CAPÍTULO 7: CORRE

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*Gracias por leer*


 Link volvió a su rutina de entrenamiento del castillo, acondicionar a los de menor rango, pelear con los superiores, preparar armas más potentes, consultar con los tácticos sobre plantas medicinales y por otro lado venenosas para los monstruos.

Cada noche intentaba escribirle una carta a Sidón, ni siquiera se había despedido, estaba seguro que había olvidado uno de sus guantes y una bota, ¿se los pedía? ¿Mejor pedía disculpas?

"Yo solo quería darle un beso más" pensó triste.

Como cada noche, no escribió nada, hasta su letra le daba vergüenza, seguro la de Sidón era hermosa. Así pasaron 14 noches y al amanecer de la tercer semana llegaron enviados de todo el reino, voluntarios para formar parte del nuevo ejército, Link tenía pocas memorias de hacía 100 años, pero una que tenía cosida al cerebro era cómo los ejércitos del reino entero eran eliminados con facilidad por los monstruos, esas pobres personas solo morirían y ahora las tenía que entrenar y mentirles a la cara diciéndoles que podían vencer.

"Alguien tiene que ser la carnada" le repetía la voz que últimamente no le caía tan mal. No se equivocaba, en la guerra la gente siempre muere, no importa quién tenga la razón, los inocentes son los primeros en morir.

La mancha en su mano continuó creciendo y ya no podía usar manga corta, no sabía como detenerla, pero al menos Zelda se veía de mejor salud. Cada noche era llamado a su laboratorio para intentar contrarrestarla con luz, había noches que funcionaba y su piel se aclaraba un poco pero otras veces solo se cansaban los dos.

La cuarta semana llegó y con ella los líderes de las otras razas de Hyrule se presentaron: Tulin y sus soldados fueron los primeros en llegar por aire, Link no estuvo para recibirlos pues estaba en las mazmorras preparando armas. Riju venía en un carruaje bastante sencillo, parecía de un mercader, a excepción de estar custodiado por 10 enormes y hermosas mujeres de cabello rojo. Yunobo venía rodando con un pequeño escuadrón de gorons.

Los últimos en llegar fueron los zoras, cuando los soldados más jóvenes y pueblerinos corrieron la voz emocionados de conocer a gente tan distinta Link fue corriendo, ¿Sidón habría sido invitado también? ¿Qué iba a decirle? Corrió a la entrada para ver pasar el gran carruaje que parecía hecho de cristal, no sabía quién estaba adentro pues ni siquiera movieron la cortina, solo se quedó ahí parado con los más jóvenes mirando como un tonto. Corrió entonces al castillo a bañarse con agua fría y estar presentable, vendó su mano infectada para estar 100% seguro que nadie lo notara por error, se puso su uniforme de la guardia real y preguntó dónde estaban los invitados, al parecer habían sido convocados por la reina y él no estaba invitado.

"Soy el héroe de Hyrule, ¡debería estar ahí!"

"Quizá están planeando cómo matarte" respondió la voz

-Quizá...- pensó en voz alta, fue entonces con los demás al gran comedor, los invitados se encontraban comiendo y bebiendo para poder descansar del viaje.

-¡Link!- uno de los zoras lo saludó alegremente -¡qué gusto verte bien!- el rubio solo le sonrió y lo saludó con la mano -su majestad nos pidió que te diéramos esto-

El zora le entregó una caja de madera ligera, nada distinto a una de vegetales

-¿Sidón?

-Así es

Rápidamente se alejó de todos para abrirlo, era su guante y su bota, no sabía que pensar, ¿era algo bueno? ¿seguiría molesto? Su bota se sentía más pesada de lo normal, había un montón de cartas amarradas con un listón azul y una nota hasta arriba que decía

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