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Ese momento era algo que ambos no podrían olvidar, había sido su primer avance en lo que a lo sexual se refiere y lo habían disfrutado mucho, pero seguían queriendo más y si no fuera porque habían golpeado la puerta de la habitación de Taeyong, seguirían por más. Yuta estaba exaltado.
¿Cómo podía olvidarse del lugar en el que estaba?, Se suponía que trataría de dar una buena impresión y de repente se encuentra en esta situación, conociendo una parte de su novio que sólo logró dejarlo más encendido.

Taeyong estaba con una felicidad que ni siquiera su padre le podría sacar. Esos pequeños momentos con su novio hacían que todo fluyera mejor, porque se sentía seguro con él y muchas de sus vergüenzas, quedaron olvidadas. Estaba contento de la persona que incluso estaba haciendo que se conociera mejor a él mismo.

Después de que su madre los llamara para cenar, ya se encontraban los cuatros sentados en las sillas y viendo en esa mesa, además de los cubiertos, una fuente de fideos con tuco, la comida de la que Taeyong, era fanático. Pero, sin embargo la tensión seguía y lamentablemente no sabían como cortarla. Yuta, que estaba sentado a lado de su rosita, sostenía la mano de este, por debajo de la mesa, pensando que ninguno se daría cuenta. Justamente eso había pasado, nada más que prefirieron darse una mirada de complicidad y no decir nada.

—Bueno. —Habló Jungmin mientras los demás presentes comenzaban a comer—. Taeyong, yo...

—¿Qué pasó? —Preguntó Taeyong, sin aminos de recibir alguna ofensa.

—Te quiero pedir perdón por todo. —Ambos se miraban fijamente. —No fui el mejor padre, yo lo sé mejor que nadie.

Se había formado un silencio mucho más pesado que antes y Yuta, sentía como su novio apretaba mucho más su mano, pero ¿Qué podía hacer?, No podía simplemente hablar como si nada. El castaño sabía que su novio necesitaba esas palabras de su padre y quedaría en él si decide creerle o no, pero por mucho que quisiera, no tenía nada para aportar, más que regalarle sus caricias y hacerle saber que estaba ahí.

—No creo que sea buen momento para hablar de esto. —Respondió el pelirrosa, sintiendo como un nudo se formaba en su garganta.

—En algún momento lo tenemos que hablar. —Habló Jungmin, intentando de todas las formas que su hijo lo escuchara. —Quiero que me entiendas, eres mi único hijo, no sabía cómo manejarlo y pensé que sólo era parte de una etapa, pero tardé mucho en darme cuenta que no era así. —Sentía la mano de su esposa acariciando sus hombros, tratando de alentarlo. —Nunca quise que estos problemas llegaran tan lejos, durante mucho tiempo estuvimos alejados y cuando intentaba ser un buen ejemplo para ti, llegaba a casa y notaba tu tristeza. Tu mamá lloraba mucho sólo porque mi mente no lograba entenderte.

—¿Pensaste que fue sencillo para mí?, Sólo necesitaba el apoyo de ustedes y sin embargo, hicieron lo posible por verme infeliz. —Era su momento de decir sus verdades y entender que si quería empezar de nuevo, merecía sacarse todo ese dolor del pecho. —¿Saben cuánto tiempo me odié a mí mismo porque no me sentía como una persona normal?, Ustedes fueron los primeros en decepcionarme y hacerme creer que no estaba bien.

Sus padres sólo se quedaron en silencio mientras lágrimas salían de los ojos de su madre. Estaban tan cegados por lo que dirían los demás que nunca se dieron el tiempo de pensar seriamente en porqué su hijo, ya no era feliz cómo antes. Miles de recuerdos venían a la mente de esa familia y dolían mucho, porque era algo horrible.

Ellos nunca habían dejado de presumir el hermoso hijo que tenían, pero eso Taeyong, nunca lo supo. Ellos lo habían defendido de todo lo que las personas decían o creían, pero Taeyong, no lo sabía. ¿Cuál era la razón por la que evitaban que las personas conocieran verdaderamente la esencia de Taeyong?

ROSA Y NEGRO. YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora