Capítulo 1: Conociendolo

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El Viñedo del Amanecer nunca había sido tan concurrido cómo ahora, los sirvientes iban de aquí para allá, para tener todo listo, después de todo, no todos los días se preparaba una habitación de un bebé.

- Amo Diluc - Saludó Adelinde entrando al despacho luego de tocar - Ya hemos preparado la habitación del bebé, la madera que consiguió sin duda era de la más alta calidad, estoy segura que al amo Kaeya le gustará.

- Gracias Adelinde, lo aprecio mucho - Sonrió cortésmente, se levantó de su escritorio donde estaba revisando unos documentos para dirigirse a buscar a su esposo.

La criada que había visto crecer a ambos chicos sonrió conmovida, habían pasado muchas cosas, pero sin duda ver a sus dos personas que ella consideraba como hijos ser tan felices la llenaba de una alegría indescriptible, más aún cuando ella estuvo presente en todos los sucesos que marcaron ambos.

- Es un placer, el señor Kaeya está en su habitación -

- Iré a verlo - Se despidió y llegó hasta el cuarto de su esposo dónde lo encontró sentado en la cama leyendo un libro de poesía - Amor.

Kaeya despegó la mirada del libro y sonrió a su esposo.

- Mira quien llegó, ha llegado papá - Dijo el omega a su abultado vientre de ocho meses.

El bebé instintivamente al reconocer la voz de ambos progenitores, comenzó a patear.

- Ha estado muy inquieto - Dijo Diluc, ya que los últimos días ha sentido con mayor frecuencia las patadas de su hijo.

- Yo creo que quiere salir cuanto antes -

- Paciencia, aún nos quedan unas semanas, mientras tanto, acompáñame -

Diluc ayudó a levantar a su esposo y lo llevó hasta la habitación que le había prohibido entrar durante unos días, quería darle una sorpresa a Kaeya.

- Cierra el ojo -

- ¿Para qué? Abre ya - Dijo risueño, sabía que Diluc escondía algo ahí y quería verlo cuánto antes.

- Sin trampas - Dijo colocando su gran mano en el ojo libre de Kaeya, con la otra mano libre abrió la puerta, cuando estuvieron dentro de la habitación fue que dejó que su esposo viera lo que había hecho.

La habitación tenía una hermosa cuna hecha de roble de la más alta calidad, además habían diferentes tipos de jueguetes, telas como interior, ropa de seda, entre muchas cosas más.

Todo lo necesario para su segundo hijo.

- Es... Es hermoso - Dijo Kaeya, no imaginó que Diluc pondría tanto detalle a la habitación de su hijo, la nostalgia lo invadió y eso no pasó desapercibido por Diluc, quién de inmediato se acercó para besar su frente.

- Me alegra que te gustará - Dijo abrazándolo y depositando sus manos alrededor del vientre de Kaeya - Ya tenemos todo, solo los queda esperar un poco más.

- ¿Que crees que será? -

- Tengo la corazonada que será una niña -

- Espero que no vaya a heredar tu temperamento -

- Ni tu coquetería, no viviría mucho si ella llega a aparecer con algún novio -

Kaeya se giró para inclinarse para darle un beso a su esposo en los labios, ambos se miraron con un amor que solo ellos entendían.

Quién creería que después de todos los malentendidos entre ambos, de incluso llegar a odiarse, podrían ahora verse de esa manera.

Kaeya no dejaba de ver esos ojos carmesí, los que alguna vez lo vieron con odio, ahora solo había en ellos un cariño que superaba todo lo demás.

Saliendo del abismo (DilucxKaeya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora