𝟏𝟓| 𝚄𝚗 𝚌𝚘𝚛𝚊𝚣𝚘́𝚗 𝚍𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘𝚣𝚊𝚍𝚘

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—¿Puedo sentarme?—Pregunto Tom al acercarse junto a Amalia, ella se encogió de hombros

Tom desvío la mirada a su ropa hecha un desorden casi podía transparentarse, se quitó la chaqueta y se la puso a la menor sin decir ni una palabra

—Liesel siempre me habló de su madre—Sonrió con tristeza—Se quedó en casa al menos dos semanas en lo que terminaban de arreglar su departamento. Cada vez que venía de la universidad se encerraba en la habitación, solíamos compartirla, jamás salía y cuando lo hacía era porque teníamos que cenar, pero jamás pronunciaba alguna palabra. Al principio creí que era porque no le gustaba estar aquí, ya sabes nueva familia. Me frustraba verla todo el día leyendo libros, la pobre ni siquiera tenía amigos, me dijo que extrañaba a su madre, siempre decía eso cuando le preguntaba porque tenía esa cara larga "Extraño a mi madre, suelo recordarla todos los días" esa era siempre su respuesta. Creí que aquella mujer era su mejor amiga, que era buena, que era un regalo como madre. Pero ahora me cuesta pensar aquello—

—Lo es. Conozco a Emily desde que era un mocoso, siempre llegaba al camerino con una sonrisa grande que animaba a todos, pero eso cambió cuando Liesel se fue de Hamburgo, Emily ha sufrido demasiado—
—Pero nadie más que tú ¿No?—Contestó la menor

Ella lo miró, él tenía una sonrisa pequeña, apenas podía notarse, tenía la mirada puesta sobre sus pies colgados al estar sentado en el tejado de una casa abandonada

—Creo que todos hemos sufrido por igual—

—No—Negó Amalia—Cuando no tenía nada que hacer me ponía a ver entrevista antiguas, se notaba. Antes de que te hicieras aquellas trenzas, tu mirada era diferente, sonreías a cada segundo frente a la cámara, no había ningún segundo dónde dijeran que ya habías cambiado de chicas, me sorprendía ver cada chica diferente a tu lado. Después de las trenzas note como el brillo de tus ojos se fueron desvaneciendo. Era raro ver cómo los paparazzi te gravaban solo, eras fanático de las chicas y de la nada eso ya no existía más para tu mundo. Aquella entrevista siempre me pregunté qué había pasado con esa chica que dijiste que estaba empezando a gustarte, por más que busqué jamás hubo más de ella, más que un vídeo, tu la tomabas de la mano, parecían estar dentro de un colegio, había mucha gente grabando, pero el rostro de ella jamás se vio, bueno talvez si, pero no la reconoció y hace poco me di cuenta que aquella chica era Liesel—

Mientras Amalia se lo decía era inevitable recordar aquella escena, ahora podía recordarla con burlesca pero en su momento era una sensación horrible, siempre creyó que ese vídeo fue el motivo de este desastre, el motivo de que Liesel abandonara Hamburgo

—Nadie más ha sufrido tanto como tu, te enamoraste por primera vez, pero tú felicidad no estaba en tus manos. Lo entiendo, sé cómo se siente—
—¿Alguna vez te enamoraste?—Preguntó Tom al ver cómo la menor se había limpiado una lágrima

—Si. Fue la sensación más hermosa que pude haber sentido, tenía 17 años,  joder ese chico me volvía loca—
—¿Y que paso?—
—Nos hicimos mucho daño. Nos dañamos tanto que ya no podíamos ser felices juntos. Así que tuve que dejarlo ir—
—¿Dejar ir a quien amas?—Bufo

Dejar ir a quien amas suena una verdadera chorrada. ¿Por qué no luchar? Porque no hacerlo si ambos se ¿Aman?. Yo no podía hacer lo que Amalia hizo, creo que será mi destrucción completa

—A Veces el mejor acto de amor que puedes hacer por alguien es dejarla ir—

—No compartimos la misma idea—Respondió Tom—Eres fuerte al haber dejado ir a tu primer amor, pero también fuiste cobarde, no luchaste por esa persona—
—Tu lo has dicho, es solo mi primer amor. Talvez en alguna parte de este mundo hay otros brazos que esperaban por mí—Contestó

𝗕𝗮𝗱 𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗧/𝟮; Tom and Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora