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Jungkook no estaba muy seguro de cuál sería el humor de su novia al llegar a casa después de haberla dejado olímpicamente plantada.
Se quemó los dedos mandándole mensajes intentado contactarla para pedirle disculpas y preguntarle si seguía esperándolo en el aparcamiento del campus. Pero ella solo…
“Ntp”, dijo su mensaje.
Una seca abreviación para el “No te preocupes”. Si realmente quería que no se preocupara, no funcionó.
Normalmente, Layssa era muy comunicativa tanto por teléfono como en persona. Un mensaje corto solo significaba una cosa.
Estaba jodido.
—Perdóname, amor, se me fue el tiempo. —Jungkook se deshizo en disculpas apenas entró en su apartamento y encontró a su novia sentada en la barra de la pequeña cocina, con una única luz encendida. —¿Quién te trajo?
Si Jungkook no era bueno en leer a nadie, mucho menos a su novia (¿pero quién puede?). Incluso después de haber vivido con su madre y tía casi toda su vida, entender a las mujeres seguía siendo un misterio.
Pero no había que ser un experto para saber que Layssa se veía tensa. Tardó varios segundos en percibir eso serio y extraño que transmitía. Y esperaba un reclamo, algo sarcástico, una indirecta o ironía aunque no fuera muy común que se molestara por algo, pero de todo lo que pudo haberle dicho, no se imaginó que de su boca saldrían palabras tan comunes y corrientes.
—¿Por qué esa cara de susto? —Layssa esbozó una pequeña risita. —No te preocupes, conseguí un aventón a casa.
—Pero…
—Tranquilo. —Su novia se puso de pie para acercarse a apretar sus sonrojados cachetes. Jungkook se quedó en blanco. —Eres tan lindo, te dije que no te preocuparas, amor.
Porque ella de verdad parecía no importarle; Jungkook parado ahí como un poste de nuevo. Probablemente fue un poste en otra vida o reencarnaría en uno pronto porque su cuerpo no respondía cuando debía.
—¿Quieres decir que no estás molesta?
—Digo, a quién le gusta que la dejen plantada pero no es para tanto, Kookie. —Luego acarició su mejilla con cariño. —Tú me has recogido por años, ya debería aprender a manejar para variar.
Jungkook no se la tragaba.
—¿Entonces no esperaste mucho?
Todavía temía.
—No demasiado. —Después de darle una pequeña palmada despreocupada, Layssa se alejó a recoger los platos que había usado. —Aunque fui con Jimin a Panda Express, espero que no te moleste, no sabía hasta qué horas te desocuparías. No contestabas el teléfono…
Ahí estaba una de las indirectas que esperaba, sin embargo, seguía siendo demasiado inofensiva para su gusto.
—Sí, perdón, no lo tenía a la mano —dijo siguiendo sus movimientos calmos con la mirada.
Cierto, porque Jungkook tenía las manos amarradas mientras su novia y Jimin lo esperaban.
Después de fregar los platos y limpiar la mesa, Layssa ya estaba caminando fuera de la cocina no sin detenerse poco antes de salir.
—Salgo a Nueva York la otra semana para el último papeleo antes de la definitiva. Vuelvo en unos días. —Jungkook asintió no muy encantado a la idea pero preparado. Laysa palmeó el marco de la puerta. —Solo dime qué fue, ¿un imprevisto?
Digamos que se podría calificar como uno.
—Mmm, una emergencia.
—Ya. —El dedo de Layssa pellizcaba el borde del marco de la puerta. —Jimin dijo que tu hermana llamó. ¿Todo bien?
¿Por qué Jimin mentiría por él? ¿Sabía que estaría con el señor Kim y que necesitaría una buena coartada?
La oportunidad para salir de esto ileso y sin sospecha estaba ahí, recién hecha y salida del horno, al alcance de su mano. Jungkook se rascó la nuca. Por más que trató, no pudo encontrar una respuesta inteligente esta vez. Si su madre estuviera aquí, le diría lo triste que será verlo irse al infierno.
—Ella está bien. No te preocupes.
Dios, definitivamente esa era la clara definición de una mentira. ¿Se quemaría en el inframundo eternamente por ello? No tenía excusa, le había mentido a su novia por primera vez. Los humanos lo hacen todo el tiempo, ¿no?
Fue algo inofensivo, no es como que le estuviera ocultando algo grave, como una infidelidad o algo así, después de todo él y el señor Kim no habían…
—Me alegro. —dijo Layssa después de que Jungkook hiciera a un lado los nervios. Layssa salió de la cocina con una gran sonrisa. Alzó la voz atravesando la sala. —Te dejé las sobras en la nevera. Te espero para dormir.
Jungkook pudo respirar hasta que escuchó la puerta de su habitación cerrarse.
Layssa no era una novia que cambiara constantemente de humor, tal vez por eso nunca había necesitado tanto leerla, tampoco era una chica temperamental, histérica, ni mucho menos neurótica como muchas otras chicas. Tal vez era por la edad que había entre ellos y lo madura que era ella, después de todo estaba a nada de graduarse y comerse el mundo tribunal por tribunal como nueva abogada. Es solo que Jungkook sabía que siendo una chica responsable, firme y de orden en su vida, detestaba cuando los planes en su lista no salían como ella quería.
Si hubiera sido cierto que su hermana le llamó y Jungkook tuvo que irse, habría agradecido infinitamente tener una novia tan comprensiva, pero no, la había dejado plantada por dejarse masturbar por un desconocido.
Lo único que Jungkook podía sentir ahora era vergüenza.
Ella se escuchaba tranquila, su sonrisa estaba cansada pero era amable.
Layssa no le dio un beso de buenas noches como lo hacía siempre. Pero definitivamente había sobras de su comida favorita justo al abrir la nevera. Sí, definitivamente Layssa era la mejor novia del mundo.
¿Entonces por qué no había pensando en ella en ningún momento desde que entró a ese apartamento, ni mientras su polla se derramaba sobre unas increíbles manos morenas? Porque se suponía que todo esto se trataba de ella y aún así había pensado en sí mismo y nada más.
Pero se había sentido tan bien…
Al final de cuentas sería un ganar ganar, no tenía que ser tan duro consigo mismo. “Ella te lo agradecerá”, dijo Jimin.
En realidad Jungkook se equivocaba, no lo hacía por Layssa, lo hacía por ambos, como ir al doctor cuando se está enfermo. Cuando hay infección en el estomago, se acude al doctor, cuando se tiene una gripa, no esperas a que se quite sola.
Y cuando se está malito de la polla…
Layssa no podía prohibirle a Jungkook curarse de ello.
Al menos ahora sabía que podía venirse como un hombre normal otra vez… como un hombre desesperado y hambriento de unas increíbles manos morenas.
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𝐘𝐞𝐬, 𝐒𝐢𝐫 [𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤] +𝟏𝟖
RomanceJungkook tiene un gran problema, él se corre asombrosamente rápido. Su mejor amigo Jimin dice que no es para tanto, que su novia entenderá. Pero lo extraño no es cuando este le recomienda ir con un hombre que ofrece estimulación sexual por dinero pa...