Hyeana || MLB

013

Llego justo a tiempo para seguir con el desfile de moda. Fue atrasado debido al incidente que hubo con Audrey Bourgeois. 

Y, no pensé en decir esto, pero realmente me sentí mal al ver cómo Chloe era tratada por su madre. Es decir, es su hija a fin de cuentas, ¿no? Un poco de reconocimiento no le haría mal.

Aunque mis pensamientos se desvían a otro tema una vez que Adrien llega al camerino donde me encuentro. Quiero quejarme sobre Ladybug con él, decirle lo que hizo. Sé que puede enojarse con ella, o por lo menos molestarse, pero no creo que me vaya a servir de algo...

Ya hablaré con Luka después, él es muy bueno para escuchar. Sé que me dirá algo positivo que me ayudará a tranquilizarme.

No pasaron ni cinco minutos cuando Nathalie nos dijo que ya todo estaba arreglado. Nos acercamos al escenario y pude notar que la familia de Chloe ya se encontraba en primera fila. Bufo porque no puedo creer que ese detalle lo haya detonado todo.

Mi amigo sube al escenario para modelar el traje junto al sombrero de Marinette, quien lo ve como si se tratara de un ángel. Cuando ha dado ya un recorrido, me ofrece su mano y yo la tomo para subir al escenario. Caminamos juntos, como si se tratara de una pareja juvenil, y el flash de las cámaras casi me ciega.

Ahora que no las tengo en la cara, aparecen puntos de colores a donde quiera que veo.

De repente, el público comienza a susurrar y sus miradas van justo detrás de nosotros.

Adrien y yo nos giramos solo para toparnos con el mismísimo Gabriel. Tengo entendido que hacía años que no se presentaba en público, si acaso lo hacía por videollamada. Supongo que se ha preocupado por su hijo, y eso ha sido mayor a su determinación de no salir de casa.

Sin decir una sola palabra, Gabriel se acerca hacia Adrien, quien incluso se quita el sombrero debido al asombro de ver a su padre ahí. El hombre de cabello plata envuelve a su hijo entre sus brazos y el flash de las cámaras se vuelve a hacer presente.

Gabriel dirige su vista hacia mí. Me ofrece su mano para unirme al abrazo. Yo doy un paso atrás, indicando que no es mi lugar, pero Adrien se gira y, al igual que su padre, me ofrece unirme a este momento que parece conmovedor.

No quería, en serio que no.

Sin embargo, termino por unirme. No podía dejarlos con los brazos abiertos mientras esto era transmitido a nivel nacional. 

Tras ese momento que he anotado en mi lista de "momentos más incómodos de mi vida, a pesar de que solo tengo dieciséis", el desfile terminó con éxito.

Lo primero que hizo Gabriel fue apresurarse a la entrada para hablar con Audrey. Adrien lo siguió y yo a él. 

—Querida Audrey, me enteré de la terrible desgracia que debiste soportar— dice el hombre para luego besar la mano de la mujer alta y rubia.

—Sigo sintiéndome tan abrumada.

—Quiero que sepas que despedí a la persona responsable del malentendido— se apresura a decir—. Solo hay una fila adecuada para Audrey Bourgeois, y esa es la primera.

—Bueno, no exageremos, ¿sí, Gabriel?— dice satisfecha.

A mi lado llega Marinette con su familia y yo los saludo con un ademán que ellos responden con una sonrisa.

—¿Les gustó el desfile?— pregunta Gabriel.

—Más o menos— responde Audrey cruzada de brazos, pero luego toma el sombrero de la cabeza de Adrien—. Este sombrero no es un Gabriel Agreste, ¿tú eres la responsable de esto?— dice hacia Marinette.