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Dos meses... dos meses desde que llegue hasta este hospital casi con un pie en el cielo... o en el infierno probablemente.

Mi recuperación era bastante lenta, nunca hubiese creído todo el daño que había sufrido mi cuerpo si no lo hubiese visto por mis propios ojos, no tengo idea de porque sigo viva, de porque tuve esta enorme segunda oportunidad pero estaba tan abrumada que no sabía el propósito que ahora tenía mi vida.

El primer mes fue el más difícil, no salía de la cama para nada, solo para ir al baño y bañarme, siempre con Joohyun a mi lado, o en algunos casos Junmyeon, pero fue sofocantemente solitario la mayoría del tiempo. Al último día del mes comenzaron a contactar a mis "Familiares", pero solo pude reír sin gracia cuando escuche la noticia, padre, madre, hermana, tutor... todos muertos, así como debía estar yo. Senti que mi ánimo había decaído pero no lo suficiente, aun tenía a alguien, tenía a esa linda chica que probablemente ha estado esperando por mí. Les di su nombre y el número del departamento... lamentablemente las llamadas nunca eran atendidas.

A la mitad de este segundo mes había pedido a mi enfermera que dejara de intentarlo.

No creía que el estado de ánimo también afectara físicamente a uno, eso no te lo enseñaban en el ejército. Había caído en una profunda depresión porque en mi cabeza se había incrustado la idea de que... a lo mejor Nayeon no querría saber nada de mí, de todas maneras, ¿Por qué quisieras saber de alguien que solo ha traído sufrimiento a tu vida?

Era entendible.

Pero siempre hay algo de esperanza en medio del caos.

Estuve un tiempo de 3 meses casi 4 para que pudiera yo retomar las ganas de seguir, y se lo debo en gran parte al Doctor Yang.

–No creo que el hospital funcione igual para ti que para los demás, cada día te ves peor. –Dijo el doctor Yang con su inigualable seriedad mientras miraba mi expediente atento

–Como siempre tan motivador...

– ¿Motivador? –Por primera vez en todo el tiempo que llevo conociéndolo veo como baja abruptamente su tabla y abre los ojos tanto como le fue posible, claro sin verse macabro. – ¿Quieres algo motivador? –Lo mire asombrada –Yoo Jeongyeon, llevo pocos meses conociéndote pero me ha dado el tiempo suficiente para reconocer la grandeza que hay en ti.

Estaba algo asombrada por sus palabras pues, como había dicho, solo nos conocemos de unos meses y aunque nos vemos prácticamente todos los días, nunca lo había visto tan fuera de sí, no sentía que hablaba como un doctor, sino como una persona ajena. El doctor Yang soltó un suspiro y recorrió una silla de la habitación para sentarse al lado de mi cama.

–Teniente Médico Cirujano Militar, Yang Seung Ho, Brigada 112 del 2000 al 15... escale muy rápido... ¿no? –Dijo mientras de su cuello sacaba sus propias placas militares que habían estado bien escondidas debajo del cuello de su camisa celeste –Eso fue porque dedique más que vida en esos años... destruí todo lo que era mi antiguo yo para crear al hombre... que hoy ya no ves, pues lamentablemente, un entorno hostil te vuelve aún más hostil, tu entiendes eso, lo sé –Casi por inercia asentí a sus palabras –El simple hecho de que al sol de hoy tu sigas guardando tu calidez ardiente como la llama de la vida, te hace superior a todos aquellos que luchan por un récord de cuantas balas han incrustado en el cráneo del enemigo, sin mencionar que esa llama no se apagó aun después de caer casi 20 metros ¿de verdad crees que no tienes por qué vivir ahora?

–Entonces ¿Cuál es mi propósito ahora?...

–Ninguno

– ¿Qué?

–No has entendido nada, tu mente es tan hueca como tus cuatro cicatrices –Bufé molesta pero el volvió hablar –Creo firmemente en que nadie tiene un propósito en esta vida, yo que empecé como un simple paramédico de barrios bajos, me gradué en cirujano gracias a las becas políticas, creí que me quedaría en un hospital sencillo pero termine vendiendo pan en un mercado, cuando creí que mi propósito era alegrar a las personas con pan recién horneado por las mañanas llego el servicio militar obligatorio y cuando creí que mi propósito era eliminar transgresores y salvar a mis escuadras, termine haciendo todo lo contrario... lo que intento decir es que... el propósito de uno cambia con uno, es tan volátil como la vida misma, no te aferres a nada, porque todo es temporal, tanto lo bueno como lo malo

Sus palabras taladraban mi cerebro pero eso fue el estímulo suficiente para levantarlo de su abstracción.

–Ahora levántate, necesitas un baño, hueles a desesperación



Estoy oficialmente graduada de la preparatoria

Ya tendré mas tiempo para actualizar, esperenlos con ansias

//Tolong//  [2yeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora