Siempre hay un pastel en los momentos importantes.
Gordi tenía razón, Azulin estaba de acuerdo, pero no era por el mismo motivo.
—Feliz cumpleaños mis amores— Su madre dejó un beso en su frente mientras los dos pequeños oseznos se aferraban al borde de su vestido.
—Gracias mami— Gordi sonrió mientras su madre acariciaba su mejilla y el cabello de Azulin, quien tenía una mirada enojada en el rostro, pero aun así quería recibir sus caricias.
—No es nada, su padre y yo hemos comprado regalos para ustedes, se los daremos en cuanto lleguen de la escuela— Les sonrió mientras les entregaba su mochila, sus pequeños hijos comenzaban a ponerse las correas —Y también hemos pedido un pastel, estará sobre la mesa para cuando vuelvan.
Su madre los despidió en la entrada de su casa mientras ambos subían al autobús de la escuela, ambos se terminaron de despedir tras la ventana de los asientos donde tomaron lugar.
—Gordi— Llamó la atención de su hermano, quien se giró para verlo —Voy a escaparme para venir y ver los regalos, estoy seguro de que los tienen escondidos en su cuarto ¿Me vas a acompañar?
El osezno rosado lo miró con espanto —Azulin, no deberíamos salir antes de la escuela.
—¿Qué tiene? La profesora de matemáticas no vendrá esta semana, saldré un poco antes y puedo entrar por la ventana para que no sepan que me he escapado— Se alzó de hombros desinteresado.
—No creo que sea buena idea, papá y mamá nos han dicho que no salgamos de la escuela sin ellos.
El pequeño azulado rodó los ojos —Eres tan aburrido Gordi, allá tú si no quieres venir conmigo, yo voy a llegar antes a casa, aunque sea para descubrir que es lo que nos trajeron.
Gordi solo suspiró y se hizo más pequeño en su lugar, sabía que si su hermano lo decía lo haría, Azulin estaba demasiado emocionado por ver los regalos de una vez, aunque no los abriera y tuviera que volver corriendo a la escuela para que su mamá no se diera cuenta de la travesura que había hecho.
Cuando dieron las 11:30 salió de la escuela, con su mochila tras su espalda y junto con su grupo de amigos con los que solía juntarse, se despidió de ellos cuando tuvo que girar en una calle para llegar a su casa, primero dejó su mochila escondida entre los arbustos antes de checar por las ventanas de la entrada que su mamá estaba ocupada en otra cosa.
Alzó una ceja confundido al no verla, aun así, pensó que sería lo mejor para poder entrar con más éxito, con pasos pequeños y lentos comenzó a caminar hacia la ventana que sus padres tenían en su cuarto.
Comenzó a quitarse los zapatos hasta que un ruido dentro de la casa lo distrajo, se quiso asomar por la ventana, pero para su sorpresa la cortina estaba puesta. Con cuidado buscó un agujero entre ellas para ver si algo sucedía adentro.
La curiosidad mató al gato, justo como Azulin que destruyó a su familia debido a su inocente curiosidad por querer ver sus regalos.
Abrió los ojos con fuerza, su pecho subía y bajaba mientras sentía como la acidez de su estómago subía por su garganta y le provocaba náuseas. Rápidamente se puso de pie para caminar hasta el baño de su cuarto y vomitar en el inodoro, casi dejando el estómago en la taza del baño.
Recordando como le cantaban las mañanitas mientras él tenía la vista perdida sobre el pastel, con el sonido de su alrededor como si estuviera desenfocado mientras se volvía un pitido, estaba tan perdido aquella vez, era la misma sensación que sentía ahora mientras intentaba enfocar su cabeza después de vomitar.
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La vida que merezco [ CocoBerry / Coco x Gordi]
FanfictionA Coco se le da la oportunidad de trabajar en la construcción de departamentos en el centro de la capital, después de una mala racha de trabajos de medio tiempo y mala paga decide aceptar, consiguiendo un nuevo grupo de amigos y un lugar recurrente...