"Y me abandonaré a su abrazo y le abriré mi cuerpo para que él penetre en mí como el puñal del asesino penetra en el corazón de un príncipe sanguinario y magnífico..."
— Salvador Elizondo
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00:18
Bajo las escaleras somnolienta porque a pesar de que he dormido mis ocho horas al parecer sigo como si hubiesen sido solo tres. Desde que piso el último escalón siento todos los ojos sobre mí.
—¡Buenos días! —me recibe de inmediato Mar—. ¿Cómo te sientes? —Me acerco a su estadía en el desayunador. Tengo incomodidad de sentir la mirada de mi padre sobre mí. Ladeo mi cabeza y sus ojos juzgadores me reciben porque estoy en pijama y desarreglada, a penas me lavé los dientes.
Cuando quita la mirada como si me restara importancia me sorprendo, pues nunca ha dejado pasar algo así sin reprochar. Ladeo mi cabeza hacia Mar de nuevo y le dedico una mirada a Lylia que está en la cocina.
—Buen día. Estoy mejor, Mar —contesto su pregunta—. Veo que irás a la escuela.
—Lamentablemente. —Me inclina hacia ella para susurrar—... Tío ha dicho que solo tú tienes permitido no hacerlo. —Vuelvo a mi posición inicial—. Y tiene razón.
—¿No vas a desayunar? —pregunta Lylia y yo asiento mientras me siento al lado de mi prima. Ella me sirve un plato con una tortilla francesa y un par de panes tostados y desayunamos mientras conversamos.
Al terminar papá le dice a Mar que Roger la va a llevar, algo que me confunde porque casi siempre nuestros viajes al instituto son guiados por mi padre. Lylia y yo nos despedimos de ella. Me quedo terminando mi desayuno y cuando lo hago lavo mi plato, a pesar de que Lylia ha tratado de evitarlo.
—Keyla... —la voz imperiosa de mi padre hace eco en toda la casa—. Deja eso y ven, tengo que decirte algo.
Hago lo que me indica secando mis manos para ir a su estancia en su sofá de cuero. Pienso que me va a decir algo por fin por estas fachas, así que espero su sermón abiertamente.
—Es sobre ir a Los Ángeles.
Mi respiración se detiene por un minuto, en dos semanas mi hermano cumple años, de seguro me dirá que no puedo ir sin razón alguna.
—¿Qué te pasa? —pregunta entre preocupado y enojado—. Ni siquiera te he dicho nada.
—Disculpa, dime. —Vuelvo a la normalidad.
—Irás junto con Mar a celebrar el cumpleaños de Peter. No podré pasar este cumpleaños con él. —Aunque trata de ocultarlo, siento dolor en sus palabras—. Recuerda lo que te dije, aunque lo haga quiero que te cuides. Ellos están en todos lados.
Sé que se refiere a nuestra promesa y los vampiros.
—No dudes en llamarme si sucede algo, ¿bien? —Asiento repetidas veces con mi cabeza y me doy media vuelta, pero su voz interrumpe mis pasos—. Ah, se me olvidaba, pasaremos navidades allá también.
Abro la boca para reclamar, la mirada triste de Pike viene a mi cabeza, pero recuerdo el dolor de papá al decir que no podrá estar para el día de Peter... Así que decido callar hasta pensar que rayos le diré a los chicos.
(***)
Es de noche, papá no se encuentra y mi prima está abajo con Lylia. Deben estar viendo una película, lo sé porque desde la sala hasta acá se escuchan ruidos de la televisión y vibraciones de vez en cuando. Mínimo cree que tiene un cine.
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LUAR - Trilogía Granate I
VampirosSolo quería un tatuaje para vengarse de su padre, pero Keyla nunca pensó que algo tan irrelevante iba a ser su portal hacia el conocimiento de una raza completamente distinta a la humana y el inicio a un delirio latente en su mente. Sus días se resu...