𝐘𝐞𝐬, 𝐒𝐢𝐫 [𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤] +𝟏𝟖

6 ➺ Volverás

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Su sentido de la vista fue cubierta por una capa oscura antes de que pudiera hablar, la tela se sintió suave al ser posada sobre sus párpados y nariz, incluso percibió el aroma a perfume suave y dulce del dueño. Una profunda voz en su oído le hizo saltar en su silla.

—Tranquilo, Jungkook, soy yo. —¿Se suponía que eso era bueno? Cierta delicadeza en su cuidado. Otra vez su nombre flotando fuera de esos labios. Jungkook dejó salir el aire.

La privación de la vista le hizo más atento al oído, podía incluso sentir la presencia del señor Kim detrás ajustando sus muñequeras con sus suaves y competentes manos, la cadena de un extremo a otro tintineó en la parte trasera de su oído y él se sentía extraño, a ciegas.

Todavía podía tocar sus muslos con ambas manos pero la cadena topando contra el respaldo de la silla no le permitía acercarse ni siquiera un poco hacia la parte de la entrepierna que de verdad comenzaba a sentirse incómoda.

Fue entonces cuando cayó en cuenta en que todavía tenía la prenda puesta y él no podría quitársela solo esta vez.

Cuando el señor Kim se volvió, una pequeña brisa de humor agradable le sopló al pasar. Este se sentó de nuevo frente a él.

Ahí fue cuando Jungkook decidió que odiaba estar vendado.

—Voy a desabrochar tu pantalón.

La zona en cuestión entró en pánico. Sus manos se agitaron un poco colgando a los costados de su cuerpo pero no podía negarse a que lo tocara. No a estas alturas.

—No hay problema —mintió.

Por dentro no estaba muy seguro.

A Jungkook no le gustó para nada cuando unos dedos ajenos tocaron el botón de su pantalón y bajaron el cierre. Jungkook se removió en su silla con las manos atadas y los ojos vendados. Era una tortura no poder ver. Las manos del señor Kim tiraron de su pantalón ligeramente hacia abajo para hacer espacio, dejando ver su ropa interior negra. El bulto debajo de ella estaba acostado hacia un lado, pero gordo, la cabeza de la polla apoyada contra su pelvis.

Él ya estaba medio duro.

Y no pudo sentirse más mortificado por ello pero no había nada que él pudiera hacer para detener a su cuerpo. Este sabía muy bien lo que pasaba cuando era encerrado en esta habitación.

No pudo ver la expresión del señor Kim en ese momento y fue desconcertante que eso fuera lo más difícil de soportar para él que toda la situación en puerta, pero ninguno dijo nada.

El señor Kim perfiló el bulto y acarició  con una de sus firmes manos, Jungkook se estremeció, el tacto fue caliente. ¿Cómo es que sus manos siempre estaban calientes? Incluso a través de la tela podía sentirlo.

Jungkook carraspeó. Fue el mayor quien dejó salir una grave voz.

—¿Dejarás que te lo quite? —preguntó con cierta sonrisa en su voz.

De no ser porque estaba vendado, Jungkook lo habría fulminado. Quedar desnudo frente a él, no era ni remotamente lo que quería. No era la acción, era cómo se atrevía a pedirla.

—No quiero mierdas dominantes —Jungkook apretó la mandíbula con dificultad. Sus fosas nasales dilatadas. —Hablo en serio.

El señor Kim sonrió audiblemente.