Capítulo 15

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Mini maratón (2/2)

Que estúpido.

Dios... de verdad que estúpido.

Potter seguro se está jactando de su gran logro.

Quedé en ridículo.

Bri pensará que soy un fracaso.

Un fuerte suspiro de frustración hizo eco en la vacía enfermería, cuyo único habitante era Draco, postrado en una de las camillas, con parte de su uniforme manchado de sangre y una venda en su brazo.

Se recriminaba e insultaba a Harry Potter repetidas veces en voz baja con frustración y enojo. Madame Pomfrey había atendido su herida con díctamo, mejorando el aspecto de la misma y aliviando el dolor, ya había sido dado de alta, más el insistía en seguir bajo observación por posibles daños secundarios ocasionados por las sucias garras del hipogrifo.

Theo y Blaise habían bajado al gran comedor una vez se aseguraron de que su amigo estaba en mejores condiciones.

Draco estaba sumido en sus pensamientos que no notó cuando la puerta se abrió lentamente y una cabellera azabache y ojos verdes se asomaban por la misma, inspeccionando la enfermería en busca de algo, o alguien.

Brielle al localizar al platinado entró por completo y se acercó a paso apresurado con una expresión de total preocupación al notar el brazo vendado y las manchas de sangre en el uniforme del rubio.

Draco salió de sus pensamientos al escuchar los pasos y giró su cabeza hacia la derecha y sintió un vuelco en el estómago al reconocerla. El sentimiento de humillación y vergüenza lo invadieron, sintió su rostro arder y las palmas de sus manos húmedas a causa del sudor.

—¡Draco! — exclamó en un tono de preocupación —. Me acabo de enterar sobre lo que te pasó, por Dios, me preocupé muchísimo por ti — tomó un banquito de madera, lo acercó a la camilla y se sentó tomando la mano sana y sudorosa del platinado.

Un suave aroma a frutos rojos invadió el olfato de Draco.

Sintió un violento cosquilleo en su mano al sentir la suavidad del toque de la ojiverde, verla preocupada y su confesión le hicieron sentir alivio de no quedar en ridículo.

— ¿De verdad? — preguntó con una sonrisa boba y un tono de voz emocionado, parpadeó tres veces y carraspeó mientras sacudía la cabeza —. Quiero decir, ¿de verdad? - soltó con un tono más neutro.

— Claro, cuando me enteré sobre lo que pasó, pensé lo peor...

Con su pulgar dio suaves caricias en el dorso de la mano del platinado, sin ser consciente de las sensaciones que causaba con las simples caricias.

— Estoy bien, Bri. Madame Ponfrey dijo que llegue a tiempo — se encogió de hombros —. Pude perder el brazo, pero dijo que resulté ser muy fuerte — sonrió con arrogancia mientras se incorporaba para quedar sentado —. Aún que, la herida tardará en sanar, según por lo sucias que están las garras del pollo agresivo — mintió.

La herida fue tratada y sanada en cuestión de nada. Draco insistió en quedarse en enfermería por posibles secuelas de las garras sucias del hipogrifo, exigió que su brazo fuese vendado para mayor seguridad, de no ser así, le diría a su padre.

— ¿Por cuánto tiempo tendrás la venda?

— No lo sé, un par de semanas pueda ser.

— Cualquier cosa que necesites, no dudes en decirme, ¿sí? — soltó la mano de Draco y se puso de pie. Draco al dejar de sentir su toque apretó los labios en una línea recta.

My Dear Ravenclaw | Draco Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora