12. A un solo número

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Osvaldo Pov's




– Dos semanas... –


Borre de calendario todas nuestras fechas pendientes, desocupe su estudio de dibujos y vote su cepillo de dientes.

La casa se sentía tan vacía y aunque ya no había nada de ella aquí todo me traía recuerdos del pasado.

Me obligado a no acordarme cuál era su color favorito, la había borrado completamente de mi vida, todo marchaba bien, aunque aún había estragos en mis sueños.

Todo iba saliendo acorde al plan, no había rastro de ella en mi celular, pero lo peor en estos momentos era haberme tomado un par de cervezas.

¿Por qué iba una cerveza a sabotearme?, ¿Por qué si estaba a punto de olvidarte?

Estoy solo a un número de volver a llamarte, quiero que falle mi memoria y se me olvide cual es.

Estoy a dos segundos de escucharte y desarmarme tres segundos después.

Mi dedo poesía el nueve y el teléfono suena un par de veces antes de contestar.

—¿Hola?

Su voz, su maldita y hermosa voz.

—¿Quién es?, ¿Hay alguien ahí?, escucho su respiración — hablo — Voy a colgar.

Cerro la llamada y solo basta esos pocos segundos para saber que nunca la iba a poder olvidar.

Maldito número...

Dejé el en su lugar y salí de la cabina para ir a mi departamento.

Apenas llegue acaricie a mi cachorro, le coloque comida en su bandeja y después de eso tome aquellas botellas de trago que tenía guardadas para ocasiones especiales.

Las cervezas no me habían ayudado mucho, quería olvidarme de su recuerdo, pero a quien engaño, era un idiota, aunque dijera que la olvidaría, la seguía buscando.

Aunque quiera llamarla yo sé que no debo hacerlo más y aunque quiera olvidar ya sé que no puedo.

Llene el casi un centímetro el vaso de vidrio con aquel tequila y sin pensarlo lo tome de un solo trago.

No era de las personas que tomaba, de hecho, no me gustaba, prefería no hacerlo.

Pero ahora todo era diferente, demasiado... es como esos cambios en tu vida que nunca esperabas que pasarán.

Yo había preparado todo un futuro a su lado, le iba a pedir matrimonio, pero solo quedó como un recuerdo convertido en cenizas.

Nunca había amado tanto a una persona como la amaba a ella, dejo una marca en mí que ninguna persona podría borrar, era tan necesaria para mi vida como el aire.

Extraño sus caricias en la noche cuando me sentía frustrado, cansado o enojado, extraño su forma loca de combinar ropa, como le encantaba pintar afuera de casa para captar los mejores momentos, extraño cuando solíamos ir a bailar y pedíamos esa misma canción siempre que a final se convirtió en nuestra, extraño su humor raro y que se riera de mis chistes malos, extraño escucharla hablar de las estrellas, extraño... la extraño a ella.

La extraño más de lo que significa la vida.

—¿Ya vas a dejar de tomar?

De nuevo volvió a suceder...

—Lalo, deja esa botella, te vas a emborrachar.

Deje salir un suspiro y me voltee, ahí estaba ella, pero no era exactamente como y creía.

𝙅𝙪𝙨𝙩 𝙛𝙤𝙧 𝙖 𝙢𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩 | 𝘌𝘭 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘢𝘯𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora