"SÁNGUCHE DE PALTA"
El partido de práctica había terminado y ya todos estaban en el comedor, llenando sus bandejas, acomodándose alrededor de la mesa, comiendo, charlando.
Kun comía con desgana. Con el peso de la cabeza recargado en una mano, su mirada se perdía en los rincones del comedor. El gesto de Leo apartando la cara, humillado, se proyectaba en su mente. Ahora se sentía culpable. Porque claro: todos siempre esperan mucho de "Messi" y, sin poder entrenar, siente que se está retrasando, que está perdiendo el tiempo. Que es un inútil.
Uh, pobrecito, loco.
"¡Eh, Leo!", se escuchó de pronto. Éste había aparecido en el comedor. Algunos compañeros le preguntaban por su salud, si ya se sentía mejor, a lo que Leo respondía con una sonrisa agridulce, pocas palabras y asentimientos de cabeza. Cuando hubo terminado con los saludos, se alejó de aquella mesa y, por unos segundos, sus miradas se encontraron. Había un brillo triste en los de Leo, que pronto apartó la vista y subió las escaleras.
Nico y Ángel, a su lado, eran atentos espectadores de los hechos.
—¿Viste cómo se miraron...? Uh, boludo, ahora sí me estoy asustando... —murmuró Ángel.
—¿Vite que te dije, gato? ¡Y vo' no me dejaba meterme!
Pasaron los minutos; casi media hora, y Leo no bajaba. No comer no podía hacerle bien de ninguna manera.
Kun se removió en su lugar, incómodo. Tosió. Era como tener algo atascado en el pecho, la culpa. Quizás en vez de enojarse y ser duro con él, a pesar de lo pelotudo que estaba siendo, debió ser un poco más... dulce.
Frunció el ceño ante esa idea.
"Fua que puto que soy", pensó. "Bah, igual es omega, ¿no?"
Aunque estaba de acuerdo en no dejar que Leo se cague de hambre.
—Ya fue, los invitamos a jugar al FIFA —oyó decir a Nico mientras se alejaba—. ¡O que se caguen a trompada'! ¿Sabé' cómo se te va la bronca depué' de cagarte a trompada'?
—Sos un animal... —le respondía Ángel, presionándose el puente de la nariz.
Leo estaba apoyado en el barandal, contemplando el horizonte. Su mente comenzó a vagar por sombríos senderos. Últimamente las cosas se estaban saliendo de control. Ocultar su género se le estaba volviendo tortuoso e imposible; y le aterraba pensar que un día todo el mundo se iba a enterar y entonces... ¿Entonces qué pasaría con él?
La gente critica creyendo "es sólo mi opinión, no es para tanto". Pero se olvida de que así como uno opina, lo hace medio mundo, y una crítica inofensiva deja de serlo cuando se une a "otras" críticas inofensivas. Así como una gota de agua es inofensiva; pero todas juntas en un tsunami, devastadoras.
—¿Qué hacés acá?
Su corazón se aceleró apenas reconoció la voz del Kun. Se dio la vuelta, y lo vio ahí con una bolsa de papel madera en las manos, estilo almuerzo.
—Te busqué por todas partes, boludo —se quejó mientras caminaba hacia él. Cuando estuvo en frente suyo, le tendió la bolsa—. Tomá.
Leo la agarró, un poco nervioso, ojeándola con extrañeza entre sus manos.
—¿Qué es?
—Nada, un sánguche de qué-sé-yo-qué. Pedí que me guarden uno en la cocina porque te fuiste a la mierda y no comiste un carajo.

ESTÁS LEYENDO
𝐀𝐂𝐄𝐏𝐓𝐀 𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐒𝐎𝐒
Fanfiction(KUNESSI), (OMEGAVERSE). Leo está empezando a sufrir las consecuencias de guardar un secreto, cuando el Kun lo descubre. Compartirlo no es fácil y tampoco le gusta. Pero a medida que las cosas suceden, se da cuenta de que el Kun es dulce con él y só...