Capítulo 25

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Jacaerys estaba furioso con la reina Alicent por todo lo que había hecho y la mujer tenía el descaro de negarse a su compromiso con Aegon.

Estaba tan enojado que dejó a su madre en esa habitación con Aegon y la reina.

Puede que escaparse a la biblioteca haya sido un movimiento cobarde de su parte, pero si se quedaba en esa habitación podría lanzarle su daga a la reina y eso podría causar muchos problemas.

Mando a un guardia a buscar a sus hermanos y se tomó un momento para controlar su ira.

Debía controlarse mejor hasta que Luke regresará a Kings Landing con el resto de su familia y pudieran confrontar a la reina por sus crímenes.

Había demasiado en fuego y el no podía arruinar todo por su falta de control, aunque le parecía una ironía muy graciosa estar en esta situación.

El era el hermano responsable y controlado que sabía mantener la compostura.

Tenía que respirar profundo y aprender a fingir o acabaría con la cabeza en una pica por traición a la corona.

Escuchó que abrían la puerta y supuso que eran Joffrey y Daeron, pero casi se golpea contra la mesa al ver entrar a Daemon con el ceño fruncido.

P.O.V Jacaerys

Lo que más me aterró fue ver que traía a Aemond prácticamente a rastras y podía ver con claridad la marca de algunos golpes en la cara del tuerto.

Daemon: Tenemos que hablar hijo.

Jace: No se que te habrá dicho Aemond, pero te aseguro padre que no hicimos nada malo.

Daemon: Este inútil ya me dijo que los convirtió en niños pequeños y que lo humillaste en un duelo justo por haber llamado bastardo a Lucerys.

Jace: Nosotros resolvimos el problema y se supone que no volveríamos a hablar del asunto.

Daemon: La lealtad es un lujo que nunca se darán los cobardes y a la pequeña rata solo tuve que ponerle mi espada en la garganta para que me contará todo.

Mire discretamente al tío Aemond y note el pequeño corte que tenía en el cuello.

Jace: Otro en su lugar se hubiera orinado del miedo.

Daemon: Insinuas que yo le doy miedo.

Jace: Creo que asustas a la mitad de los hombres de los siete reinos y la otra mitad prefiere lanzarce a las fauces de Caraxes antes de hacerte enojar.

Daemon: Son hombres inteligentes, pero ahora me vas a explicar que están ocultando tu y tus hermanos.

Jace: Te lo contaré en nuestro paseo habitual.

Miré a mi padre seriamente y el asintió como si entendiera que lo que estaba pasando no podía decirse a la ligera.

Daemon: De acuerdo hijo.

Aemond: Regresaré a mi habitación.

Daemon: Tu y yo nos vamos a enfrentar mañana en el campo de entrenamiento sobrino.

Aemond: ¿Porque haría algo así?

Daemon: Porque yo no permito que le falten el respeto a mis hijos y vas a pagar por lo que le hiciste a Lucerys.

Aemond: Yo ya tuve un duelo con Jacaerys.

Daemon: Un duelo que yo no tuve la oportunidad y el placer de disfrutar, pero ahora te voy a demostrar lo que le sucede a aquellos que se atreven a atacar a mi familia.

Un Amor InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora