¿Quién dijo que polos opuestos se deben atraer para que resulte algo positivo?
No, el destino no debió juntar a una casi suicida y un loco obsesionado, nada resultará bien de esa relación. Pero, la vida nunca es justa y terminará por hacer que se u...
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ANGELIQUE
El aire helado golpeaba mi rostro y entumía parte de mis facciones, incluso removía mis cabellos haciendo que volaran con el viento formando ondas ondulatorias a mis costados. Me gustaba la sensación térmica que emitía el viento, casi siempre me relajaba y hacía que mi mente parara de pensar por un rato, aunque sea mínimo.
Mis pies se balanceaban de atrás hacia adelante mientras yacía sentada sobre la orilla del puente. Ladeé mi cabeza para verificar si Adrien continuaba con los ojos cerrados, y sí, seguía en la misma posición.
—¿Qué haremos hoy? —pregunté con la esperanza de que dijera que iríamos a otro sitio distinto a este.
—Nada, Angelique. Ya te lo dije.
—No es justo lo que pensaba que íbamos a…
—¿Acaso piensas? —Aún teniendo los ojos cerrados, sonrió —. Ya va, creo que podemos hacer algo interesante.
—¿Qué cosa?
Abrió los ojos y me miró.
—Leer un libro.
—Menudo idiota—murmuré muy bajito para que él no lo escuchara, quería evitar que me dejara sola.
—¿Cómo dices que dijiste?
—Habla bien—sentencié antes de pararme—. ¿Y si mejor vamos a tu casa?
Imitó mi acción, levantándose.
—¿Para qué?
—Para tener sexo.
—¿Me presentarás a una amiga? —cruzó sus brazos y los recargó sobre su pecho y enarcó una ceja.
«¿Para qué si me tienes a mí?».
—Oh, pero cállate.
—Oblígame.
Iba a replicar, pero en lugar de eso le pasé por un lado. Antes de llevar una distancia prudente, sentí que tiró de mi mochila desde atrás haciendo que me tambaleara quedándome en mi sitio.
—¿A dónde vas, suicida fracasada? ¿Vas a buscar otro puente para que sea testigo de tu fracaso?
Ignoré sus palabras.
—¿O vas a descargar tu odio liándote a alguien? —Sentí su respiración fría contra mi nuca— ¿Lo harás solo porque no te hice caso?
Con una de sus manos libres acarició mi brazo, con una delicadeza increíble que hizo que me relajara y bajara todos mis sentidos de bramura.
¿Qué me está pasando? Él ni siquiera está haciendo algo del otro mundo.
