EPILOGO

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El canto de pájaros a lo lejos. Una suave brisa arrastrando el sonido de las hojas al agitarse.

Un aroma a salvaje naturaleza, al cual es adicto...

- MinGi, muévete

¿Había mencionado que también es adicto a su personalidad?

Arisco. Indómito. Desafiante.

También increíblemente dulce y risueño.

Así era Jeong YunHo, el isleño en sus brazos.

Perezosamente, MinGi movió su brazo, pero en contra de lo pedido apresó más fuerte a su endiablado isleño, que refunfuñó y quejó por el gesto.

- MinGi, es en serio, tengo que...

- Es sábado YunHo, no tienes excusa para salir de esta cama. Absolutamente ninguna – respondió con voz ronca y adormilada mientras pasaba su pierna por sobre el cuerpo contrario, apresándolo aún más, a la vez que enterraba la cara en su cuello.

- En eso te equivocas

- ¿Ah, si? – consultó con ojos cerrados, embriagándose con el aroma de YunHo- ¿Cómo?

- Hoy es el cumpleaños de San, ¿acaso lo olvidaste?

¡Mierda! ¡Sí, lo había olvidado!

El silencio que siguió la pregunta fue suficiente para dejarlo en evidencia.

- MinGi, ¿de verdad lo olvidaste?

- ¿Qué? ¿Qué cosa? Lo siento me quedé dormido por un segundo...

- Song MinGi a mí no me engañas con eso - bufó YunHo, rodando los ojos. Volteando entre medio de esa cárcel de brazos y piernas que lo mantenía apresado, encaró a su pareja quien sonreía a medias.

La sonrisa que lo delataba como culpable.

- En mi defensa es temprano y estoy medio dormido para recordarlo – se defendió.

- A mi me parece que estas bastante despierto, sobre todo para intentar engañarme...- musitó acusador, su mirada estrechándose.

- Sólo intenté desviar tu atención – arguyó abriendo los ojos, su traviesa sonrisa demostrando que no estaba arrepentido ni un poco de haberlo hecho.

- ¿Desviar la atención? – repitió YunHo alzando una ceja escéptica, MinGi comenzando a dejar un camino de besos por su cuello – Yo no lo llamaría así...¡MinGi! – lo reprendió cuando sintió sus dientes hincarse en su piel.

- ¿Sí?

- Deja de jugar – lo reprendió.

- No estoy jugando. Estoy moviéndome, tal como me pediste- respondió astuto, haciendo que YunHo botara el aire, rendido.

- Eres imposible, ¿lo sabías?

- No, solo soy un buen negociador. Además, dijimos que no discutiríamos en la cama, ¿recuerdas? – consultó tomando la mano contraria y empezando a mordisquear sus nudillos.

- Yo no estaba discutiendo...- aclaró, su atención puesta en los sinuosos y placenteros movimientos que MinGi ejecutaba sobre su sensible piel.

- ¿En serio? Porque yo estoy seguro que vi un ceño fruncido – tarareó, antes de besar la palma.

YunHo achicó los ojos, tratando de mantener una postura firme y no ceder a los encantos de ese tramposo e hipnotizante inversionista. Algo que al final, le fue imposible.

- De verdad, ¿siempre tienes que ganar?

- Soy inversionista, busco ganancias en todo lo que hago – respondió con orgullo antes de inclinarse y besar los labios rosas que lo tentaron desde el inicio.

Mi Isla, Mis Reglas [YunGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora