Capítulo 10

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En la noble y ancestral casa de los Black Kreacher se aseguraba de mantener cada cosa en su lugar. Según lo que su amo Regulus le había dicho, la familia Roux llegaría esa tarde. La mansión debía estar presentable, debe estar a la altura de los Black.

Regulus Black le había enviado una carta a los Malfoy. Severus no podría reunirse por motivos laborales, según lo que tenía entendido. Estaba feliz de volver a ver a sus viejos amigos. Eran la familia que escogió tener.

Recuerda las muchas veces que le dijo a sus padres que iría a tomar el té en la mansión de los Roux. Claramente no tomaban té, se reunían para asaltar el bar del señor Roux, cuando Rosier y Avery se unían, llevaban una hierva muggle.

Soltó una pequeña risa al recordar esos días.

Sintió los pequeños brazos de su esposa abrazarlo por la espalda. La vio por encima de su hombro y le brindó una cálida sonrisa.

—Tus ojos brillan muy bonito, querido — le dio un beso en el hombro. Regulus estaba más feliz de lo usual, se veía como un niño.

—¿Eso crees? — se giró hacia ella y la tomó por la cintura.

—No lo creo — pasó sus manos por el cuello de su esposo —. Es un hecho.

Sonrió y se inclinó capturando sus labios en un delicado beso. Olive correspondió al beso, sintió como Regulus sonrió en medio del beso. Se separaron lentamente y juntaron sus frentes.

—Rigel está nerviosa, ¿sabes? — se separó de Regulus y le acarició la mejilla. El cerró sus ojos al sentir el toque de su esposa—. Conocerá a los padres de su novio. No sabe como actuar.

—No se tiene que preocupar por nada. No la conocen y te aseguro que ya la adoran —Aseguró. Sabía que sus amigos estaba contentos de que sus hijos mantuvieran una relación. Era lo que habían soñado en su adolescencia.

—Es lo que le dije — murmuró su esposa —. Kreacher está inusualmente contento.

Regulus dejó escapar una risa nasal. Claro que Kreacher estaba contento, adora a Charles y Beck Roux. Los vería después de tanto tiempo. Tiene cierta lealtad y respeto en ellos, cosa que nunca demostró hacia Sirius, a quien consideraba un traidor a la sangre.

Frunció los labios al recordar a su hermano. Los años han pasado y aún es un tema que lo afecta de cierta forma. Sirius siempre le reprocho que sea un purista de sangre. Le parecía ridículo que lo tachara de mala persona únicamente por eso, que Sirius no sea un purista de sangre y creará una amistad con sangres sucia y traidores de sangre no lo hacía mejor persona.

Salió de sus pensamientos y observó a su esposa, quien lo veía con curiosidad.

—¿En que pensabas? — preguntó. Dibujo círculos invisibles con sus pulgares en la cintura de Olive.

—En que soy realmente feliz con la familia que decidí tener — susurró lentamente. Veía a su esposa con adoración. Ella le sonrió ampliamente y lo atrajo hacia ella en un beso.

...

Un pequeño platinado se veía en el espejo, se aseguraba de que su vestimenta luciera impecable. Una camisa y pantalón de vestir de color negro, al igual que sus zapatos perfectamente lustrados, un elegante abrigo negro, y una bufanda gris. Se sentía satisfecho, el problema era su cabello. Sentía que no se mantenía en su lugar, se había aplicado suficiente gel para peinar, pero no veía que su cabello quedara perfectamente peinado.

Soltó un suspiro frustrado. Lo dejaría así.

Roció un poco de perfume en su cuello, abrigo y muñecas.

My Dear Ravenclaw | Draco Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora