𝐘𝐎𝐔 𝐀𝐍𝐃 𝐈 ⭑ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘

𝐀 𝐧𝐚𝐮𝐠𝐡𝐭𝐲 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚

Maratón especial: 1/3

Intenabo » Jack Conway x Gustabo García
Omegaverse, Smut.

Con una coqueta sonrisa plasmada en su rostro, veía al Alfa que yacía sobre la cama.

Sus manos se encontraban apresadas contra el respaldo de esta, siendo lastimadas por las esposas que hace media hora, descansaban en un pequeño estante de la habitación.

Aquel hombre jadeaba constantemente por el anillo vibrador que envolvía su erección.

El pequeño pero eficiente aparato, cumplía a la perfección su función de retener su ahora, doloroso orgasmo.

Amaba ver a Jack retorcerse en la cama, pero este no se sentía nada contento con la situación que estaba viviendo.

— Quítame esta mierda, por favor. — El Omega soltó una risa, al escuchar la suplicante voz del contrario.

Pocas veces ha sido capaz de escuchar a Conway pronunciar aquella palabra.

Jack Conway se caracterizaba por ser un tipo descortés, frío y poco amable.

En otras palabras, un hijo de puta que por algún motivo que aún no tenía claro, le atraía.

Nunca ha escuchado una palabra de agradecimiento, o una súplica por parte del mayor.

Por eso, tenerlo en esa situación, le ponía muchísimo.

Lo tenía a su completa merced, dando rienda suelta a su lado más pervertido e insaciable.

Juguetes sexuales adornaban la cama matrimonial que desde hace un par de meses, llevaban compartiendo.

Diversas funciones, texturas y tamaños que ansiaba probar en su cuerpo, ante la mirada cargada de deseo que el canoso le brindaba.

Por otro lado, Jack rezaba por que aquella tortura acabara lo más pronto posible.

Su pequeño Omega dejó salir un lado que le desquiciaba por completo.

La lujuria se denotaba en esos ojos azules que tanto adoraba, cada vez que este le regalaba una mirada juguetona. Demostrándole que disfrutaba de lo que estaba viendo.

Le jodía no poder levantarse de la cama para empotrar el cuerpo de su Omega contra la pared más cercana, con el fin de saciar su enojo a toques y marcas insistentes.

Le jodía ceder ante el juego del menor.

Le jodía ser tan débil ante los coqueteos y palabras llenas de deseo que murmuraba en su oído, con ese tono de voz que le ponía a mil.

Sí, definitivamente estaba jodido.

Ahora mismo, con su erección doliendo por el anillo, podía ver claramente como su esposo se empalaba a sí mismo con un vibrador de goma.

Los agudos gemidos de Gustabo, lograban que echara la cabeza hacia atrás por la frustración que sentía.

Sumado a que su erección dolía cada vez más.

Apretó sus labios con fuerza cuando el Omega se posicionó sobre su regazo, dándole una mejor vista de su entrada dilatada con aquel juguete dentro.

Gustabo parecía querer enloquecerlo aún más, puesto que comenzó a empalar su entrada con rapidez, soltando gritos placenteros por lo bien que se sentía.