CAPÍTULO 4: MANANTIAL

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La imagen es de: Baitong9194 en DevianArt


Link despertó aunque sus ojos aún no querían, se mantenían cerrados pues estaba muy cansado, por instinto se tocó el cuerpo donde recordaba que estaban las heridas, de nuevo había soñado que el castillo explotaba y a esa persona bañada en sangre saliendo tranquilamente.

No sintió ninguna herida, ni sangre, ni ropa; entonces abrió los ojos con miedo solo para darse cuenta que estaba acunado entre un montón de mantas en las piernas de Sidón, los recuerdos de la pelea anterior se agolparon en su cabeza y miró a todas direcciones, tanto movimiento despertó al príncipe

-Al fin despiertas- le dijo suavemente -¿cómo te sientes?

-Cansado y hambriento- ambos se miraron a los ojos y sonrieron levemente – ¿qué pasó? Debí haber muerto

-Mis ancestros decidieron que no era tu momento- respondió Sidón acariciándole el cabello.

EL joven Zora llamó a sus guardias y les dió instrucciones de traerle comida al hyliano y más leña para el fuego, estos fueron velozmente felices de que Link y el príncipe estuvieran bien.

-¿Ya me puedo parar?- pregunto Link sacando su mano de las mantas para acariciarle el rostro a su crush

-Esta bien pero no te asustes, tuvimos que quitarte la ropa para curarte, no hice nada raro- agregó nervioso

-Qué decepción- bromeó el rubio y luego le sonrió.

Con ayuda de Sidón se levantó y buscó sus cosas para vestirse, vió que su armadura Zora estaba llena de hoyos y miró a Sidón con vergüenza

-No te preocupes, se puede reparar-

Entonces el rubió procedió a ponerse ropa más cálida, podía recordar con claridad lo fría que estaba el agua en el manantial

-Oye Sidon, ¿te puedo decir algo?

-Adelante- el príncipe no le quitaba la mirada de encima, había hecho un excelente trabajo, Link no tenía ni una marca de las flechas en su espalda y además era más lindo en ropa interior

-Pero tienes que prometer que no te vas a enojar- se acercó decidido y le extendió su meñique

-¿Lo prometo?- el príncipe Zora miró curioso su meñique y solo se le ocurrió una cosa: morderlo y probar su sangre

-¿QUE HACES?- exclamó el rubio asustado

-NO LO SÉ, ¿QUÉ QUERÍAS QUE HICIERA?- respondió también asustado el tiburón

-¡UNA PROMESA DE MEÑIQUE!-

Los dos estaban histéricos y no se habían dado cuenta que los guardaespaldas de Sidón los miraban con pena ajena, Gaddison se rió muy suavemente porque ya no podía soportarlo.

-Su majestad, Link hacía eso todo el tiempo cuando éramos niños, ¿puedo mostrarle?

Ambos enamorados se sonrojaron nerviosos al saberse observados

-Mire, es así...- el guardia entrelazó su dedo menique con el de Link- así queda sellada la promesa- lo soltó y tomó su distancia- aquí está lo que pidió, estaremos afuera si nos necesitan.

Todos los guardias salieron y pudieron escuchar como escupían su risa una vez afuera, Link y Sidón se miraron apenados

-No sabía, lo siento- se disculpó el príncipe

-No te preocupes, a mi me pareció obvio...promete que no te enojarás conmigo- el hyliano dio un brinco para treparse en su amigo sabiendo que no lo dejaría caer y le dió un besito

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