Prometido

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Llegó el primer día de clases, Jisung estaba feliz, había crecido unos centímetros más, esperaba por alguna razón estar más alto que Minho, moría porque así fuese.

Estaba nervioso, no habían hablado para nada, lo último que pasó entre ambos fue aquel beso.

Su Omega al igual que él moría por verlo, se vistió y fue con dirección a su colegio.

Una vez que llegó, se emocionó al ver que Minho y el estaban en la misma clase. Aún no lo había visto, pero debía ir a formarse, se encontró con Momo en el camino.

- ¿Ya viste a Minho? - Preguntó esta con calma.

- Ammm no - Dijo tranquilo, aunque su corazón latiera rápidamente.

- Está alto - Bien aquella ilusión de ser un poco más alto se había desvanecido.

Llegaron a la formación, ambos se pusieron al final de la fila, diviso a Minho al frente, en efecto este estaba mucho más alto y ya no tenía aquellas mechas blancas, todo su cabello era negro, vio como tiraba de este hacía atrás. Se miraba muy bien, Jisung no pudo evitar sentirse nervioso, ¿acaso le explicaría lo del beso? O lo ignoraría.

Llegó a aquel salón con Momo, la maestra los dejó esperando en la puerta ya que tenía que ponerlos según su lista. Llamo a Jisung poniéndolo en la fila del medio hacia la izquierda. Lo sentaron junto a Sana, se sintió feliz.

A penas tomaba asiento cuando escucho el nombre de Minho. Lo habían colocado justo atrás suyo. Quería ignorar sus nervios, no quería que Minho lo notase al pasar a lado suyo.

Solo se recostó sobre su mesa mientras dirigía su vista a Momo, esta le sonrió, aquello le dio tranquilidad, cosa que terminó cuando su omega empezó a aullar en su interior al sentir a su alfa. Este le gritaba que parase, ni siquiera habían cruzado una palabra. Minho se sentó junto a otro alfa, el más revoltoso del salón Chan.

Una vez que terminaron de poner a todos, la maestra comenzó a hablar.

Daba indicaciones de cómo avanzaría durante el año, Jisung sentía la mirada penetrante de Minho atrás suyo, la hora de recreo estaba cerca y no tenía idea de cómo comenzar una conversación con él.

La campana sonó, Chan salió corriendo y Sana se levantó tranquila al sitio de Momo.

- ¿Entonces no piensas hablarme Sung? - Sintió un gran escalofrío al sentir su voz, esta era un poco más grave, más... Sensual.

No quería voltearse, su corazón latía ya demasiado rápido. Empezó a sacar comida de su mochila.

- Lo siento Honnie - Sonrió volteándose - Me alegra que te sientes cerca - intentaba manejar sus nervios lo mejor que podía.

- Veo que creciste un poco Sung - Dijo cariñosamente, tenía las manos en los bolsillos y estaba recostado sobre su silla.

- Tu creciste más Honnie - Hizo un leve puchero recostándose sobre la mesa de Minho - y ya no veo tus mechitas - Dijo inclinando un poco la cabeza.

- Lo sé, supongo que lo prefiero corto.

- Pero ya no podré tocar tus trencitas -

Minho sólo rio un poco.

- Si en verdad te gustan, puedo dejarlo crecer - Dijo tranquilo.

- No, está bien Honnie, así te miras muy bien - Vio como este sonrió por el cumplido.

- Dime que hiciste en vacaciones ¿te divertiste? - Preguntó Minho muy interesado.

- Si, Hyunjin creció mucho, ahora ya sabemos que es un alfa, aunque ya lo veía venir - Sonrió ligeramente - aprendí muchas coreografías y dibujé algunas cosas.

𝙇𝙪𝙯 𝙙𝙚 𝙇𝙪𝙣𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora