10. La llamada

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Mi tercer día en Los Ángeles y por fin había conocido al lindo de Oli, era una cosita preciosa.

—Le vas a echar el ojo a mi hijo, ya déjalo — bromeo Luzu.

Le saque la lengua al mayor y deje al bebé en su cochecito. Lo arrope muy bien puesta ya era de noche y no quería que se enfermara por mi culpa.

—Bueno, ¿Qué queréis comer?, hay que celebrar por Lettie — enuncio Lana y le sonríe.

—A esta chama le encantan las hamburguesas con papitas — menciono Alex pasando su brazo por mis hombros.

—Entonces a por unas hamburguesas — habló Luzu.

Estábamos en un parque, pero según lo que me había comentado Lana el lugar estaba rodeado de lugares para comer, así que fue muy fácil encontrar uno.

Ingresamos y Luzu ordenó por todos, el pequeño Oli descansaba plácidamente en ese carrito y lo miré enternecida.

Estuvimos charlando un rato hasta que una llamada me interrumpió.

—Disculpen, es Osvaldo, ya regreso — salí del restaurante y conteste — Hola hermoso.

—Hola princesa, ¿Cómo estás?

—Bien y ¿Tú? — pregunté mientras me sentaba en la vereda.

—Extrañándote.

—Amor, te tengo una sorpresa — confesé.

—¿De verdad?, ¿Qué es? — interrogo.

—Te lo diré cuando nos veamos.

—Pero falta mucho — se quejó.

—Solo dos días, nada más — cambie de tema — ¿Ya le disté de comer a Tilín?

—Justo estaba por hacer eso — respondió — ¿Tú ya comiste?

—Estaba por comer, vine a cenar con Luzu, Lana y Quacks, ya conocí a Oli, es tan lindo — chillé un poco la voz.

—Me alegro tanto, mi cielo, mándame una foto de Oli y ya ve comer.

—Está bien, mi amor, ahorita te paso la foto, tú también come algo, te amo.

—Te amo más, adiós.

—Adiós, mi vida.

Ingrese nuevamente al local y le mande una foto de Oli que estaba en mis brazos a Osvaldo.



[...]




—Estuvo divertido — mencione entre risas.

Ya habíamos terminado de comer y estábamos afuera del local.

Alex me había cargado en sus brazos y me había dado vueltas, solo porque dije que quería ser un bebé para que me llevarán en peso porque no quería caminar.

—Por cierto, Lettie — hablo Luzu — Te compramos un presente por parte de los cuatro.

Se agachó y saco del carrito de Oli una caja Violeta.

Reí nasalmente y tomé la caja.

—Chicos, no debieron molestarse — dije.

—Te lo merecéis, una nueva etapa en tu vida va empezar y como somos los primeros en saberlo, tenemos que darte algo para la buena suerte — explicó Luzu.

Lo abracé a cada uno.

—¿Puedo abrirlo? — pregunte.

—Mejor cuando estés sola — opino Lana — Así no intentas devolvernos nada.

𝙅𝙪𝙨𝙩 𝙛𝙤𝙧 𝙖 𝙢𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩 | 𝘌𝘭 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘢𝘯𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora