Habían pasado tres horas desde que Taeyong decidió tomar una siesta. Según el, serían sólo un par de minutos, pero era más que obvio que no lo iba a cumplir y fue peor cuando su celular comenzó a sonar, logrando alterarlo cuando lo hizo despertar.
— ¿Qué? —Habló de mala gana y sin abrir los ojos, después de agarrar su celular de la mesita de luz.
—Encima que te llamó hijo de puta. —Le contestó su mejor amigo del otro lado.
Separó su oreja del celular para poder ver la pantalla, dándose cuenta que se le fue la hora.
—No me digas que recién te despiertas. —El silencio culposo lo dijo todo.— Menos mal que te dije que no duermas, gil.
—Ya sé, pero no me pude resistir a mi cama. —Habló mientras seguía acostado.
—¿Le pediste permiso a tus viejos para lo de hoy?
—Se fueron otra vez, ¿Puedes creer que no me avisaron?
A su amigo le daba cierta decepción y bronca la manera en que sus padres nunca estaban para él, sólo aparecían para exigirle más sobre el estudio, porque Taeyong quedaría como heredero de la empresa y cómo le decían ellos "tienes que estar a la altura" aunque no fuera lo que él quisiera.
—Son tus papás, puedo creerlo. —Contestó sabiendo de sobra, cómo eran estos.
—¿Me vienes a buscar después? —En realidad quería preguntar otra cosa, pero no sabía cómo hacerlo.
—Si, Tae.
—¿Vienes solo?
—Dijo Yuta, que va llegar después de nosotros, si eso es lo que te importa. —Respondió riéndose.
—Yo nunca dije eso. —Habló nervioso.
— Repítelo hasta que lo creas. —Sabía que si hubieran estado juntos, su amigo ya lo hubiera golpeado— Bueno, prepárate que más rato llego.
—Ta' bien. —Dijo con cierta pereza.
—Y báñate, sucio. —Fue lo último que dijo antes de cortar.
Se le escapó un "tonto de mierda" después de terminar la llamada. Se levantó de la cama y fue directo a la cocina para comer algo y ahí, fue cuando vio un pote de tintura color rosa, justamente la idea que tenía desde hace tiempo, por fin la iba a cumplir.
Era el momento perfecto aunque estaba con el tiempo un poco justo y no era la primera vez que lo iba hacer. Eligió proteger bien su tatuaje y buscó una botella de decolorante, un pote para preparar la tintura y un pincel para poder hacerlo mejor. Después de decolorarse esperó un rato y fue hasta el espejo, por fin aplicó la tintura color rosa por todo su pelo.
Los nervios mientras esperaba que terminara el tiempo y poder ver cómo quedaba su pelo, pero estaban los dos extremos; Sale bien o sale mal.
Ya empezaba a desesperarse cuando pensó en Yuta y en que no le podía dar motivos para que se burlara de él.
Fue hacia el baño, y dejó salir agua de la bañera, para poder quitar el sobrante de tintura en su pelo.
Cuando por fin, estuvo frente al espejo y se pudo ver. Sentía que quería llorar de emoción porque le encantaba cómo quedó y siendo justamente el color que quería. Por un momento sintió inseguridad sobre lo que pudieran pensar, pero automáticamente se le vino a la mente lo que le dijo Yuta "La libertad la tienes siempre que la busques, rosita." Haciéndolo sentir seguro sobre lo que había elegido.
Se dio cuenta que no quedaba nada de tiempo para que lo fueran a buscar, aún no podía bañarse así que buscó la ropa que quería usar, sabiendo que esta vez quería por alguna razón resaltar, aunque a la vista de personas ajenas siempre resaltaba.
Se decidió por un pantalón blanco tiro alto, bastante ajustado marcando sus caderas y más abajo, acompañado con una remera del mismo color que tenía la espalda transparente y era un poco más suelta, dejando a la vista su tatuaje y es que quería presumirlo siempre que pudiera.
Y cómo si hubiera hecho todo en tiempo récord, escuchó cómo tocaban el timbre de su casa, haciéndolo bajar para abrir. Se rió muchísimo al ver la sorpresa en la cara de su amigo al mirar su cambio.
—Ahora eres completamente un algodoncito de azúcar. —Dijo para apretarle los cachetes cómo si fuera un nene.
—Y tú eres completamente un tarado. —Contestó imitando sus gestos.
—Lee, eres un agresivo de mierda. —Intentó parecer ofendido.
—Mentira, cuchurrumin. —Dijo después de guardar sus cosas en la mochila de su amigo, excepto el celular.
Y así, salieron de la casa empezando a caminar hasta donde sería la famosa joda de Zhong.
Por otro lado estaba Yuta, que tuvo que irse antes de su trabajo porque había recibido una llamada del hospital. No sabía por qué había aceptado ir a esa joda, se sentía como un viejo pero teniendo veintiún años, sentía que ya había pasado la etapa de tomar alcohol hasta desmayarse, prefería cosas más tranquilas o juntadas con menos gente, eso era más lo suyo. Pero por alguna razón quería ver a Taeyong y no sé, sacarse la intriga de cómo sería en una situación así.
Hace unos minutos había llegado y ya tenía unas grandes ganas de irse al ver cómo había gente afuera vomitando y otras cosas más. Si no fuera porque estaba acompañado de un muy animado Jaemin, ya lo hubiera hecho.
Hasta le parecía raro lo lejos que llegó su amistad con él, porque se conocieron cuando estaba quedándose con su abuela y no era la persona más sociable, pero Jaemin, se esforzó mucho para poder entablar aunque sea una conversación con él y así, después de muchos años hasta trabajan juntos.
Entraron, buscando con la mirada a las personas que tanto les interesaban, hasta que sintió como su amigo lo agarraba de la muñeca, haciendo que vea como su hermano hacía señas a lo lejos, pero no veía a Taeyong por ningún lado.
—¿Y Taeyong? —Preguntó después de haberse saludado.
—Yo ando bien, Yuta, gracias por preguntar. —Dijo su hermano mientras se reía, después de pasarle una lata de cerveza—. Dijo que iba a buscar algo para tomar.
Tenía esa sensación de querer verlo y es que se desconocía a él mismo con cada acción que tomaba en respecto a Taeyong. Es todo nuevo para él y ni siquiera sabe bien por qué sentía la necesidad de verlo o pasar tiempo con él. Nunca fue así y no entendía todo lo que el menor le generaba.
ESTÁS LEYENDO
ROSA Y NEGRO. YuTae
FanfictionEn dónde a Taeyong le encanta el color rosa. Y a Yuta lo único que le encanta más que el color negro es Taeyong. - ADAPTACION permitida gracias a su autora: lenamf006