𝐘𝐞𝐬, 𝐒𝐢𝐫 [𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤] +𝟏𝟖

14 ➺ La Verdad

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El clima durante la ceremonia de la graduación de egresados de la universidad era sumamente agradable, el sol brillaba lo suficiente para calentarlos pero no para quemar la piel, no llovía, no había nubes y todos eran felices.

Era lo más remotamente interesante para Jungkook en este momento.

Es decir, su novia recibiendo su título de licenciatura en derecho y lo bonita que salió en la foto fue algo de qué hablar, su discurso como la mejor estudiante de su generación también fue inspirador, Jungkook no se sintió más que un poco despegado de todo lo que decía.

Pero él definitivamente aplaudió y celebró cuando los demás lanzaron sus birretes gritando y celebrando de la emoción. La madre de Layssa les tomó una foto juntos. Ellos sonrieron y lucieron felices, él incluso le regaló un enorme ramo de flores e intentó besarla, pero ella le dio la mejilla. Al menos ya no estaba en él, Jungkook estaba cumpliendo.

Él era un novio perfecto.

Y lo siguió siendo durante la fiesta más tarde. El plan original, (es decir si ella no le hubiera sido infiel), es que se quedarían un rato en la fiesta, celebrarían, beberían y después se irían a la suya, a su aniversario y festejar en privado toda la noche.

Ahora Jungkook debía trabajar con lo que había.

Layssa tenía su mano en su hombro mientras ambos bailaban una canción lenta en medio de la pista rodeada de universitarios con títulos de futuros arquitectos, doctores, abogados...

—¿Por qué tardaste tanto en llegar? —Otra vez. —Llegaste a la mitad del discurso.

El tono de Layssa no era precisamente el que se esperaría que tuviera con su novio en medio de la tarde del mejor día de sus vidas.

—Lo siento, amor. —¿De verdad estaba insinuando que él había llegado tarde por estar con alguien que no debía? Ni siquiera valía la pena pensar en ello. —Jimin y yo nos atrasamos, sabes que siempre tarda mucho en escoger qué ponerse.

¿Quién lo diría? Si algo había cambiado era lo fácil que él podía mentir ahora.

—Mmm... Sí, lo sé.

Ellos siguieron bailando.

Jungkook tuvo que romper el silencio en la conversación en medio de la lenta música porque en vez de relajarlo estaba comenzando a tensarse visiblemente.

—¿Y quién te trajo?

—No importa. —Ella miraba por encima de su hombro. Luego suspiró. —No puedo creer que de verdad lo logré. Parecía una eternidad.

Jungkook afianzó su cintura, sus cuerpos danzando en círculos, él también mirando a un punto indefinido del gran salón.

—Te irá muy bien en Nueva York, vas a ser una excelente abogada, mi amor...

Lo decía en serio. Layssa en realidad sonó amable.

—Gracias. Siento que tenga que ser así, cariño, pero en Nueva York hay los mejores bufetes de abogados y ya me han aceptado. Creo que es donde debo estar.