𝐘𝐞𝐬, 𝐒𝐢𝐫 [𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤] +𝟏𝟖

11 ➺ A Mano

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Era el último día que Jungkook podría volver a intentar recoger a su novia en el campus, media hora antes como de costumbre. Estaba decidido a compensarle de una manera y otra. Él no iba a meter la pata otra vez por más que su fuerza de voluntad le esté jalando hacia otro lado en este momento, menos con su tradición de "aniversario" cada mes a tan pocos días. Resulta que caería el mismo día de la graduación. Pero él ya tenía todo listo.

Sabía que Layssa era difícil de complacer pero al menos su reservación en uno de los hoteles más distinguidos de la cuidad sería un punto a favor de recuperar su confianza de nuevo. Estaba haciendo méritos, no lo juzguen. Tal vez solo así le permitiría hablar con ella y decirle la verdad.

Estacionó el auto a una distancia razonable de la entrada para que no tuviera que caminar demasiado y le mandó un mensaje avisándole que ya estaba aquí. Pero el mensaje no le llegó. Tal vez no tenía señal.

Varios alumnos salían de las instalaciones mientras Jungkook conectaba el Bluetooth al auto esperando escuchar buena música. Estaba por reclinar su asiento para esperarla recostado cuando la vio salir antes de lo esperado.

No importa, salió del auto con un enorme peluche casi de su tamaño y el precioso ramo de flores que le había comprado, y se paró como un soldadito frente a la puerta del copiloto, pero cuando alzó la mano animado para hacerle señas, él vio que ella no lo estaba buscando en lo absoluto.

Jungkook agudizó su mirada.

Layssa no lo vio ni mucho menos se acercó, caminó hacia la acera donde un auto deportivo azul eléctrico rodó hacia ella y su novia se inclinó a la ventana con una de esas sonrisas que se suponía solo le daba a él. Tarde procesó cuando su novia se subió a ese auto y besó al individuo que conducía dentro de él. Hubo manos y caricias explícitas implicadas en ello.

Ellos arrancaron apresurados y se fueron.

El ramo de flores cayó al suelo igual que el mundo de Jungkook.

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No podía estar más enojado con ella de lo que estaba consigo mismo. Confundido, traicionado.

Pero qué hipócrita él mismo.

No, no podía ser posible. Sí lo era. En shock, todavía trataba de asimilar lo que acababa de ver y se preguntó mil y un veces en qué momento pasó, hasta que vino a él. Todas esas tardes que él nunca llegó a casa, a su cama junto a ella por irse a masturbar con un hombre mientras su novia lo esperaba. Él ignorando todas y cada una de las señales en su puta cara. Ella pidiéndole que la acompañara a todos lados, que dejara de llegar tan tarde. Ella de un momento a otro diciéndole que ya no se preocupara en pasar por ella. Que no iría sola, que iría con un amigo.

Era un dolor difícil de expresar, no cree que nunca pueda hacerlo en voz alta. No importaba la naturaleza o justificación del hecho. Ahora recordaba por qué odiaba las infidelidades, el problema es que siempre se cuidó de no ser parte de ellas, pero jamás de no ser engañado por una. Y terminó cayendo en las dos.

El sentimiento era uno de esos que lo adormecían e impedían asimilar o saber qué hacer, no lo podía explicar. Su novia besó a otro hombre, se fue con otro hombre y probablemente así como Jungkook no estaba invicto, ella tampoco lo estaba.