Capitulo 19

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Ran Haitani

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Ran Haitani

La ayudo a salir del auto, solo me sonríe y me empiezo a poner nervioso, en todo el camino se mantuvo hablando con esa cosa drogada.

- Nos vemos corazón de melón - Sanzu le guiña un ojo - Disfruta tu tarde.

Rindou no dice nada y arranca el auto, aún le sostengo la mano, ambos nos miramos fijamente, mantenerle el contacto se me hace imposible, me da escalofríos. Es a la única persona que no puedo hacerle competencia en las miradas.

- y Bien... ¿Que hacemos en tu casa? - parpadeo saliendo de mi eclipse mental.

- Nada... - realmente no se porque la traje aquí - ¿No tienes hambre?

Lo duda un poco pero después asiente, entramos a la mansión, colocó las llaves en la isla y busco algo para cocinar, ella se sienta en las sillas. Antes de empezar camino a la sala donde se encuentra el ramo de rosas.

Me acerco a ella y se lo alcanzó, su rostro cambia a uno sorprendido y las recibe.

- Cada que nos veamos te daré un ramo de rosas, margaritas, tulipanes o cualquier otro tipo de flores que existan.

Solo sonríe llevándose las rosas a la nariz, me mira.

- ya imaginé mi habitación hecha un jardín - le sonrió.

- Se que te gustan las flores, así que te toca.

Camino a lavarme las manos, empiezo a picar las verduras y ella no deja de mirar mis acciones.

- Gracias - me quedo en silencio - Es muy loco que ambos volvamos a estar juntos de nuevo ¿El destino es muy raro?

- Creo que el destino siempre va a unir los corazones que se aman infinitamente - levanto la vista.

-¿Infinitamente? - sonríe con nostalgia - "te amo infinitamente" tus palabras siempre han capturado mi corazón en una celda de cariño.

- Era la primera vez que le decía a alguien esas cosas.

- Si, se notaba - que chistosita.

Un tercero se cuela en la cocina, es el gato que Kakucho me dió, esa pelirroja hermana de Izana lo obligó a comprar esa cosa peluda y después ya no lo quería.

A mí realmente me gustan los felinos, así que lo acogí sin protestar, entra maullando captando toda la atención de Domi.

- ¡Miren esta belleza! - lo toma entre sus brazos - ¡Que lindo!

Vuelve a su lugar y lo acaricia, el gato negro se deja felizmente, algo nuevo que he visto, no le gusta que nadie lo acaricie, siempre es quisquilloso, pero ahora está feliz.

-¿Cuál es su nombre? - levanta la vista

- Se llama Ran - su sonrisa se borra de golpe. -¿Porque pones esa cara?

- ¿No podías darle un buen nombre? ¿Ran? Es lo peor que has hecho

- Que grosera, se llama así porque es un gato digno de llevar mi nombre, solo observa como es de cariñoso y no es cualquier felino.

- Ya mejor di que no sabías que nombre ponerle.

- Eso no es cierto - sigo cocinando.

Tengo un impulso de decirle que si lo quiere se lo regalaré, aunque esas palabras no me salen aunque intente pronunciarlas.

- ¿No sabía que te gustaba tantos los gatos? - asiente varias veces.

- Son preciosos, hace mucho que no tengo una mascota, cuando vivía con mi padre era imposible tener uno, él odiaba a todos, sean gatos o perros.

- Entonces ¿Cómo te empezaron a gustar? - pruebo el caldo de pollo que estoy haciendo.

- Cuando mi madre me abandono, Domenique compro un gato blanco, era para que no me sintiera sola... Era tan cariñoso que incluso me dormía con el todos los días

-¿Porque nunca lo ví? ¿Lo regalaste?

- un año después, mi padre descubrió al felino y me obligó a dejarlo en la calle.

El gato se baja de su regazo, levanta la vista y veo una pisca de tristeza.

- Lo siento - rodeo la isla y me acerco a ella - Te regalaré a Ran para que no llores.

- Pero si yo ya tengo a Ran - me toma de la corbata - Bueno también al gatito.

- Tienes todo, Russo - acerca su rostro al mío - Pero aún así quiero regalarte a mi gato.

-¿Porque? Él ya está acostumbrada aquí - abre las piernas para apegarse a mi

- Sería lo mejor, muchas veces no vengo a la mansión y se queda solo, toma el regalo que te quiero dar.

- Entonces me quedo con Ran y con el dueño - ronronea con su mejilla pegada a la mía.

- Si... - me aferró a su cintura, hundo mi rostro en su cuello. Su olor es tan agradable - Quiero cogerte.

- Al menos usa palabras lindas. - el cuerpo se me tensa al sentir su mano entrando por mi pantalón - ¿Me amas?

- Te Amo - no dudo en contestarle, jadeo cuando toma mi falo en su mano - Domi.

- ¿Tan duro te pongo? - su lengua me llena de saliva la oreja.

La cabeza se me pone en blanco cuando agita un poco mi miembro, subo mi mano a su espalda. Levanto el rostro, sus ojos estan tan hermosos como perlas hechizantes.

- Ran - beso su mejilla - Ran, ¿No sientes el olor a quemado? - saca su mano de mi pantalón.

Vuelvo a la realidad y olfateo, camino rápido a la estufa, se acaba de quemas el pollo que estaba dorando.

-Mierda - siento como me abraza.

- Déjalo, vamos arriba - siento sus besos en mi espalda - No tengo mucha hambre.

Me volteo, le acaricio la mejilla, pega su cuerpo al mío de nuevo, hace que me ponga duro en segundos.

Llevo unos de mis dedos a su boca, la abre y empieza a chuparlos de una forma tan provocante, me relamo los labios.

Llevo mis manos a su cintura y la impulso a qué me rodee con esas piernas tan blancas que tiene.

Me besa la mejilla tan cariñosamente, subo al segundo nivel, entro a la habitación, no ha dejado de besarme.

- ¿Porque estás tan amorosa? Hace unas horas intentaste pegarme y ahora me besas sin parar ¿Quieres algo?

- Es que te vez muy guapo - voy a sus labios y me prohíbe besarla - Si quiero algo

Me quedo a la espera de lo que desea, no me dice nada.

- Quiero estar encima de ti - apoyo mis palmas en la cama,

- Entonces siéntate encima - se abre de piernas sentándose. No me ha quitado nada, se mueve sobre mi y solo me exita más.

- Me gustas mucho Ran, incluso Te Amo mucho - mi corazón me golpea con fuerza - Te Amo Infinitamente

Le tomo del rostro y la beso, es lo único que necesito escuchar todo los días, cuando me levanto, cuando regrese de una jornada cansada de trabajo, solo quiero escucharla decirme eso que me alumbra el alma.

2) Irresistible Tentación | Ran Haitani (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora