XVIII

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Capitulo 18: Sin tema para hablar.

Oh, ya hasta intercambiaron números? Usa le gusta avanzar rápido en estas cosas.
Dio un largo quejido. No sabía cuánto tiempo pasó con los efectos.
Con un esfuerzo parecido al que hacía cuando debía ir a visitar aquella granja de conejos, se levantó, tambaleándose ligeramente pero fácilmente retomando el equilibrio. Todavía sentía aquella neblina en su mente, y sus ojos opacados por el sueño previo.
¿Había trabajo? Parecía que ahora sí con esa llamada. Sin embargo, había dicho que quería ver hasta dónde llevaba esto que Usa quería hacer. Era algo pronto como para dar orden de algo al respecto . Aunque parte de esto se le hacía algo molesto de ver, pues no recordaba que su mujer haya sido tan querida hasta ese punto. Creía que era un error de ellos, una especie de amnesia colectiva o algo así.
Fue tan buena para ellos? No la recordaba ser así de buena con el.
Salió de su letargo y noto la grieta en el vaso de vidrio que habría agarrado en algún momento durante su tren de pensamientos.




— Oye, ¿qué crees que esté haciendo México ahora? — un Perú pregunto, quien estaba ocupado arreglando una pequeña maleta, cortesía de su hermano. Esta tenía una aspecto al de una mochila muy rara, pero tampoco es que quisiera llevarle la contraria a su hermano, quien estaba ocupado escribiendo algo entre aquellos papeles cuyo contenido no entendía, la mesa hacia ruidos raros al tambalearse por los movimientos de su hermano al escribir y eso lo ponía un poco nervioso de escuchar.
— Haciendo lo que le pedí. — respondió Argentina, sin despegar la vista de su actividad actual.
— Ahh y qué le pediste? —
— Que haga que niños como tú no sean tan chusmas.
— No seas malo Arge. — soltó un pequeño bufido. Últimamente ha estado más cerrado a seguir una conversación más larga con él, cosa que le preocupaba. Pensaba que tal vez haya hecho algo que provocase que lo empezará a tratar de la misma forma que Chile.
— ¿Y Chile?
— Mmm no lo sé. — dijo en un tono que parecía que estaba evitando alzarle la voz, no es que le fuera a gritar, pero escuchar a Perú hablar no lo iba a ayudar a terminar más rápido.
Ambos guardaron silencio un momento. Perú envolvió una pequeña cuchilla, su favorito se ha de decir, para cualquier tipo de situación que siempre se hace de esperar en ese lugar. Ni siquiera comprende porque debe tener tanto espacio aquella maleta, no es que fuese a llevarse todas sus cosas o que siquiera tuviese muchas, pero tal vez obtenga unas nuevas en su nuevo trabajo y por eso llevaba algo con tanto espacio.
— ¿Ya viste? Chile me enseñó a envolverlo así. — expreso mientras desenvolvía el arma blanca, lo alzaba a la vista de su hermano, y con la manta hacia movimientos como si estuviera a punto de hacer magia, algo que al intento de impresionar y rehacer el trabajo, no funcionó.
— Te dejaría ayudar en algo más productivo, pero lástima que no sabes leer.
— Ah?! Y la culpa de quien es?
— Mía no, del otro.
Perú dejo ambos objetos y solo empezó a juguetear con el cierre de su maleta. A veces no comprendía la manera de llevarse entre Chile y Argentina. No sabía si habían sido igual de pequeños. Para México ya era normal y no le presionaba a que se acostumbre a eso.
Ninguno de los dos obliga a que el otro hable más de lo que hacen. Podría ponerlos muy mal.
— Ya que estás ahi, cantame algo. — dijo Argentina, sin mirar a su hermano un momento.
— ¿Tu me crees radio acaso? Cantate algo tú. — Estoy muy ocupado.
— ¡Yo también! Estoy muy ocupado... — hizo una pausa, dirigiéndose hacia su litera, sacando un pedazo de pan sobrante de su almuerzo, y lo espolvoreo con un poco de azúcar. — terminando de almorzar. Pero como soy buena gente, te cantaré mientras como.

