𝐘𝐞𝐬, 𝐒𝐢𝐫 [𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤] +𝟏𝟖

5 ➺ Servicio Al Cliente

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Contenido sexual solo apto para mayores de edad.

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|Quisieras explicarme por qué el señor Kim me está contactando?|

|Ni siquiera sabía que tenía mi número|

Jungkook leía los mensajes que le había mandado Jimin con una especie de ansiedad temblando en sus dedos.

|Qué te dijo?|

|Que le debes dinero|

|Qué hiciste esta vez, Jungkook?|

|Yo no hice nada|

|Ajá...|

|Bueno tal vez me olvidé de pagarle por la sesión|

Al fin y al cabo había salido corriendo.

|Así que al final sí fuiste...|

De todos modos Jimin siempre se terminaba enterando de todo. No había nada que Jimin no supiera o averiguara.

|Al menos me dirás cómo te fue?|

|No

|Después te cuento, ahora estoy en algo|

No, por supuesto que Jungkook no estaba tratando de evadir esta conversación. Jungkook en realidad iba al volante camino a la universidad para esperar a su novia por supuesto.

|No hagas una estupidez por favor|

Ambos apagaron su teléfono.

Jungkook sabía que nadie podía engañar a ese hijo de puta. Casi lo quería por eso.

Ingresó en el estacionamiento del campus y estacionó el auto. El motor se apagó.

No, ella todavía no terminaba sus clases, pero se había vuelto casi un ritual venir a esperarla al menos media hora antes. A veces Layssa se lo pedía, sabía que no era una novia a la que le gustara esperar.

Ya se había acostumbrado un poco de todos modos, no era tan malo. Eso lo hacía un buen novio, eso hacían los novios que eran diferentes, los novios que buscaban algo serio, los novios que trataban de sobre compensar cuando no les funcionaba la polla.

Encendió el aire acondicionado, puso música y se recostó en el asiento reclinado con los brazos tras la nuca. La paciencia era una gran virtud.

Excepto cuando la idea de ir y reclamar la explicación que se le debía le tenía inquieto y ansioso desde hace varias horas. Tenía toda la intención de ir al apartamento del señor Kim esta mañana y decirle que era un fraude, al menos gritarle algo a la cara, definitivamente funcionaría para desquitarse con alguien porque su problema probablemente no tenía causa ni cura.

No, la paciencia es una virtud que se consigue después de haber desfogado sus impulsos por una vez en su vida. Hoy, el Jungkook compasivo y tranquilo no era.

Iría con la cabeza en alto y el hecho de que no le había pagado no tenía nada que ver. Ahora que lo recuerda, su chaqueta también se quedó ahí. Genial. Podría considerar dejarla de todos modos. Pero la venenosa molestia no se había esfumado ni un poco desde ayer. Él permanecía con la nariz arrugada y un enojo irremediable en su cara de estafado.