CAPÍTULO DOS

13 0 0
                                    

Estaba impresionada con cada rincón que veía del edificio, todo parecía mágico y salido de una película, cada departamento estaba ambientado de manera diferente. "Estoy seguro que aquí en Editorial Plant te sentirás muy cómoda trabajando.", comentó Ramiro, sacándome de mis pensamientos.

"Espero que así sea. Estoy muy feliz", respondí con un chillido de emoción que en el momento que salió de mi boca quise salir corriendo de vergüenza. "¿Y cuánto tiempo tienes trabajando aquí?" pregunté para cambiar de tema.

"Oh pues, la empresa cumplió sus diez años, yo tendré como unos cinco" respondió sonriente.

"Wow, es mucho tiempo" comenté.

"Bueno, el tiempo vuela cuando haces lo que te gusta. Además, entré a trabajar como pasante, así como tú. Si haces bien tu trabajo estoy seguro que podrás quedarte también" dijo orgulloso, "Y bien, esta será tu nueva oficina, puedes decorarla como gustes".

Las palabras "mi nueva oficina" resonaban en mi mente mientras mis ojos exploraban las paredes de un celeste tan claro como el cielo. No había nada más que un escritorio con una silla giratoria imponente y dos sillas más pequeñas al otro lado. Una laptop y una pila de manuscritos que aguardaban ansiosos por ser corregidos. Instintivamente, volví mi atención hacia Ramiro y le abracé con cariño.

"Me siento realmente feliz de estar aquí", susurré mientras reposaba mi rostro en su hombro. Sin embargo, en ese mismo instante, recordé que apenas habían transcurrido treinta minutos desde que nos conocimos, así que retrocedí apenada mientras aclaraba mi garganta. Ramiro era un joven de baja estatura, delgado y con un marcado sentido de la moda. Aparentaba rondar los treinta años o estar a punto de cumplirlos. Sus rizos marrones me recordaban al cabello de Danny.

"Oh, querida, me alegra que estés contenta, pero debemos continuar con el trabajo. Puedes ir acomodándote mientras llega tu compañero asignado", respondió mientras se alejaba con una marcada elegancia.

"Disculpa, ¿a qué te refieres con compañero asignado?" pregunté.

"En tu primer mes con la compañía trabajas de la mano con un compañero. Es una especia de tutor que te brindará apoyo para facilitar tu integración al equipo. Además de que podrá evaluarte y conocer tus debilidades y fortalezas y así saber que trabajos serán más adecuados para ti", comentó mientras parecía percibir mi expresión de preocupación. Se acercó a mí con gentiliza y preguntó "¿no te habían informado sobre esto?

"No ese pequeño detalle", respondí, evitando con todas mis fuerzas no sentirme nerviosa.

"Es algo nuevo, pero ha dado resultados favorables con los últimos contratados. No tienes nada de que preocuparte, Olivia, somos todos un equipo acá", respondió con una sonrisa cálida que me hizo sentir más segura.

"Tiene razón, además un mes no es tanto tiempo", dije restándole importancia a mis inquietudes, "por cierto, muchas gracias por el tour, disfruté mucho el recorrido".

"Oh no es nada, linda, estoy seguro que te irá de maravilla, pero bueno, basta de platica que debo seguir con mis deberes, nos seguiremos viendo, Olivia", dijo antes de salir de mi oficina. Wow, mi oficina, supongo que tendré que acostumbrarme.

Me senté en la silla y comencé a girar sin poder creerme donde estaba, me tomé un par de selfies y se las mandé a Danny quien respondió con emoticones de corazón, también mandé un par de mensajes a mi abuela y mi madre para ponerlas al corriente de cómo iban las cosas. Durante las últimas horas, me dediqué a revisar mi correo y organizar mi agenda. Aunque ya tenía asignados varios manuscritos para corregir, cada correo mencionaba que debía esperar a mi compañero para recibir instrucciones precisas.

MIENTRAS NADIE VEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora