Capítulo 5

1.4K 191 7
                                    

Al principio pensé que me encontraba en una habitación oscura, pero como si de magia se tratase la luz apareció radiante a través de una ventana.

Escuché Here Comes The Sun en la radio y una mujer apareció danzante ante mí. Ambas nos encontrábamos en una bonita estancia. Ella me sonrió cada tanto, incluso me invitó a bailar.

Antes de que pudiera responderle un rayo de luz solar se hizo cegador. Tuve que apartar la mirada y un instante después ya me encontraba en el patio de mi casa, justo al lado del maculís. Observé a mi madre y a una versión más joven de mí bajar del viejo auto. Parecía que estaba reviviendo nuestro primer día en esa casa, pero desde otra perspectiva.

ーMamá ーintenté llamar a mi progenitora cuando la luz volvió a molestarme.

La escena cambió una vez más. Ahora estaba en la escuela de mi infancia. Me encontré a mí misma sentada en las escaleras, completamente sola. Un grupo de niños se acercó para molestarme y quise intervenir, pero entonces me di cuenta de que no podía. Una lágrima recorrió mi mejilla por la impotencia de no ser escuchada para evitar que me lastimaran. Empuñé las manos y justo cuando estaba a punto de gritar al vacío percibí el sonido del teléfono.

Abrí los ojos.

En realidad me encontraba sobre mi cama. Al incorporarme encontré mi patineta en una esquina de la habitación.

Alcancé a ver un movimiento inusual desde las cortinas, como si alguien hubiese salido por ahí. Mi primera opción fue Gia. Pero mi parte lógica, que aún se negaba a admitir lo que estaba pasando, prefirió atribuirlo al viento.

Me levanté con cuidado. Traté de percibir si todos mis sentidos y extremidades se encontraban bien. Apenas sentí un nudo en el pecho, no fue la gran cosa.

Cuando me repuse de aquel sueño tan extraño avancé hasta la cocina y por fin respondí el teléfono en la pared. Era Valeria.

ーHola ¿Terminaste con el dichoso castigo?

Me tomó un par de segundos ordenar mis ideas.

ーSí. Don Miguel me ayudó mucho. Realmente odio haber tenido que limpiar el desastre de Luca pero me alegra que terminara.

ーEsa es la mejor parte.

ー¿Tú cómo estás? Te noté muy diferente hoy.

Escuché a mi mejor amiga suspirar.

ーNo sé cómo sobrellevar esto.

En su tono de voz descubrí la tristeza que le causaba. Su novio había sido un idiota y yo no encontraba la forma de ayudar.

ーNo me gusta verte así ーconfesé consciente de que eso no servía de nada.

ーEstaré bien. Solo tengo que asimilar las cosas y olvidar que soy una chica a la que casi le arruinan la vida.

Ladeé una sonrisa orgullosa.

ーCreo que eres muy valiente. Puedes con esto.

ーYo sé que sí. Gracias, Abril. ¿Cómo está tu corazón?

Entonces me quedé en blanco. No sabía de dónde venía la pregunta, se suponía que ella no tenía idea de lo que acababa de pasar con Gia.

ー¿Por qué lo dices?

ーPorque entre el idiota de Luca y el director Martínez, hoy fue un día muy difícil.

El alivio se apoderó de mí. La escena del monstruo de sombras y la nada imaginaria existencia de Gia logró que olvidara cualquier otra emoción fuerte.

Entre HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora