Hay momentos en la vida que pueden parecer perfectos, instantes o incluso solo segundos, pero la perfección es un concepto que se vive pocas veces, porque los seres humanos somos expertos en buscar errores.
Para Taeyong cada momento junto a Yuta, había sido perfecto y tan solo recordarlo podía hacerlo sonreír, pero tener que decidir sobre su futuro o el amor de su vida era tan complicado.
Experimentó todas sus emociones junto a él, pero principalmente aprendió a amar, aprendió a entender que en una relación todo se trataba de la comunicación. Nadie podría sacarle eso, sabia que no quería ser egoísta, por el simple hecho de que su novio no se lo merecía y el no estaba dispuesto a atarlo a una situación que le causaría dolor a los dos.
—¿Me vas a decir que te tiene así? —Preguntó Yuta, esperando las repuestas de su novio, quien estaba notoriamente raro.
Se encontraba en la casa de Taeyong, después de que lo llamara porque necesitaban hablar y no mentiría al sentir el miedo inundando su interior. Estaban bien, ¿No?, entonces porque su frialdad al recibirlo solo le hacia pensar en lo peor.
Sentados uno al lado del otro, sin tocarse y el menor sin siquiera mirarlo, sabiendo que seria lo peor que podría hacer en su vida. El silencio parecía ser el principal protagonista de esta historia, porque no podían pronunciar una palabra, pero Yuta, siempre era el primero en afrontar las cosas.
—¿Rosita? —Preguntó nuevamente y el corazón de Taeyong sentía romperse.
—Me voy a ir Yuta. —Habló en seco, sorprendiéndose ambos por la frialdad con la que sonó su voz, ocultando sus ganas de llorar.
—¿Qué? —Su mente parecía no reaccionar ante las palabras dichas.
—Tomé la decisión de irme. —Contestó al intentar mirarlo y fracasando en el intento.
—¿Tomaste? ¿O sea que mi opinión no te importa? —Dijo tan dolido como cualquiera que viviera esa situación, lo estaba haciendo sentir insignificante y eso lo lastimaba a mas no poder.
Me importa mas que la de cualquiera, pensó Taeyong, pero no podía decírselo porque no se permitiría hacerlo esperar por cuatro años de su vuelta, no se permitiría verlo solo en fechas especiales, no podía hacerle eso a él.
—¿Te das cuenta lo que me estas diciendo? —Habló más exaltado el castaño, era como si su novio no comprendiera la situación.— ¡Mírame, Taeyong!
El pelirrosa a duras penas subió su mirada desde el piso hasta los ojos furiosos junto a el, nunca lo había visto así, tan vulnerable pero enojado a la vez.
—¿Y nosotros? —Preguntó sin sacar la vista de la persona que amaba, pero que lo estaba lastimando a más no poder.
Solo recibió un silencio, ese que podía matarlo lentamente. No le decía nada y supo que su mundo se caía a pedazos, toda la perfección de su noviazgo desapareció en un segundo.
Se paró de su lugar y comenzó a caminar en círculos como si buscara respuestas sobre algo que estaba ya terminado, ya no se trataba de ellos, porque ya no eran ellos juntos, eran Taeyong por un lado y Yuta por el otro.
—Por favor, siéntate, Yuta. —Dijo para tocar el brazo de Yuta y sorprenderse en silencio sobre cómo el castaño se alejaba de el, como si su toque lo quemara.— ¿Yuta?, no me hagas esto, por favor.
El mayor rió cínicamente, no podía creer lo que estaba pasando.
—¿Que yo no te haga esto? Tú te vas a ir, me vas a dejar sin siquiera habérmelo consultado. —Hablaba dándole la espalda, como si eso le diera las palabras que le faltaban.— No te confundas. —Se dio vuelta para por fin confrontarlo.— No es por que te vayas y sigas el futuro que tanto soñaste, se trata de que me estas dejando, como si yo no fuera nada para ti.
—No es así, Yu. —Se acercó a él sin darle tiempo de alejarse y colocando sus manos alrededor de su cuello.— No es fácil para mi, sé que para ti tampoco, pero no puedo soportar la idea de hacerte dejar tu vida por la mía.
En ese momento se odiaba a si mismo, por el hecho de solo el toque de Taeyong, pudiera dejarlo tan sumiso, como si tuviera algún poder sobre el.
—Ni siquiera me lo preguntaste, Taeyong. —Su voz sonaba tan apagada que eso ponía más en alerta al pelirrosa.— Yo dejaría todo por ti, te esperé durante años, ¿Cómo no podría hacerlo ahora?
—Porque no sería justo de mi parte hacerte esto, se que harías todo y mas por mi, al igual que yo por ti. Pero yo no tengo nada bueno que ofrecerte más que esperarme y que vivamos con la incertidumbre de cuándo volveremos a vernos. Mucho menos hacerte dejar tu trabajo, después de que costó tanto conseguir tu propio estudio.
En ese momento sus frentes pegadas, dándose ambos el permiso de llorar cuando compartían miradas, un beso desesperado surgió entre esas lágrimas tan saladas, que solo aumentaban el sabor amargo de esa situación.
Querían solucionarlo, pero sabían muy en el fondo de su corazón que despedirse era tan razonable como cualquier otra opción, solo que esta los rompía mucho más rápido. La distancia sería insoportable para ambos, porque si no era estando juntos no conocían nada más.
Intentaban convencer a sus mentes y a sus almas que esto era lo correcto, pero para que mentir, dolía como un infierno.
Yuta fue el primero en separarse, oprimiendo el corazón del menor.
—Yo te amo rosita, no lo voy a dejar de hacer nunca, estoy orgulloso de ti, quiero que seas feliz.
—Te amo, amor. —Solo respondía con lágrimas que no cesaban, porque Yuta, no seria mala persona nunca.
Sonaba tan lejano, tan parecido a cuando recién comenzaban y solo importaban ellos dos, no había futuro imposible o eso suponían.
Había tanta tristeza, tanto enojo acumulado y que luchaba por salir a flote, pero no serviría de nada porque solo haría mas daño a esa locura tan linda que habían vivido.
Todo tenia un final, pero terminar con su amor no era posible, podía intentar todo, pero un hilo rojo no se rompe solo porque si, en esta vida o en cualquier otra volverían a cruzarse.
Así Yuta, con toda su pena y el dolor encima, se separó y caminó hacia la puerta, no sin darle una última mirada a la persona que juraba quedarse con su amor para toda la vida, sabiendo que nada le causaría tanto daño como la imagen de Taeyong, rompiendo en lágrimas al igual que el.
Taeyong se dio tiempo de llorar, de romperse en mil pedazos y sentirse la persona mas miserable al haber hecho lo que hizo, pero nadie lograría que su ser dejara a Yuta.
Mañana era su última día en la cuidad y no tuvo tiempo de avisarle a quien ahora era su ex novio, pero que no dejaría de ser el amor de su vida, en parte lo prefería así, no soportaría otra despedida, porque no era tan valiente.
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ROSA Y NEGRO. YuTae
FanfictionEn dónde a Taeyong le encanta el color rosa. Y a Yuta lo único que le encanta más que el color negro es Taeyong. - ADAPTACION permitida gracias a su autora: lenamf006