaso? — pregunto en voz alta. Una pregunta de la que Mexico no sabía se lo dirigía a el o solo pensaba en voz alta.

— F-fue una gran mujer. Disculpen. — y con eso salió rápidamente de la habitación. Usa le había explicado que una situación así podía darse, pero ahora que conoce como podrían venir a ser, solo le provoca ganas de quedarse encerrado en algún lugar lejos de allí.













Bueno, ya habrá otro momento para corregir algunas cosas.
Y disculpen la demora en actualizar, pero lo crean o no, me siento más comprometida con esta historia que con mi carrera.

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