[22] Lágrimas Sinceras

134 20 6
                                    

Dedicado a Robedd27

Dedicado a Robedd27

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ANGELIQUE

Mi visión se perturbaba por la luz mañanera y entré en la necesidad de colocar mi antebrazo sobre mi frente para protegerme, ya no estaba en condiciones de retar con la mirada al sol, el maldito siempre me ganaba. Tras haber peleado con medio mundo en el camino rumbo a mi salón de clases pude llegar a tiempo, pero eso no eliminaba el hecho de que iba un poco histérica porque unos que otros me insultaron—un poco menos de lo que yo a ellos— y, a pesar de que por primera vez en mi vida no me les salté encima, contenerme me puso de malas instantáneamente.

Supliqué a todos los santos que la primera clase terminara para que pudiera llegar la siguiente en donde tendría un debate muy importante en mi carrera universitaria, no me hallaba nerviosa, solo ansiosa. Uno de mis compañeros se sentó a mi lado, lo ojeé de reojo sin interés y extremo aburrimiento, ¿Cómo es que se llamaba? Lo oí hablarme de cualquier asunto y ni siquiera me tomé la molestia de centrar mis ojos en él, simplemente lo ignoré para que se fuera.

Mientras la clase de Leyes laborales transcurría normal, centré la vista en la ventana que daba hacia el jardín. Las hojas veraniegas brillaban en su plenitud por la temporada, me quedé viéndolas, admirando el cómo se meneaban al ritmo del viento. Algunos pájaros volaron por el cielo azul pastel, tan libres; muchas veces las envidié porque ellas iban por la vida sin pensar en el mañana o en el pasado, solo existían sin siquiera sentir dolor o alguna otra emoción que les inculcada un estado de ánimo.

Luego de mi gran momento esperado, el timbre sonó anunciando la terminación de la clase, todos salimos del aula y nos dirigimos al jardín para matar el tiempo ya que esta clase era libre. Me senté en el pasto verde, debajo de un árbol que quedaba en una zona especial donde podía ver a todos pasar. Saqué mis audífonos de la mochila y encendí el reproductor eligiendo una canción en específico: Love The way you lie, de Rihanna y Eminem.

—Just gonna stand there and hear me cry? That's alright because I like the way It hurts...I love the way you lie—canturreé la canción en voz baja cerciorándome que nadie me pudiera escuchar.

»¿Solo te quedarás ahí y me escucharás llorar? Está bien porque me gusta la forma en la que duele… Amo la manera en la que mientes.»

Fruncí el ceño levemente, a pesar de que el debate fue a favor mío me había dejado un mal sabor de boca por los argumentos que el otro equipo aplicó contra el mío. El tipo de tema que tratamos fue ese que denominan prohibidos, en nuestro caso fue el aborto. Existen tantos dilemas, creencias y opiniones en base a la premisa a favor o en contra de la práctica, yo estaba en el lado del segundo.

¿Por qué se tenían que dividir a las personas en grupos dependiendo su posición? En mi más humilde opinión, quería que se legalizara. No es que sea porque sienta que las ideologías religiosas sean absurdas, todo lo contrario, eran válidas porque, incluso la ciencia nos comprueba que aunque seas un feto, ya formas parte de una célula viva del cuerpo. Mi posición se basaba en que quería que el derecho al aborto fuera una decisión propia, si quieres usarás el derecho o sino, no habría quién te juzgara; así como sucede con el derecho a votar, muchos no lo ejercen y está bien, no tiene nada de malo. Como dicen: cada quien lucha por su propia salvación, o por luchar contra el respeto a su cuerpo y decidir qué hacer con él.

EL FUTURO QUE NUNCA LLEGÓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora