Capitulo 26

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—Me voy— Coco dejó con cuidado a su hijo dormido en el sofá de la sala después de una ronda muy cansada por haber jugado, se puso de pie y sacudió un poco su pantalón mientras Lima se cruzaba de brazos y le sonreía desde la entrada de la cocina.

—Te ves bien, seguro Gordi cae más enamorado.

—Muchas gracias— Coco comenzó a caminar hasta la salida —Nos vemos más noche.

—Cuídense— Lima se despide finalmente y Coco cierra la puerta mientras se dirige al ascensor del edificio para ir hasta el piso de Gordi.

Ya habían pasado varios meses desde el incendio del local y el juicio final hacía Azulin, y Gordi no había vuelto a ser el mismo, y Coco no quería que lo fuera, no podía pedirle eso después de todo lo que había pasado, pero a veces se angustiaba de ver a Gordi tan serio o perdido en sus memorias, aún seguía recibiendo ayuda profesional y comenzó a ejercitarse en el parque que había enfrente del edificio departamental, aún se sentía inseguro para ir a un gimnasio porque sentía que todos lo miraban, pero estaba bien, tenía que ir a su ritmo.

Si Coco pudiera quitarle su pesar para tomarlo él, lo haría, pero no podía hacer más que apoyarlo mientras estaba a su lado.

La mudanza fue difícil, aún con su hermano encarcelado Gordi decidió que no quería seguir viviendo en esa casa, así que con ayuda de sus amigos y de las personas que lo conocían de la calle donde estaba su local lograron juntar para varios muebles y dinero para que pudiera empezar desde cero, esto era el fruto del buen carácter de Gordi, de lo amable que era con los demás. Así que, ahora vivía en el mismo edificio que Lima y su pequeño, para Coco era un 2x1.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron Coco salió y comenzó a caminar hasta el número de departamento en el que Gordi vivía, tocó con sus nudillos delicadamente y después de unos segundos una voz del otro lado se escuchó.

—Un momento por favor— El albañil llevó sus manos a sus bolsillos y miró sus pies hasta que el rechinar de la puerta lo hizo alzar la mirada para ver a Gordi en el umbral con una pequeña sonrisa y ropa casual, sus mejillas estaban sonrojadas, seguramente avergonzado por lo que sucedería el día de hoy —B-Buenas tardes, Coco.

—Buenas— El oso amarillo se agachó y dejó un beso en su mejilla mientras le extendía una mano, Gordi la tomó y apretó un poco el agarre cuando estuvieron entrelazados, de reojo pudo ver el brillo en sus ojos, ese que a veces desaparecía, pero Gordi siempre lo miraba con el en ellos, ese amor seguía ahí, nunca se había ido aún después de todo lo que había vivido.

Una pequeña risa salió de sus labios mientras entraban de nuevo al ascensor que se había quedado congelado en el piso —Después de tanto tiempo por fin estamos teniendo nuestra cita.

Gordi apretó los labios y asintió en silencio —A pasado tiempo desde que prometimos tenerla...

Ambos habían estado muy ocupados con el juicio, con el trabajo y con la reconstrucción del local de Gordi que apenas habían podido acordar un día libre en el calendario de ambos para poder salir y conocer el centro como habían acordado.

—Sí, pero aun así estoy listo para que me des el tour, aunque a estas alturas creo que también lo conozco como la palma de mi mano— Ambos comenzaron a reír por eso, Coco ya había estado por todos lados junto con sus amigos buscando otros lugares en donde comer fuera de la calle que Pandi y Blackie habían frecuentado varios años.

—Lo lamento, prometo mostrarte otros lados ¿Ya has ido a los museos?

—Oh- en realidad no, creo que es una buena opción— Ambos salieron del elevador, pasaron por la recepción donde ambos saludaron a la chica del mostrador con un saludo de mano para salir por las puertas retractiles del edificio.

La vida que merezco [ CocoBerry / Coco x Gordi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora