Segundo libro de la Biología: "SOMOS IRRESISTIBLES"
✨✨✨✨💅
"No puedes alejarte de mi, No puedes cegar tu corazón, no puedes huir del inmenso infierno que nos complementa y nos convierte en Irresistibles"💥
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Domi Russo
—¿No me a veis dicho que era una cena familiar? - le pregunto a mi hermano cuando bajo del auto sosteniendo la punta del vestido azul que se apega a mi cuerpo.
—Daemon trabaja para una mafia algo reconocida hermana, así que ellos han pedido que la cena sea junto a ellos para no perderse de nada - me duelen los pies.
—¿Tiene que celebrar esto con esa mafia? - no quiero estar aquí.
—La futura esposa de Daemon es hija de un Yakuza, así que es necesario que todo sea con la mafia, lamento no a verte dicho eso.
—Espero que al menos tengan comida para que no me arte de estar aquí - me sujeto de su antebrazo.
—Prepara ese estomago porque aquí hay por montón - caminamos lentamente.
Al entrar nos colocan un antifaz, esto ya es un poco incomodo, se supone que es una simple cena, esto es por la mafia, ¿cómo serán?
—No te separes de mi vale, esta fiesta es completamente de hombre peligrosos
—¿Porque mi madre aun no llega? - detenemos el paso
—Mamá está por llegar, calma - ruedo los ojos
—Si me secuestran juro por Dios que hare de todo para regresar y matarte - asiente.
Llegamos a una mesa de apostadores, el olor a dinero hace que me enamore, el lugar es tranquilo con la melodía del violín que lo hace fantástico, bueno quizá no me aburra como creí.
—Espérame aquí, iré a traerte algo para tomar - asiento.
Daemon está en la mesa de Póker junto con su novia, ella es morena y con ojos mieles, los menos enamorados cuando se besan frente a todos.
Sigo mi paso por todo el salón, los juegos para ganar dinero son lo esencial para las personas, algo patético creo.
—¿Me permite acompañarla bella dama? - giro el rostro mirando al hombre con un traje rojo, el cabello blanco y sus ojos negros exclamando dinero.
—Sera un placer - asiento levemente recibiendo la copa de champang que me ofrece.
—¿Podría saber su nombre? - su sonrisa es brillante
—No - le sonrio llevandome la copa a los labios
Suelta una risa leve, el hombre es sumamente atractivo, tanto que cualquier mujer caeria a sus pies.
—le gusta ser incógnita - asiento — Fascinante, una preciosa mujer sola en este lugar me indica que esta soltera...
—La oportunidad clara que has aprovechado ¿me equivoco? - vuelve a sonreír
—Cuando se tiene las oportunidades en las manos debemos aprovecharlas - me guiña el ojo — Mi nombre es Kokonoi Hajime, puede concederme referirme a usted como MI Dama - remarca la posesión de Mia
—Claro, Joven Hajime - me extiende la mano
—Me encantaria mostrarle los alrededores de mi casino - bingo, el dueño que a mezclado este lugar como un salon de eventos casuales, inteligente
Le tomo la mano, me acerca a su cuerpo, Su mirada es tan posesiva que hace que gire el rostro para no sentir que me pone nerviosa, ¿Desde cuando un hombre puede provocarme eso? ni siquiera Axel pudo.
—El olor a vainilla sera desde ahora mi preferido - le sonrio inconciente.
—¿Puedo venderle mi perfume no ay problema?
—La oportunidad para los negocios - le sonrio
—Siempre hay una oportunidad para todo - me muerdo el labio llamado su atencion.
Se relame los labios sonriendome de ojos cerrados, me aferro a su antebrazo y caminamos por todo el lugar, me enseña desde la ultimapieza de su casino, incluso Daemon abre los ojos como platos cuando me acerco sonriente, su miedo es reflejado.
Así que Kokonoi hajime es un hombre peligroso, muy interesante, Japón tiene las cosas tan alucinantes como nunca.
—¿Le ha encantado algo mi dama?
—Quiero jugar al juego tan llamativo de su casino - su sonrisa se borra
—¿Usted sabe jugar?
—No soy solo belleza, tambien se como jugar cosas de dinero - me sonrie de nuevo
—Tienes mi casino a tus pies, así que lo que deseas te lo daran incluso yo te dare todo lo que pidas - me mira directamente a los ojos.
—¿Hay algo que le guste de mi? no ha dejado de verme directamente.
—Sus ojos son tan llamativos, un tierno color verde que en el fondo expresa tanta pasion que me da curiosidad
Le sonrio, la piel se me eriza cuando vuelvo a sentir la maldita presencia de la tarde, giro el rostro a la puerta principal donde entra el hombre con una mujer rubia, ambos llevan el rostro cubierto, pero a kilometros puedo ver ese color que odio.
No es violeta, no, no, si es ese color...
Sube al segundo piso y me deja pensando eso, era ese color verdad, incluso siento que el tiempo se acaba de detener.
—¿Quiere jugar aún? - hajime llama mi atencion y asiento.
Me lleva a la mesa donde esta mi hermano, este me amenaza con la mirada pero le sonrio sentandome en el lugar de apuestas.
Kokonoi se pone a mi lado, supongo que contra el voy a jugar.
—Tú decides cuantas jugadas quieres.
—Dos jugadas de tres partidas, quiero que sea interesante, intenso y peligroso - vuelve a sonreír
—Eres la primera mujer que me reta y la primera que ha mantenido que sonría por más de dos horas seguidas, quizá he encontrado a mi futura esposa.
—Uno nunca sabe que sea el destino - reparten las cartas
—Hagamos esto más interesante - asiento — Si gano quiero tener una cita contigo donde te conozca muy ampliamente y si pierdo te nombrare la nueva dueña de este casino - el silencio se expande en la mesa.
Mi hermano hace ruido para llamar nuestra atencion.
—Amigo mio, te has vuelto loco por una mujer
—Mi color favorito siempre ha sido el Rojo por una simple razón que expresa el amor, pasión y lo peligroso, pero cuando miro el verde de tus ojos o incluso tu cabello — Se dirige a mi — Siento que quizá toda mi vida he estado equivocado en que me obsesionara con ese color tan común que no le llega a lo que tu expresas.
—Tus halagos son un privilegio escuchar - coloco mi dedo en mi labio — Acepto tu reto.
Me sonríe, Daemon se levanta de la mesa cuando todos lo hacen, me quedo mirando sus ojos negros, un hombre millonario que le impresiona la belleza o lo que incluso nadie puede tener.
Quizá he conocido a alguien que patrocine mi boda, sería muy bueno jugar las jugadas donde la mujer siempre sale en victoria y los hombres rompen su hombría solo por unas cuantas horas con quien no les pertenece.