Dicho eso, procedió a cantar de forma muy desafinada e infantil una tonada improvisada. Dando vueltas por la habitación, esquivando de forma que ya conocía cada parte de aquella, saltando sobre la silla, sobre el desgastado colchón que era la cama de Chile, sobre la pila de libros semi quemados que hacían tumulto en una esquina, paso por la temblorosa ventana cuyo marco de madera casi podrida no pudo evitar temblar con el compás de la mano del menor cuando lo toco. Y este, cuando se acercó casi danzando y dando la tonada con la boca llena hacia su hermano, elevo su voz y abrió más la boca llena de pan con azúcar, cantante y salpicando la mesa con migajas.
— ¡Eh! ¡¿Que te crees?! — exclamó Argentina pegándole en la frente al menor y alejándolo. Le dio otro golpe y le cubrió la boca luego de que Perú aprovechara en soltar más migajas mientras sostenía su frente. — ¡Como si tu fueras a terminar esto!
— Que bueno que no se ni que dice, así no tendría tu misma mala jeta.
— Ahg mira lo que haz hecho. — exclamó señalando la mesa con las migajas esparcidas en los papeles. —¿Que tienes? Te he dicho que no guardes pan, vas a traer más plagas.
Perú chillo un poco por dolor cuando Argentina pretendía examinar su boca y luego revisar su cama.
— Chile dice que nosotros somos la plaga.
Argentina frunció el ceño, ignorando la mención de su otro hermano. — No será mi problema si tu boca se llena de hormigas al dormir.
— Ya está bien, no lo hago, no hago nada.— Argentina le dio otro golpe en la frente haciendo que Perú se sentará de mala gana en la misma mesa que el, viendo los mismos papeles.
— Mira lo que haz hecho. — se quejó mientras limpiaba.
— Sí, ya miré.
— ¿Sabes que con esto es con lo que podrás ir a trabajar?
Perú guardo silencio y se recostó en la silla en una posición desganada. Entre los movimientos de Argentina, Perú solo notaba sus dedos entre el trabajo y las formas que hacía para reorganizar todo.

Sus dedos eran temblorosos por el anterior daño recibido. Todavía recuerda haberlos visto torcidos, no estaba seguro si lo recordaba con dolor o no, pero tener una imagen clara de haberlos tenido en una forma tan antinatural le hacía temblar y ensimismarse pensando en eso. No sabía si fue por la sorpresa del momento pero en ese entonces solo pudo pensar en cómo se sentirá tratar de moverlos estando en ese estado. Talvez estuvo demasiado ocupado contemplandolos que no le dio tiempo a intentarlo siquiera.

— Oye, mis dedos no parecen estar como antes, o como los tuyos.
— Mmhm. — ya había terminado de limpiar.
— Pero ahora tendré trabajo así que está bien.
— ... Bueno, no es realmente un trabajo.
El menor rodó los ojos ante la contradicción de su hermano. — Pero tendré algo que hacer, como tú y México.
— Tú siempre tienes algo que hacer sin tener un trabajo.
— Aish, limpiar no cuenta. — Encorvo más la espalda mientras miraba al otro. — ¿Y que era lo que debía hacer?
— Realmente no es mucho.
Perú le miró extrañado.
— Eso no fue lo que me dijiste la primera vez.
— La primera vez si te lo dije.
— Mmm yo creo que no.
— Que si
— Nooo. — alargó con molestia la negativa mientras miraba al techo. — Ah, ¿será solo sentarme y vigilar?
— Si.
— ¿Y porque dentro del tren?
— Porque siempre deben estar en varios lugares para mantenerlo en orden todo.
— ¿Y eso a donde lleva?
— Ellos te dirán.
— Ahg odio ese misterio.
— Solo te quedarás donde ellos te digan que te quedes, eso es todo.
— Pero eso no es para quedarme como, mucho tiempo en un lugar?
— Si.
— ¿Y ustedes?
— Estaremos aquí.
Perú se quedó callado, Arge no parecía muy dispuesto a entrar en demasiados detalles al respecto.
Argentina noto su incertidumbre, suspiro y apretó de forma juguetona la mejilla de su hermano en un gesto de que ya no piense demasiado en las cosas.
— Te quedas ahí y luego México también irá para acompañarte, le diré que lleve algunos juguetes para ti.
— México... Trabajará conmigo?
— Si.
— ¿Y que con el trabajo que ya tiene?
— El tuyo es mejor para ambos y tú vas a necesitar ayuda, ya le pedí a México que le llevará por adelanto nuestra parte al jefe y hacer las cosas más rápido.
El menor solo miro a su alrededor pensando en lo dicho por su hermano.
De pronto ambos escucharon un ruido proveniente desde casi el fondo del edificio.
Perú se enderezó un poco. — ¿Chile ya llegó?
Argentina se mantuvo en silencio tratando de concentrarse en el origen de aquel ruido. — Chile casi no se acerca a esa parte del edificio.










Hola! Alguna opinión sobre la historia? Les gusta? Escribir sobre esta historia se complica a veces por la inspiración y el hilo de tiempo pero en fin jaja espero lo hayan disfrutado, nos vemos.

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