Tal y como Mar lo haba dicho, Roier y ella pasaron por mí.
Eran alrededor de las nueve de la noche.
Mi ahora mentalidad de madre decía que eso era muy tarde, pero para mis amigos a esa hora recién empezaba la fiesta.
No tuve que preocuparme de Rose, la había dejado durmiendo e igual mis padres dijeron que yo podía quedarme a dormir con los chicos si quería y ellos se encargaban de Ro en la mañana.
Tiempo más tarde nos detuvimos en la casa de Juan y Ari, el ambiente estaba al tope, hace tiempo que no salía a una fiesta y es que tampoco eran mi cosa favorita en el mundo.
Había muchas caras desconocidas, Fuimos directamente al patio donde no había mucha gente, Roier nos guio hacia Aldo y Osvaldo.
Los salude a ambos y solo me quede callada escuchando la conversación que tenían.
—Iré por un trago — susurré para mi mejor amiga.
—De acuerdo.
Me levante y me movió con cuidado adentro de la casa esquivando a la gente que charlaba 6 bailaba.
Tome una cerveza, la cocina tenía un leve espacio de la pared despejada que permitía que se viera la sala.
Me arrimé al mesón y le di un sorbo a la botella.
Me siento una completa desconocida, como cuando apenas conocí a Osvaldo y este mundo era completamente diferente al mío y por ratos me sentía sola.
—Hola — saludo alguien.
Giré mi rostro, era un chico con tatuajes con linda sonrisa, me dio buenas vibras.
—¿Por qué estás aquí?, la fiesta es afuera — destapó su cerveza.
—No es mi ambiente.
—Entiendo, ¿Eres amiga de Juan o de Ari? — preguntó.
—Ambos, pero vine con otros amigos — contesté.
—Soy Ronaldo — me dio la mano y la tome — Pero me dicen Ronny.
—Violeta, mucho gusto.
—Espera, ¿Violeta qué? — cuestionó mirándome con curiosidad.
—Violeta Rivera.
—Eres la hermana de Samantha — afirmó más que pregunta — Con razón tu rostro se me hacía algo conocido, ella siempre me habla de ti.
—Espero sean cosas buenas.
—Sí, te admira mucho — confeso.
Sentí bonito.
—Y, ¿Cómo conoces a mi hermana? — pregunte.
El chico se acercó a mi lado.
—Soy su entrenador para La Velada — respondió.
—Increíble, si me das vibes de boxeador — el castaño río.
Estuvimos un rato más hablando hasta que otra persona se hizo presente.
—Mariana — me interrumpió Ronny.
Giré levemente mi rostro y vi a Osvaldo saludándose con mi acompañante de charla.
—¿Cómo están? — preguntó el más alto poniéndose a mi otro lado.
—Bien, charlando con Violeta, es muy buena onda — mencionó el otro chico y le agradecí con una sonrisa.
—Me alegro, me alegro — murmuró Osvaldo.
Otra cuarta persona se hizo presente, una chica.
—Ronny, surgió algo, me voy — era pelinegra y muy linda.
—Entonces me voy contigo, espérame Becca — la chica asintió — Adiós, Violeta, date una vuelta por las prácticas con Rivers, aunque no sea tu ambiente.
—Lo tomaré en cuenta — nos despedimos con un beso en la mejilla.
Osvaldo y él se despidieron con un abrazo.
Me quedé en el mismo sitio en silencio, tomé lo último que quedaba en la cerveza y fui por otra.
—¿Ahora tomas alcohol? — preguntó el de lentes.
—¿Te importa?
—Son cosas que no solías hacer.
—Sí, pues... he cambiado y creo que me la merezco, hace tiempo no salía de fiesta — abrí la botella y le di un sorbo.
—Violeta, perdón por lo del otro día.
Lo mire directamente.
—Fui un tonto y estúpido, no debí reclamarte por nada, imagine nuestro reencuentro de millones de formas y paso la que menos quería, ¿Podemos empezar de nuevo? — preguntó con una ligera sonrisa.
No podía negarme... no a él.
—Está bien.
Después de todo, teníamos que hacer las paces.
—Te extrañe — mencionó y levante mi mirada.
—Yo también.
Una sonrisa se posó en su rostro y aquella tensión que se sentía antes había desaparecido.
—Entonces, ¿Somos amigos de nuevo? — preguntó de forma cautelosa.
—Sí, somos amigos y para celebrar que las cosas ya están bien entre nosotros, ¿Por qué no tomas una cerveza conmigo?
Me acerqué al refrigerador y saqué una botella.
—Sabes que no es mi bebida favorita — informó y asentí.
—Lo sé, pero la ocasión lo amerita — destapé la botella y se la extendí — ¿No crees?
La mirada de Osvaldo pasó de la botella a mí, para después tomarla.
Le sonreí.
—Por las viejas amistades — comenté.
Golpeé levemente nuestras botellas y ambos tomamos un sorbo.
Y desde ahí todo se volvió borroso.
ESTÁS LEYENDO
𝙅𝙪𝙨𝙩 𝙛𝙤𝙧 𝙖 𝙢𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩 | 𝘌𝘭 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘢𝘯𝘢
FanfictionQuisiera volver a la primera vez que nos conocimos en el departamento de mi hermana, admito que a veces pienso en la manera que te aferraste a mi cuerpo cómo no quisieras soltarlo nunca. Que tiempos para ti y para mi. Ojalá se pudiera volver en el...