13

115 11 1
                                    

La familia Nakamoto se había puesto de acuerdo, primero pasarían los padres y después sería turno de los hijos, pero el inconveniente fue que Yuta y Jungwoo necesitaban a Taeyong con ellos. Hablaron con el doctor a cargo de su abuela y después de insistir bastante, autorizó que entraran los tres.

Habían pasado varios minutos desde que sus padres habían entrado y la ansiedad que sentían no podía compararse. Todos se sentían abrumados por su imaginación y lo que esta generaba al pensar lo peor. Era tan complicado para ellos tener que entender lo podría pasar y nadie podía culparlos, era una situación que no se la desearían a ninguna persona.

Yuta, estaba mirando fijo a algún punto de la habitación mientras sostenía la mano de Taeyong. Quien por cierto no se había separado del lado del castaño, algo dentro de él, estaba intranquilo y lo peor es que no entendía de donde venía tanto dolor. Tenía que estar tranquilo para poder brindarle esa tranquilidad a quien se lo debía.

Pero, a veces el pesimismo y el ser "realistas" van de la mano.

Su mirada viajó a la puerta de la habitación que se abría, dejando ver a sus padres. Un peso mucho más fuerte se sintió en su pecho al ver los ojos completamente rojos e hinchados por lo notable que eran los rastros de lágrimas en sus rostros. Jungwoo se acercó rápidamente a ellos y los abrazó cuando rompieron a llorar nuevamente. Yuta, no sabía cómo reaccionar porque nunca fue demostrativo, ni siquiera en momentos así, pero al sentir el tacto suave en su rostro que provenía de su rosita, supo que era momento de cambiar eso.

Él mismo se acercó a su familia y los rodeó en un abrazo. Era juntar piezas rotas. Era juntar lágrimas y saberlas secar. Era juntar a una familia que podía quedar destrozada para siempre. Pero, se necesitaban tanto como el aire para respirar.

Taeyong, veía todo de lejos y podía jurar que estaba orgulloso de Yuta. Quería verlo soltar de una vez esas palabras guardadas y que le causaron tanto daño al castaño y es que todavía quedaba tanto por saber que no tenían noción sobre si alcanzaría el tiempo, pero se quedaría ahí, al pie del cañón si era necesario.

Se separaron y conectaron miradas. Era el momento de que los hermanos y Taeyong, entraran a verla. Ellos caminaron hacia el pelirrosa y cada uno agarro la mano de su lado, como si fuera lo único que pudiera sostenerlos en ese momento. Suspirando, entraron a la habitación y pudieron verla acostada en una cama con suero sanguíneo y los cables que se conectaban directo a las máquinas que estaban a sus costados.

La impotencia de Yuta, en esos momentos era inexplicable. Fue el primero en soltar a Taeyong y acercarse, porque Jungwoo no reaccionaba aún. Quería llorar, gritar y romper todo, si era posible. Ella tenía una expresión triste y con los ojitos cerrados. El castaño era capaz de moverla como si de esa manera, fuera a verla despertar. Quería ver su mirada llena de amor y con ese brillo que siempre le había regalado, pero en vez de eso, tenía la imagen de su mirada perdida y apagada, como la última vez.

No podía si quiera respirar por ella misma, le habían puesto un respirador. Se rió, inconscientemente al pensar en que: si estuviera despierta se lo hubiera quitado enseguida, nunca le gustaron, la hacían sentir inútil y ella, aceptaba todo menos eso. Se encontraba pálida pero un poco mejor que cuando Yuta la encontró y sin embargo eso no calmaba al castaño.

Jungwoo, se acercó y sus ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente. Yuta miraba a su hermano con total compasión y deseando que no siguiera sintiendo ese dolor porque sabía que tan malo era. Taeyong, se acercó y tenía un rostro de sorpresa, lo cual llamó la atención del castaño que estaba junto a él.

—¿Estás bien, rosita? —Acarició suavemente su espalda.

Y de la nada, Taeyong, era un mar de lágrimas al no poder sacar su mirada de la señora que estaba en esa habitación. Los hermanos pensaron que era por lo sensible que resultaba ser el pelirrosa, pero no se trataba de eso.

ROSA Y NEGRO. YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora