XXI

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Capítulo 21: ¿Como familia?

Santa virgen. A ese tipo si que le gustaba escucharse a si mismo. Siempre parece tener esa necesidad de terminar su conversaciones con ese tono tan dramático que pretendía ser serio sin mucho éxito. Por otra parte, fue un alivio que haya terminado de hablar más rápido de lo esperado sin tener que decir nada más. Escucharlo solo lo ponía más ansioso de lo que le gustaría estar y una vez que pudo sentir el aire fresco al alejarse de el, pudo al fin respirar más tranquilo.

Pero ahora se sentía mucho más consciente de sí mismo. ¿Tenia fiebre? ¿De veras? Apenas se ha dado cuenta, pero realmente sintió su cabeza arder en cuanto se comprobó varias veces luego de llegar al establecimiento, era un lugar más fresco y se le hizo más fácil confirmarlo.

No sabía cómo es que los eventos recientes hayan afectado el hecho de que haya ignorado de esa forma sus propios síntomas, fue un milagro que no haya acabado en cama por varios días.

El enojo reprimido contra su hermano se incrementó. Sabía que se dio cuenta de su estado, tal vez por eso es que le había dicho que mejor entregara la caja hoy. ¿Fue su forma de velar por su estado? No estaba seguro si fue así, pero saber eso no ayudo a disminuir su molestia. ¿Cual era su problema?

Era una sensación extraña, el que Usa se lo haya hecho notar parece haberlo hecho más consciente de su estado. Todos los demás simplemente guardaron silencio al respecto. Habrá hecho el ridículo al andar de una manera tan fuera de sí ahora que se dio cuenta. Tal vez no era correcto decir que estaba fuera de si, ya que el se sintió casi como siempre, tal vez ya no sentía tanto el dolor como antes.

Lo único bueno es que parecía bajar a medida que avanzaba lo que queda del día.

No sabía nada de donde estaba Arge, mucho menos Chile. Pensaba que el nuevo techo que se les ha dado sería solo de él, tan solitario como sonaba. No se sentía con ganas de ir a esa nueva casa, no al menos sin alguno de sus hermanos. Pero eso parecía un plan que no se podría cumplir hasta que se encuentre a uno de ellos para darle las buenas nuevas.

Dios...

Pensó que había logrado desahogarse un poco luego de la visita al altar de su madre, pero parece que cada vez que logra tener algún tipo de desahogo siempre aparece una desagradable sorpresa. 

Se sentía pésimo por todo. Los últimos días fueron los más estresantes de su vida. Sentía que ya había experimentado y recordado todos sus miedos a los castigos que le pueden dar, las cosas que le pueden hacer y todas las emociones fuertes que odiaba sentir. Parecía que no iba a tener fin ahora que Usa estaba en la ciudad. Ya que desde luego, estaba seguro que el es el responsable de causarle todo eso de forma indirecta.

Dio un vistazo al familiar camino por el que el auto de Usa lo había llevado aquel día. A la señora no parecía molestarle que estuvieran ahí, tal vez podrían llegar a un acuerdo y sobrellevar la incomodidad de estar cerca de lugares tan concurridos. 

Trato de acomodarse en su cama improvisada con sillas. Se le hacía tan difícil aceptar estar más relajado de lo normal. A pesar de los problemas recientes, aún se sentía algo ansioso de tener tanto tiempo libre ahora que Usa es su nuevo jefe. ¿Era algo bueno para el?

Intento con todas su fuerzas en dormir más temprano, luego de dedicarse a limpiar algunas cosas y a sí mismo. Se sentía mejor que ayer pero sabía que su estado no lo dejaría con la mente tan clara. Se dirigió a la parada, imaginaba que a la misma hora que ayer, pero sus pasos aumentaron a medida que se acercaba al lugar, pues desde lejos pudo visualizar a un grupo de gente ahí reunidos.

— ¡Donde estan nuestros hijos! ¡Devuelvannos a nuestros hijos!

Hombres y mujeres gritando tan fuerte que toda la ciudad ya se habría enterado de ello. ¿La protesta había empezado hace cuanto? Iba a adivinar y creer que llevaban ahí un rato. 

¿Solo un dólar? || UsaMex ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora