CAPITULO 18: La Pequeña Bonghwang

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- ¡Vamos! ¿Qué esperas? ¡Entra al agua!

La risueña y alegre voz de YunHo se mezcló con el sonido agradable del mar, MinGi apreciando toda la escena desde lejos. Sentado en la dorada arena, sus ojos estaban puestos en el sirenito que lo embrujaba desde las turquesas olas, invitándolo a hundirse en la agradable agua.

Si era sincero, los últimos días fueron extremadamente concentrados y extenuantes. También maravillosos.

De alguna forma su conexión en la cama se había trasladado a su vida cotidiana, la tensión y vergüenza disolviéndose tan pronto cruzaban miradas. Risas, una insinuación, uno que otro ceño fruncido que se diluía ante un roce de manos. Un roce de manos que varias veces terminaban en besos robados y ellos rodando por algún sector de la casa o muelle.

El único momento en que se separaban era cuando tenía que liberar a YunHo y dejarlo ir a su trabajo. Aunque no por mucho tiempo. WooYoung y San – intuyendo lo que sucedía-, se apresuraron en convencer a YunHo en salir más temprano y que ellos se encargaban de lo que quedaba.

Gracias a eso que podía ver a YunHo disfrutar del mar esa tarde de martes, las olas dándole un especial frescor a su juguetona aura.

¿Quién pensaría que ese huraño isleño podía convertirse en alguien tan encantador?

Lo mejor, es que le fascinaba aún más.

Viéndolo hundirse y salir tras una burbujeante ola, vio sus traviesos ojos posarse en él.

- ¿En serio no vas a entrar? ¿Acaso estas preocupado que tu ropa de marca se dañe? – tarareó dándole una mirada de diablillo.

Porque si, ese día MinGi había decido vestirse con una de sus camisas ligeras de lino y bermudas a juego. Ya que solo irían a una playa cercana, no le pareció necesario ponerse su "ropa de excursión" y en cambio utilizar la que había traído desde la ciudad, las telas siendo más frescas para ese entorno tan húmedo.

- De hecho, si. – aceptó sin vergüenza- No son para zambullirse en el océano – declaró con una sonrisa ladeada.

- Entonces no sirve. Si la ropa te limita a vivir, entonces es inútil- sentenció justo cuando una ola pequeña golpeaba su espalda, la espuma blanca salpicando a su alrededor dándole un toque juvenil que acompañaba sus palabras.

MinGi rio entre dientes, fascinado por la visión. También ante el pequeño desafío de YunHo al sacar a relucir tal detalle.

- ¿Sabes que a veces eres muy dictatorial?

- Diría más bien que dejo en evidencia lo absurdo y asumo lo practico- contestó con pedantería, MinGi negando con una sonrisa en los labios. – De todas formas, siempre te la puedes sacar...

- ¿Estas insinuando que me bañe desnudo? – consultó arqueando una ceja, divertido ante el descaro del otro.

YunHo se encogió de hombros.

- Es eso o dañas tu ropa, tú eliges – respondió risueño.

- O puedes venir aquí y encargarte tú mismo de eso – contratacó astuto el inversionista, notando con deleite el brillito fogoso y travieso que se alzó en los ojos contrarios.

- ¿Me estas desafiando?

- Algo así -aceptó sin culpa, mucho más cuando vio a YunHo desaparecer entre las aguas, antes de verlo aparecer de nuevo en su dirección.

Echándose hacia atrás y apoyando los codos en la tibia arena, pasó a esperar al sirenito que venía hacia él. Con la ropa y el cabello estilando agua, YunHo se acercó con paso seguro y una sonrisa igual de genuina.

Mi Isla, Mis Reglas [YunGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora