𝟏𝟎| 𝙿𝚊𝚙𝚊𝚛𝚊𝚣𝚣𝚒𝚜

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En cuanto el rubio llego a su casa lo primero que vio fue a Heidi en la puerta esperando a que alguien se dignara abrirle

—¿Heidi?...—
—Bill—Se acercó a él—¿Qué pasó? Te fuiste corriendo ¿Pasa algo?¿Pasa algo con Tom?—
—¿C...con...Con Tom?—Tartamudeo mientras se pasaba la saliva con dificultad

¡Oh Bill!¡Vamos!¡Cuentale!. Tal vez esta es la única oportunidad para quedarte con Liesel. ¡VAMOS BILL!

No...No seré yo quien se lo diga, Heidi no es asunto mío

—¿Estás bien Bill?—Pregunto Heidi al ver a su cuñado tan pálido
—Si, no es nada. Había olvidado que Tom ya me había dicho, ya sabes soy un poco distraído—

Heidi asentía con la cabeza un poco dudosa, sabía que algo más estaba pasando pero no quería abrumar a Bill. Enseguida ambos entraron a la casa, Heidi tomó un vaso de vidrio para después servirse un trago

—¿Quieres uno Bill?—Ofreció
—No, estoy bien—Mintió deseaba un trago fuerte

Un trago que lo hiciera olvidar todos sus emociones. Pero no podía. Se había prometido a sí mismo desde que había llegado nuevamente Liesel que no tomaría más una gota, porque una vez que lo hacía quedaba rendido, adormecido por los síntomas. Se había refugiado en tragos tras tragos que poco a poco se le volvió costumbre. Miro a Heidi con las manos temblorosas al ver cómo está saboreaba el sabor amargo del alcohol

—¿Estás seguro Bill?. Jamás me has rechazado un trago—
—He....Si..estoy bien, no tengo antojo—La rubia se encogió de hombros sin tomarle mucha importancia
—¿Vas a decirme?—Preguntó
—¿El que?—
—Lo de Tom. Ha estado distante, no a querido tener intimidad—

Bill forzó la garganta ante lo dicho. Era lo menos que quería saber, era un tema que no le importaba. Desvío la mirada mientras soltaba un suspiro largo, tomó el control de la televisión para dejar desvanecer un poco la tensión

—¿Bill?—Llamo—Si sabes algo de Tom dime—Añadió—Bill solo dim...—

—¡No Heidi!¡No sé nada!¿Por qué no hablas con él?¿Por qué no se lo preguntas?. No me metas en tus asuntos—Soltó entre dientes apunto de soltar un golpe sobre la pared
—Bill...lo siento no quería agobiarte—

Bill apretó los labios al darse cuenta de la reacción que había tenido frente a la prometida de su gemelo, suspiro largo tratando de calmar la desesperación de saber que Tom estaba junto a Liesel

—Lo siento Heidi. No debí hablarte de esa forma—
—También lo siento, pero estoy preocupada por Tom, tengo miedo—Respondió, se llevó las manos a su cabeza tratando de no llorar frente a Bill

Lo siento Heidi. No puedo. No puedo decírtelo. No tengo el valor. Me acerqué a ella para abrazarla. Heidi no merecía pasar por esto pero quién era yo ¿Para poder decírselo?

Heidi simplemente era otra prisionera de cupido, solo que su amor no era correspondido. ¿Por qué el amor tiene que ser tan malo?¿De verdad lo es?

Después de que el avión aterrizara por la noche, Liesel y Tom salieron del aeropuerto, ninguno había dicho ningúna palabra. Tom se había cubierto medio rostro para no provocar polémicas, para que ningún de los paparazzi tuviera la ventaja de exponerlo. Pero eso no era suficiente, las fanáticas pudieron reconocer ese tatuaje de números: 0 6 2 0

—¡TOM!¡TOM ESTÁ AQUÍ!—Gritos alternos empezaron a sonar en todo el aeropuerto
—¿TOM PODEMOS TOMARNOS UNA FOTO?—
—¿Tom quien es la chica que te acompaña?—
—¿Tom?—
—¿Tom puedes responder algunas preguntas para tu público?—
—¿Tom dónde está Heidi?—

𝗕𝗮𝗱 𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗧/𝟮; Tom and Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora