My Dear Ravenclaw | Draco Malfoy.

Capítulo 17

Draco Malfoy

Ahí estás, escuchando atentamente las palabras del inútil a tu lado. Ríes de algún insípido chiste proveniente de él. ¿Por qué? ¿Por qué con él? ¿Te atrae?

Siento los celos punzar en mi pecho, cuando se trata de ti, es inevitable no sentirlos.

No sabes el esfuerzo que estoy haciendo por no ir y alejarte de él, hacerte saber lo que siento por ti, pero, sé que hacerlo no sería lo correcto, al menos no por ahora.

Observe a Theo desde el otro lado de la taberna hacerme la señal para iniciar con el plan. Le doy un asentimiento leve confirmando que estaba listo.

Solo debía esperar a que Theo lance un hechizo hacia el estúpido tejón causando que su cerveza de mantequilla se derrame en el, así tendrá que ir al baño a limpiar su ropa, y esa es mi oportunidad para acercarme a ella.

Theo de forma discreta lanzó el hechizo, noté como la jarra espumeante de cerveza de mantequilla cayó en el regazo del chico, este soltó un jadeo de impresión y se puso de pie de golpe.

Te veías impresionada por la situación, pero era necesario, Bri.

Casi suspiró de alivio al ver como se alejaba de la mesa y como su amigo iba detrás de él. Lo miraste hasta que se perdió en el pasillo del fondo, ¿por qué lo miras? No lo mires a él, mírame a mi.

Era el momento de acercarme.

Camine a paso seguro hacia su mesa, el sonido de mis pasos captó su atención y volteó su mirada hacia mi, me dedicó una sonrisa y sentí mi corazón palpitar desenfrenado. No pude evitar sonreírle de regreso.

—Mi Ravenclaw favorita — la saludé al llegar a la mesa —. Kathlyn, Terry — saludé a sus amigos para no dar una mala impresión.

—Se nota el favoritismo, Malfoy — canturreó Kathlyn mientras le daba un sorbo a su tarro de cerveza de mantequilla,

Escuché a Terry tratar de reprimir una carcajada, sentí mi cara arder de vergüenza. Iba a replicar hasta que escuché la suave voz de Bri.

—No lo molesten — advirtió —. Drac, me alegra verte — dijo ladeando la cabeza. Noté como tenía su nariz sonrojada por el frío, su cabello estaba casi lacio esta vez.

—También me alegra verte, Bri — le sonreí —. ¿Hace mucho que están aquí? — pregunté con curiosidad.

Bri apretó los labios pareciendo pensarlo.

—Si, más o menos... —miró a Terry con una expresión dudosa.

—Casi una hora — contestó por ella.

—¿No han ido a las demás tiendas?

Bri negó murmurando una negativa.

—Pero siéntate, Draco — dijo Kathlyn señalando el sitio junto a Bri.

—Por supuesto, que grosera soy — reprochó —. Siéntate, Drac.

No pude evitar sonreír, me senté junto a ella y sentí el suave perfume de frutos rojos invadir mi olfato, observé a través de la ventana buscando la escurridiza figura de Potter, sabía que seguía espiando. No fue difícil localizar su mirada, podía sentir su enojo al verme junto a Bri, arqueé mis cejas con arrogancia y aparte mi mirada de él.