(Gracias por esperar)
A la mañana siguiente, Link despertó por el calor del medio día, de inmediato se dio cuenta que estaba solo porque había estado mucho más cómodo durmiendo sobre el brazo de Ganon. Miró el techo y sonrió mas que satisfecho, estuvo un rato retozando hasta que sintió hambre; entonces vió el nuevo regalo del rey: una hermosa flor amarilla junto al anillo que Ganon solía usar en el dedo meñique sobre la pequeña mesa junto a su cama.
Se sentó en la cama para examinar el lugar, ni guardias, ni damas. Al fin tenía privacidad, trató de pensar cuánto tiempo llevaba en el castillo con el rey demonio...
- Definitivamente más de un mes – se dijo a sí mismo caminando al baño para liberarse un poco.
Unas horrendas manchas cafés manchaban sus mejillas y marcaban sus ojeras, se rió solo recordando el maquillaje; una vez con sus necesidades satisfechas decidió tomarse un baño. La noche anterior le había quitado la vergüenza además de la maldición en su mano, una vez aseado se hizo una túnica con la sábana sucia, supuso que iba que tener que pedirle al rey ropa nueva. Seguramente ya todos sabían lo que pasaba en su habitación así que mejor tener la frente en alto.
Decidió usar el anillo que Ganon había dejado en su dedo medio de la mano izquierda y al abrir la puerta se asustó al ver un cuchillo clavado ahí, al observarla detenidamente no pudo evitar reírse un poco; era la daga de Ganon y sostenía un papel que decía:
"Propiedad del rey"
Arrancó la daga y echó el papel al piso. Fue en busca de Ganon, para pedirle ropa, curiosamente no había guardias en ese pasillo, le pareció extraño pero no demasiado así que continuó. Seguramente el rey estaría en la sala del trono hablando de política o quizá en su estudio haciendo mapas...
- O cabalgando afuera – volvió a pensar en voz alta.
Buscó una ventana pero solo vio soldados entrenando, esos ninjas antes le parecían tan ridículos y ahora era su prisionero. Miró un rato pero Ganon no apareció, ni su caballo. Decidió seguir buscando en el castillo, ignorando las puertas cerradas cruzó el ala del castillo donde estaba su habitación y bajó al primer piso para buscar en la sala de audiencias. Con paso decidido recorrió los pasillos ignorando las miradas de los pocos que se iba encontrando en su camino.
Solo 3 palabras lo detuvieron.
"Siempre tuyo, Sidón"
Un grupo de carcajadas se escucharon después, Link se pegó a la pared al escuchar ese nombre, no entendía qué estaba pasando, se acercó a escuchar más
"¡Lee otra!"
"Otra, otra, otra"
"Qué asco... eso está mal"
"¡Cállate, ahí va la otra!
Estaban leyendo las cartas que Sidón le había mandado, los recuerdos de ese día se agolparon en su mente y tuvo que morderse la lengua para no hacer ningún ruido.
Adentro una voz muy conocida comenzó a leer
"Escribo esto bajo la luz de la luna llena, ¿recuerdas cuando solíamos dormir bajo el manto nocturno mientras buscábamos estrellas fugaces? Nunca encontramos una, pero nunca perdiste la esperanza, eso he admirado de ti Link, Tu incansable voluntad y perseverancia.
Me preguntaste qué sentía por ti y no pude responder en ese momento, te prometo que la próxima vez que te vea te lo diré. Por favor perdóname.
En este momento la luz de la luna brilla sobre el agua casi tanto como tus ojos al sonreír.
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Infección
FanfictionLink comienza a soñar con una voz narrando su destino: ser sacrificado por el bien de todos. ¿Está dispuesto a dar su vida por última vez? Quizá por primera vez no quiere ser el elegido.