13°

425 39 1
                                    








—Ahora será éste escenario, a diferencia del primer entrenamiento, habrá una distinta situación. Será para una experiencia más real. Los heridos se encontrarán en un lugar y no se sabrá donde estarán, tendrán ocho minutos para replegarse y solo 5 serán los que rescatarán, los otros 16 se ocultarán en donde gusten, sin embargo 8 no podrán hablar. Seleccionaré a los 8 —Trece daba las indicaciones para el siguiente entrenamiento, el cual sonaba difícil por el hecho de que algunos no podrán hablar y no será fácil encontrarlos.
Mina comparó la misión con el juego de las escondidas a lo que Trece aclaró que era algo por el estilo. Los seleccionados por Trece fueron Uraraka, Mineta, Midoriya, Bakugo y yo, pero el rubio se quejó, no pensaba ayudar al peliverde.

—Si cargo a las víctimas, podré tocar sus senos o su trasero, eso me encantaría ~musitó Mineta sin pensar en que lo había escuchado. Cargué al enano por la bufanda que traía puesta y lo acerqué para quedar cara a cara.

—Escúchame con atención. Tienes prohibido cargar a una mujer, si me llegó a enterar que lo hiciste, date por muerto, ¿escuchaste? —lo miraba con oscura frialdad y rabia, el contrario no pudo hacer nada más que asentir irrepetibles veces aterrado, estaba bajo amenaza.
Lo solté para dejarlo en suelo con cierta expresión de manos.

—¡Tienen dos minutos para ocultarse! ¡Qué empiece el entrenamiento! —anunció Trece complementando—. No olviden que ninguna situación es extraña en este caso.

—¡Bien! Busquemos a los... —Midoriya ni siquiera terminó de indicar cuando Bakugo se adelantó.

—No es necesario. Siganme basuras.

Dicho esto provocó una de sus explosiones para que lo hiciera volar a una lejana distancia.

—¡¿Qué le pasa?! ¡Esta loco! —exclamó Mineta.

—No queda de otra, nosotros debemos hacernos cargo. Busquemos a los que pueden hablar. Ahora.

Después de que Izuku se haya encargado de organizarnos, los cuatro nos dirigimos en direcciones opuestas.
En todo el camino habían edificios derrumbados, algunos mostraban su interior, en otros tenía que utilizar mi quirk para crear un superficie alta y mirar a través de las ventanas. No había indicios de alguna persona. Hasta que miré por otro edificio en donde había encontrado al bicolor, pero no sabía con exactitud si era de los que no podían hablar.
Estaba sentado, pensando en algo, debía ser muy importante para él pues no se percató que yo había entrado por la ventana.
Aclaré mi garganta para llamar su atención sin asustarlo, aunque dudo mucho que se asuste de algo.

—Hori —volteó a verme.

—¿Eres de los que pueden hablar?

—¿Hay alguna diferencia? Me has encontrado —el chico se puso de pie e iba directo hacia mí. Sin embargo hubo una explosión en medio de ambos, lo que provocó que saliera volando a una esquina.

—Mierda —me quejé por debajo. Inmediatamente dirigí mi vista hacia Todoroki que estaba postrado junto al causante del desastre: un villano, y había estado oculto.

—Mira tu cara —su voz era ronca y hostil—. No parece la de un héroe.

—¿Quién demonios eres? —preguntó Shoto sin vacilar.

—Es solo una simple fachada —añadió el villano, poniendo al bicolor alterado, colocándose en posición de ataque.

—¡¡¡Hey!!! —grité con furia, si era uno de los villanos de aquel ataque, iba a descargar mi rabia y haría lo que no pude hacer antes—. ¡Aléjate de él!

Disparé en repetidas ocasiones pequeñas dagas intentando dar al blanco, no le daba ninguna pero lo hacía retroceder alejándolo de Todoroki, mi ataque cambió a barillas enormes que iban creciendo a medida que lanzaba una y otra. Cuando me aseguré de que estaba lo suficientemente lejos de la entrada, bloqueé esta misma, encajando la gran masa en los bordes de la pared.

Lo Hice Y Te Dejé (BNHA x Male reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora