Capítulo 17

687 68 11
                                    

Todo iba mal para Lucerys y el solo quería encontrar la manera de que su hermano regresará a la normalidad y pudieran regresar a casa.

El ya tenía decidido que aceptaría la oferta de su abuelo y se iría a Driftmark para terminar su preparación como futuro "Señor de las mareas".

Además podría darle una oportunidad a los Lores que solían coquetear con el durante sus estancias en el hogar Velaryon.

Quizás podría aceptar la oferta de Dalton Greyjoy y tomarse un tiempo para hacer un viaje en barco juntó al "Kraken Rojo".

El hombre no era feo y lo había tratado muy bien en todos sus encuentros, aunque mostraba su interés claramente, pero el no veía la sinceridad como un problema y ya había tenido suficiente hipocresía y engaños con Aemond Targaryen.

El fue verdaderamente estúpido al siquiera pensar que su tío podría sentir algo más que desprecio y resentimiento por el, aunque es demasiado triste que el chico no pueda superar algo que hizo siendo solo un jodido niño pequeño.

No es como si el lo hubiese hecho a propósito o con la intención de joder la vida de su tío, pero en aquel momento solo pensaba en su hermano e hizo lo correcto para defender a Jacaerys.

Es una lástima que su tío nunca pudo tener un poco de empatía con él y pensar en lo que el estaba haciendo en aquel momento y genuinamente tiene menos excusas que yo.

El era más grande que nosotros, pero eso no lo detuvo y no trato de parar la pelea de otra forma.

Tampoco tengo la culpa de que su madre lo haya criado para odiarnos y humillarnos cada vez que tuviera la oportunidad.

Nosotros nunca hemos sido bastardos, pero ya es cansado gastar saliva repitiendo el mismo cuento una y otra vez.

Extraño tanto a mis padres, aunque Daemon nos ha amado y protegido, pero jamás podrá reemplazar a Laenor y Harwin.

En estos momentos pagaría cualquier fortuna por sentir sus brazos a mi alrededor y escuchar palabras alentadoras.

El toque en la puerta me hizo saltar como si hubiese hecho algo malo, pero simplemente miré a otro lado y traté de regular mi respiración para que no se escaparán los sollozos que me he estado guardando desde las crueles palabras de Aemond en el salón.

No me sorprendió ver a mi tío Aegon con esa sonrisa alegre que siempre parecía tener para nosotros.

Aegon: Lucerys Velaryon.

Luke: Aegon Targaryen.

Aegon: Se que probablemente estés odiando a cualquier ser humano que tenga el cabello blanco justo ahora...

Luke: Estoy molesto con Aemond, pero eso no quiere decir que los demás deban pagar por sus ofensas.

Aegon entró a la habitación y cerró la puerta tras de sí.

Ambos se acomodaron en la suave cama y se miraron fijamente hasta que Aegon descubrió lo que estaba buscando.

Aegon: El te lastimó profundamente y tú no lo mereces, pero no está bien que guardés ese dolor para ti mismo o podría destruirte Lucerys.

Luke: No puedo mostrarme débil.

Aegon: Tener sentimientos no es una debilidad, pero puede ser un arma de autodestrucción si no tenemos cuidado de nuestras propias emociones.

Luke: Aprendí hace mucho tiempo que es mejor si guardo mis emociones y las expulsó en privado o los carroñeros se darán un festín con mis entrañas.

Aegon: Palabras muy amargas para el sobrino que siempre estaba sonriendo y dando amor.

Luke: Para el idiota que perseguía imposibles querrás decir y me niego a seguir siendo el juguete del que otros se aprovechan solo porque no me gusta ser cruel con los demás.

Aegon: Te estás equivocando con tus suposiciones sobrino.

Luke: El nunca pudo superar que le quité su puto ojo, aunque haya sido un accidente y el lo sabe porque estaba ahí con sus manos dispuestas a acabar con la vida de mi hermano mayor.

Aegon: ¿Crees que el hubiese asesinado a Jacaerys si no le hubieses arrancado un ojo?.

El tono de Aegon era la confirmación a los peores temores de Lucerys, pero nunca lo diría en voz alta.

Luke: Mírame a los ojos y dime qué el Aemond de ese entonces no hubiese acabado con el primogénito bastardo de Rhaenyra y luego iría a regodearse con todo el que pudiera escucharlo por su maravilloso logro.

Aegon: No necesito decirte algo que tú ya sabes.

El mayor bajó la mirada como si la vergüenza le impidiera mantener el contacto visual con su pequeño, ya no tan pequeño a inocente, sobrino.

Luke: El único que se estuvo engañando por años fuí yo y quizás mi ingenuidad fue tan grande que no me dejó ver cuánto me desprecia el hombre que amaba.

Aegon: ¿Amabas?.

Luke: No soy lo suficientemente masoquista para seguir amando a alguien que solo siente asco y repulsión por mí.

Aegon: No puedes dejar de amar a alguien de un día para el otro.

Luke: Puedes dejar de amarlo si el te rompe el corazón en tantos pedazos que nunca podrás recoger todas las piezas y no volverías a ser el mismo, aunque recuperarás cada pequeño fragmento.

En ese momento Aegon se dio cuenta de la verdadera magnitud del daño que su hermano le había causado a Lucerys y tuvo que resistir las ganas de ir a buscar al tuerto y retorcer el cuello del idiota hasta que recuperará el sentido común o hasta que dejará de respirar.

Aegon: No sabía que mi hermano tenía tu corazón en sus manos.

Luke: No quería que él lo supiera, aunque en realidad no lo sabe y espero que siga siendo así, pero yo deseó que algún día pueda dejar ir el pasado o nunca podrá vivir en paz.

Aegon: Justo ahora estoy odiando tanto a mi hermano que el no puede imaginarse que está a punto de perder el otro ojo por mi propia mano.

Luke: En algún momento me imaginé tomando esa misma daga y arrancando un ojo de mi rostro para dárselo a él y que esa puta deuda quedará pagada, pero me di cuenta de que un ojo no cambiaría nada.

Aegon: Odio verte tan mal.

Luke: No me has visto estar realmente mal, aunque agradezco que trates de consolarme, pero tú tienes tus propios problemas que solucionar y deberías hacerlo antes de que sea demasiado tarde.

Aegon: Yo sé que no soy digno de Jacaerys, pero nadie nunca podrá amarlo como yo lo hago y se que puedo cambiar por el.

Luke: No tienes que cambiar por Jacaerys y eso es algo que debes saber.

Aegon: ¿A qué te refieres?.

Luke: Si deseas cambiar házlo por ti mismo y porque sientes que eso es lo mejor para ti.

Aegon: Pero...

Luke: Jacaerys te ama por quién eres y eso nada ni nadie lo va a cambiar, aunque te creciera una barba espantosa y te salieran cinco dedos en la frente.

Aegon: Tampoco me des tan buenos deseos sobre mi aspecto futuro cuñado.

Luke: Estaba dejando en claro un hecho.

Aegon: Sabes que yo te quiero mucho y lamentó tanto todo lo que les hice cuando eran pequeños, pero nada va a cambiar el pasado y yo solo quiero compensar el daño que puede haberles causado.

Luke: Tu nunca fuiste concientemente cruel con nosotros y no tengo nada que perdonarte cuñado.

Aegon: Por favor llámame cuñado y olvidemos la palabra tío.

Luke: ¿Te molesta estar enamorado de mi hermanito?.

Aegon: Me molesta pensar que repetimos la historia de Rhaenyra y Daemon.

Luke: Supongo que es un castigo de los Dioses para el tío Daemon.

Aegon: Y una bendición para mi padre.

Un Amor InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora