CAP. 5

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Maratón 4/5


🐰

Me había quedado solo en casa cuando Jimin decidió salir a almorzar con el idiota de Jaebum. Ya era tarde y al parecer la estaban pasando bien, solo espero que no sea de la forma que me imagino, no quiero, no me gusta, él no es para Jimin. Él no soy yo.

¿Qué carajos estaba pasando conmigo? Mi hermano estaba en mi cabeza en todo momento, y ahora... después de lo que pasó esta mañana ¡Dios! No dejo de pensar en ese caliente momento; en lo prohibido que era tocar sus nalgas y en lo exquisito que se removía cuando lo apretaba con rudeza. Escuchar sus gemidos estando preso debajo mío, hizo que me encendiera tanto que ahora tenía que ir al cuarto de baño, llevar mis manos al cierre del pantalón y bajarlo para hacerme una buena paja.

¡Mierda! Ahora mismo la tenía dura como una roca, e imaginaba a Jimin conmigo. En lo bien que debía verse desnudo mientras lo follaba, embistiéndolo con fuerza, tocando su hermoso cuerpo, chupando y lamiendo sus preciosos pezones, besando sus carnosos labios con desesperación.

- ¡Jimin!

Empujaba mis caderas mientras apretaba mi falo con la mano sin parar de friccionar; desde la base hasta la punta, arriba y abajo una y otra vez ¿Cuántas veces lo hacía? Ya había perdido la cuenta, lo único que quería, lo único que deseaba, era cogerme a mi hermano, ya no era suficiente fantasear con Jimin e imaginarme cogiéndolo, verlo desnudo y hacerle cosas que con ningún otro he hecho, pero eso estaba prohibido.

- ¡Jimin! ¡Quiero cogerte!

Seguía frotando con una mano, simulando embestidas, mientras que con la otra me sostenía en la pared, escuchar mis propios jadeos no eran nada agradable, no era igual que escuchar los casi inaudibles gemidos de Jimin cuando lo besaba o cuando pasé mis dedos por su estrecho agujero esta mañana ¡Dios! Ya no puedo más.

Estaba torturándome cada minuto que pasaba pensando en eso, pero tuve que subir mis pantalones sin haber terminado pues alguien comenzó a tocar el maldito timbre de la casa como si su vida dependiera de ello, mierda, debía ocultar lo que Jimin había provocado; así que lavé mis manos y mojé mi cara, luego de haberme secado, salí del baño y bajé las escaleras; abrí la puerta con prisa y para ser sincero no me esperaba a Minah detrás de esta.

- Hola mi amor ¿Estás solo? - preguntó con sensualidad, sin pensarlo dos veces tiré de su brazo, cerré la puerta y la arrastré hasta el sofá colocándome sobre ella.

- ¡Jungkook! - gimió extasiada y la besé con esmero mientras comenzaba a levantarle el vestido, no quería nada más que coger, estaba necesitado de sexo, aunque ella no fuera Jimin - ¿Me extrañaste mucho amor? - preguntó mientras yo no dejaba de besarla y acariciar sus caderas, quise bajarle la trusa, pero recordé que no tenía preservativo

- Espérame aquí - le dije jadeante y ella asintió, fui rápido hasta mi habitación por un condón, tenía tanta necesidad de follar en ese momento que no me importó quien fuera.

Pero nuevamente Jimin volvió a mi mente, y deseé que estuviera aquí.

Negué rotundamente, la única forma de sacar a Jimin de mi cabeza era estar con ella íntimamente y olvidar, pero entonces traté de calmar mi ansiedad, mi deseo hacia lo imposible y apoyé mi cuerpo en la puerta. Tenía que calmar mi ímpetu.

Tomé un condón del buró y bajé las escaleras, Minah seguía tendida en el sofá. Ella me vio bajar y se abrió de piernas al instante, me acerqué hasta ella y me senté a su lado en el sofá sosteniendo el preservativo en mi mano.

YO TE ENSEÑO (kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora