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Yuta, a lo lejos lo vio, como si fuera en cámara lenta y es que sus ojos fueron directamente a su pelo, quedando embobado por lo lindo que se veía, caminando tan seguro hacia ellos, pero sentía cierta presión en el pecho al ver como las miradas de muchos se perdían en su rosita.

Taeyong, no estaba tan lejano a lo que le estaba pasando el castaño y es que sentía que le iba a dar algo, cuando vio que venía vestido con una campera de jean negra y unos pantalones de la misma tela, haciendo que de verdad se vieran completamente opuestos. Sumando esa mirada que por alguna razón, lograba cautivarlo y ponerlo nervioso al mismo tiempo, pero no podía demostrarlo.

Tanto Jaemin como Jungwoo querían sacarles una foto al ver como le brillaban los ojos a Yuta, porque podían asegurar que nunca lo veían así. Se veía como la dureza de sus facciones, se ablandaban al ver a Taeyong, era ver a través de sus ojos a una persona totalmente distinta al que estaban acostumbrados.

Pero, el momento se rompió cuando el pelirrosa sintió como alguien le pegó una nalgada haciendo que su aura de paz se fuera a la mierda y volteara para ver quién había sido, dándose cuenta que se trataba de su ex.

—¿Qué te pasa, enfermo? —Preguntó demostrando su enojo.

—Te hacía recordar viejos tiempos. — Dijo mientras se acercaba al más bajo.

Todo esto ante la mirada de Yuta, que sentía demasiada bronca al ver cómo le faltaban el respeto a Taeyong y sin darse cuenta, estaba caminando hacia ellos con su hermano y su amigo, siguiéndolo.

—No sé quién mierda te piensas que eres, Hyunwoo, suéltame. —Hablaba tratando de que soltara el agarre que tenía en su muñeca.

—Vamos arriba y te hago acordar.

Esas palabras le causaron demasiada repulsión, pero cuando estaba por golpearlo. Yuta, le había ganado, pegándole un puñetazo en la cara haciendo que lo soltara rápidamente.

—Hijo de puta. —Habló mientras estaba tirado en el piso.

Vio cómo se levantaba y le pegó un golpe en el ojo, sintiendo como le ardía la ceja, pero no se iba a quedar atrás, devolviendo varios golpes más, dejándole marcas y más de un moretón. Frenó cuando vio cómo la gente comenzaba hacer una ronda a sus costados y él no iba hacer parte de ese espectáculo.

—Puede ser peor, si veo que te vuelves acercar a Taeyong. —Y así se alejó, no sin antes ver a un pelirrosa sorprendido.

Taeyong, vio como su ex era ayudado por sus amigos, mientras mucha gente los veía e incluso sus amigos le preguntaban si estaba bien, pero él no les prestaba atención. Siguió con la mirada hacia dónde se había ido Yuta y decidió irlo a buscar. Estaba tan sorprendido sobre lo que había pasado y es que Yuta, ese que nunca se metía en los problemas de nadie, lo defendió y no lo podía creer.

Caminó hasta el patio de la parte delantera de la casa de Zhong, donde lo encontró sentado en la vereda, hablando por teléfono.

—Sí, estoy bien, nana. —Taeyong quería morirse de ternura porque sabía que se trataba de su abuela— Bueno, anda a dormir, te quiero. —Vio cómo el mayor soltaba un suspiro al cortar y decidió acercarse.

—¿Yukkuri? — El castaño se sorprendió porque rara vez le decía así.

—¿Estás bien, Tae? —Se acercó hacia él.— ¿Te lastimó? —Preguntó al agarrar su muñeca.

—Gracias por lo que hiciste. —Estaban tan cerca que se miraban fijo.

—Sé que te puedes defender solo, pero preferí ayudarte. —Hablaban bajo y con cierta tranquilidad, cómo si fuera un momento solo de ellos.

—Que hijo de puta. —Yuta se rió ante ese insulto.— Mira, cómo te lastimó. —Dijo el pelirrosa al acercar su mano hacia la cara del contrario y acariciar despacio la zona lastimada.

—Mientras que no te hiciera nada, esto es mínimo. — Contestó disfrutando del toque ajeno.

—Hay que limpiarte eso, Yu. —Habló tratando de evitar lo que le causaban esas palabras— Vamos a mi casa, no creo que acá tengan algo para limpiarte.

—No hace falta rosita, quédate y pásala bien —No quería arruinarle la joda a Taeyong—. Ya pedí un taxi.

—Ya no quiero estar acá, así que vamos juntos. —Volvió a insistir— No voy aceptar que me digas que no.

Yuta, solamente asintió haciendo que el menor se pusiera contento, pero vio como temblaba de frío y después de ver como mostraba con orgullo su tatuaje, decidió darle su campera que le quedaba un poco grande, pero Taeyong, estaba más que contento porque sentía el olor a perfume, ese perfume que tanto le gustaba y que pertenecía al castaño.

Después de avisarles a sus amigos que estaban bien y que se iban juntos. En silencio y sentados en la vereda mientras se daban una que otra mirada. Vieron como llegaba el taxi, para subirse juntos y esperar lo que sería el resto del camino hasta la casa de Taeyong.

Iban sumidos en sus pensamientos pero con una tranquilidad que pocas veces experimentaron. Se miraban sin que el otro se diera cuenta, pero más de una vez, esas miradas chocaban y generaban un nerviosismo por parte de ambos que no cualquiera podría entender.

Se preguntaban qué estaban haciendo y si estaba bien, pero al momento en que reaccionaban que estaban juntos, se olvidaban de esa mala sensación. Por primera vez en muchos años, eran solamente ellos dos y nadie más.

Al fin de cuentas la joda había sido un desastre, pero todavía quedaba el resto de la noche y ellos la podían pasar juntos.

ROSA Y NEGRO. YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora